GUERRILLERO.- Nació en la parroquia Chinca, Cantón Esmeraldas, el 24 de Junio de 1925 y fueron sus padres legítimos Segundo Chiriboga Ramírez, agricultor de medianos recursos que profesaba una gran admiración por el General Alfaro, tenía una filosofía natural, era muy sentencioso y entre otras cosas solía decir: El hombre puede meter las patas siempre pero las manos nunca. En sus pequeñas fincas cultivaba tagua, cacao y tenía unas cuantas cabezas de ganado, y Luz Maria Guerrero Morales, ambos esmeraldeños. Fueron sus abuelos paternos Salvador Chiriboga natural de Riobamba y dueño de la hacienda Chula en la parroquia Chinca y Carmen Ramírez, natural de San Lorenzo.
El mayor de una familia compuesta de diez hermanos. Sus primeros años pasó bajo los cuidados de su madre y en 1931 la familia se instaló en Esmeraldas acosados por la crisis mundial a vivir en la casa que alquilaba su abuela Carmen Ramírez en la Sucre y Manuela Cañizares, propiedad de Casimiro Klinger. De siete años asistió a la escuela fiscal Juan Montalvo y tuvo de profesor a Elena Campaín, Acniza Zatizabal y a Leonidas Grueso, que por sus ideas izquierdistas fue cancelado por el régimen del Presidente Arroyo del Río en 1942, conjuntamente con Kruger Carrión y con Homero Chiriboga Guerrero, y murió al poco tiempo en la miseria.
En 1940 inició la secundaria en el recién fundado Colegio Cinco de Agosto y fue un buen alumno. Jugaba futbol en el equipo del Colegio y como la economía de la provincia se había deteriorado vivían en casa de su tío el Escribano Ramón Chiriboga Ramírez, conocido como el Maestro, por su cultura, ya que era periodista, dominaba el dialecto Cayapa, ayudaba a esa tribu y aconsejaba y compartía lo poco que tenía con el pueblo.
Su padre comerciaba en caucho, comprando directamente a los
campesinos y revendiendo en
Esmeraldas, pero siendo la familia tan numerosa su madre también tuvo que trabajar y puso un kiosko de venta de refrescos y baratijas en el Malecón y Salinas.
En Octubre del 43 pasó con una beca a estudiar al Mejía de Quito, haciendose notar enseguida pues el primer día de su llegada trotó dos vueltas y media en el estadio y casi se ahogó por el esfuerzo. Su amigo Julito Jaime le subarrendaba un cuarto. Varios profesores eran de ideas izquierdistas y pronto se vio formando parte de la Juventud Socialista que lideraban Manuel Agustín Aguirre, Laura Almeida y Telmo Hidalgo. Las reuniones se celebraban una vez a la semana en casa de este último. El 44 dirigió la huelga que duró siete días en protesta contra los abusos del gobierno y tras la revolución del 28 de Mayo concurrió al recibimiento de Velasco Ibarra en la plaza de la Independencia.
Desde el 46 vivió en casa de Gonzalo Marmolejo Morales medio hermano de su madre, trabajando en Tulúa como peón arrocero con cinco pesos colombianos de salario al día. El 47 conoció al líder liberal Jorge Eliécer Gaitan durante su gira electoral por el territorio de esa nación. El 48 le llamó su padre para que le ayude en la finca de Chula que originalmente tenía 400 hectáreas de extensión.
Sembró cien hectáreas de banano y cincuenta de pasto con un préstamo del Banco Nacional de Fomento, en la zona detrás del río que todavía les pertenecía. Al mismo tiempo organizaba a los productores y trabajadores del banano generandose conflictos de índole laboral con la compañía exportadora Astral S. A., que empezó a negarle los cupos para que desista de estas actividades. Finalmente en 1962 tuvo que vender sus sembríos a Thomas O Rourke y canceló su deuda en el Banco de Fomento.
En Diciembre del 52 casó con la Profesora normalista Genith Mosquera Díaz y tuvieron seis hijos. Primero habitaron en el barrio caliente, pero el 66 empezó la construcción de una casa de cemento en la Delgadillo y Olmedo con un préstamo a la Mutualista Vargas Torres y demoró diez años en terminarla.
Participaba activamente en la política lugareña formando filas en el Socialismo con Roberto Luís Cervantes, Simón Pacheco Perdomo, Milton Jijón Saavedra, Julio Estupiñan Tello y Alejandro Montalvo Reyes, Javier Cárdenas, Santiago Dumas Ortiz y Luís Balanzátegui entre otros.
En la década de los años 50 el socialismo ecuatoriano estaba dividido en dos grupos, unos seguían a Manuel Agustín Aguirre y otros a Gonzalo Oleas Zambrano. En Esmeraldas Jorge Chiriboga lideraba a los primeros y Julio Estupiñan Tello a los segundos.
El 53, dada su popularidad entre el pueblo, el Comandante Roberto Luis Cervantes lo puso de concejal suplente en la lista del Socialismo y salió electo. En la sesión inaugural Cervantes hizo colocar una silla a su lado para que Chiriboga tome asiento. Un Concejal liberal, bastante tonto y deslenguado, dijo: Hay que hacer obra aunque sea robando…. Al escuchar tamaña lisura Cervantes le gritó ¡Oiga Ud. majadero¡ Le prohibo decir eso. Así fue como se iniciaron los roces con los concejales liberales y fue tan fuerte la oposición que éstos hicieron, que volvieron a producirse en Esmeraldas las persecuciones políticas. El Ministro de Gobierno Camilo Ponce Enríquez se dedicó a la ingrata tarea de dictar órdenes de prisión contra conocidos elementos políticos y menudearon las cancelaciones de maestros, lo cual se tradujo en un hondo malestar cívico.
El 6 de Julio del 54 la policía cerró las calles aledañas al Palacio Municipal y desalojó a los funcionarios y empleados, al Alcalde y sus Concejales. El abuso de fuerza se completo con la aceptación de las renuncias del Alcalde y sus concejales leales previo agradecimiento por la labor cumplida, patraña que permitió a los Concejales liberales de oposición elegir como nuevo Alcalde al Dr. Rómulo Salas Pazmiño, que se prestó por afán de figuración, reorganizando a su arbitrio la Municipalidad. El escándalo fue nacional pero nada se pudo hacer pues en Guayaquil acababa de suceder lo mismo con el Alcalde Rafael Mendoza Avilés; empero, el 55, los socialistas desalojaron del Concejo de Esmeraldas a los miembros nuevos, que tuvieron que irse a sus casas. Mientras tanto crecía su influencia sobre el pueblo, sobre todo sobre los estibadores de banano, que tenía organizados en un Sindicato muy poderoso.
El 56 fue partidario del Dr. Raúl Clemente Huerta durante la campaña presidencial en la que triunfó Ponce Enríquez. El 57 salió electo Concejal en la lista encabezada por Tiberio Patiño y fue designado Vicepresidente de la corporación municipal. El 58 ocurrió el inusitado caso que los socialistas se aliaron con los liberales y presentaron una sola Lista para Diputados, saliendo electos Julio Estupiñan Tello, Milton Jijón Montalvo, Roberto Luis Cervantes y Jorge Chiriboga Guerrero por los socialistas y Julio Plaza Ledesma y otros por los liberales, con el ochenta por ciento del total del electorado.
En el Congreso realizaron una oposición frontal al régimen y quizá por eso, cuando trataron de obtener el Decreto para la creación del puerto de Esmeraldas no lo consiguieron, a pesar de que por estar ubicada Esmeraldas más próxima que Guayaquil al canal de Panamá, resultaban los fletes más convenientes. La situación económica de la provincia había desmejorado mucho por la competencia del banano de El Oro y la aparición de la plaga de la Sigatoka negra en la hacienda San José ubicada en la zona de Quinindé, propiedad de la compañía Aztral, del sueco Folke Anderson, de manera que la población esmeraldeña pasaba duros momentos.
En Enero integró el cuerpo edilicio esmeraldeño y fue electo Vicepresidente del Concejo Cantonal siendo alcalde el Dr. Luís Prado Viten. En Mayo se produjo en la política esmeraldeña un hecho por demás insólito, la unidad de los socialistas y liberales conjuntamente con los comunistas e independientes, en un Frente Anti Conservador, deponiendo viejas rencillas contra los antiguos Caciques Plaza Monzón y Plaza Ledesma y en las elecciones legislativas de Junio salió electo Diputado. En Marzo del 59 fue apresado con el Dr. Gonzalo Oleas Zambrano, Secretario General del Socialismo, cuando inauguraban una célula partidista en Quinindé, pero salieron libres al siguiente día con un recurso de Habeas Corpus presentado ante el Alcalde de Esmeraldas Dr. Luís Prado Viten.
Acababa de triunfar la revolución de Fidel Castro en Cuba y el ambiente se mostraba propicio para todo cambio. Chiriboga supo encausar con su tenacidad y actividad el ansia existente en la juventud de entonces. Los sectores laborales se encontraban profundamente afectados en Esmeraldas por la disminución de los embarques bananeros, los pequeños productores abandonaban los campos en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Guerrero recurrió a los maestros de tendencias marxistas para catequizar a los estudiantes, obreros y artesanos y con el abundante dinero que trajo de Cuba el Dr. Jorge Rivadeneira se conformó URJE Unión de Juventudes Revolucionarias Ecuatorianas cuya directiva nacional asumió, transformando al nuevo movimiento en un grupo paramilitar y de acción. Entonces, el 1 de Mayo del 61 Castro proclamó la República Socialista de Cuba y desde el 63 la Embajada rusa en Quito comenzó a otorgar becas de estudio a numerosos jóvenes de ambos sexos para que viajaran a prepararse en la Unión Soviética. La Guerra Fria estaba en todo su apogeo.
En 1960 la Alianza anti conservadora lanzó la candidatura de Chiriboga a la alcaldía de Esmeraldas y ganó ampliamente al opositor Rómulo Salas Pazmiño. Posesionado en el cargo, con el padre Prías convocó a una Asamblea, la mayor que se ha realizado en Esmeraldas, a fin de presionar al Presidente Velasco Ibarra para que dicte el decreto de creación del puerto, pues este se negaba a hacerlo obedeciendo a egoísmos absurdos de la oligarquía de Guayaquil, que creía que Esmeraldas representaba un peligro para sus intereses, lo cual es verdad, pero si se analiza que el costo del transporte terrestre también incide en los precios, debieron los guayaquileños pensar que la producción de banano de las zonas de Quevedo y Santo Domingo debe salir por Esmeraldas, mientras la restante por Guayaquil y Puerto Bolívar.
Como Alcalde se dio cuenta que la ciudad de Esmeraldas estaba rodeada por potreros, llanos y lomas cercados con alambrada de púas. Los habitantes necesitaban terrenos para construir sus moradas, había gente que dormía en los portales por no tener donde ir. Así fue como se le ocurrió organizar la Federación de barrios, los miembros se reunían en el sector de la Platanera. Poco después consiguió la dotación de un sistema nuevo, mejor y más barato, de agua potable, mediante su extracción de los pozos fabricados frente a la Isla Prado de propiedad de Luis Prado Viten. Estos trabajos habían sido iniciados en la administración del alcalde Tiberio Patiño.
Enseguida dio inicia a su plan socialista largamente anhelado y apoyó la invasión de la isla Prado y de las tierras ubicadas frente al Hospital propiedad de César Alberto Henríques Estupiñan pero como no fue suficiente, declaró la expropiación de cien hectáreas de terreno – en el sector de la actual calle Delgadillo para arriba – perteneciente a la hacienda Potosí de Humberto Trujillo Gutiérrez que vivía en Guayaquil, pero éste le mandó a ofrecer cincuenta hectáreas para que no lleve a cabo el proyecto. Chiriboga le contestó reuniendo al Concejo y disponiendo la expropiación de doscientas en vez de las cien hectáreas y junto al pueblo procedió a sacar las alambradas de púas que rodeaban a la ciudad. Finalmente en un período de dos años aumentó la cantidad de tierra expropiada a mil doscientas hectáreas, con lo cual la población respiró, pues ya contaba con suficientes terrenos para su expansión a futuro.
A Folke Anderson le expropió un lote por el cementerio y a Pedro Tello por el sector de Santa Vaina. El pueblo le apoyaba y los propietarios le enviaban amenazas de muerte, lo que no le importaba en lo absoluto porque tenía de su parte a la gran mayoría poblacional y se sentía seguro de lo que estaba haciendo. Las tierras eran vendidas por la Municipalidad a precio del catastro que era muy bajo, de suerte que se perfeccionó el traslado de dominio de pocas a muchas manos con notable justicia social. Mas, como no existe obra perfecta, las nuevas adquisiciones fueron manejadas por grupos de sujetos vivarachos que para sacar mayor provecho retacearon los terrenos sin preocuparse de dejar espacios verdes, las calles se diseñaron muy estrechas y en fin, la población empezó a extenderse a la buena de Dios como hasta ahora sucede.
El período de invasiones urbanas duró en Esmeraldas desde 1960 hasta el 61 que el Gobernador Enrique Quintero López se enfrentó con Chiriboga y teniendo el apoyo del gobierno de Velasco Ibarra pudo detener las últimas invasiones.
Ya para entonces se le conocía a Chiriboga con el apelativo de “El Comandante Duro” que él aceptaba orgullosamente por la labor cumplida, aunque Marcel Pérez Estupiñán en su Historia de Esmeraldas dice que la toma de los terrenos – aunque necesaria – se realizó desordenadamente, pero ¿Qué se podía hacer frente a un pueblo sojuzgado y tan necesitado de espacios?
En Marzo del 6l, estando reunida la Asamblea de Alcaldes en Quito, el Presidente Velasco Ibarra se dejó llevar por un improntus y disolvió al Parlamento. Los Alcaldes concurrieron a protestar a una radio y hablaron los dos Chiriboga, el de Riobamba y el de Esmeraldas. Al día siguiente, caído Velasco Ibarra, ascendió a la primera magistratura el Vicepresidente Carlos Julio Arosemena Monroy. En Julio, aniversario del asalto al Cuartel Moncada en Cuba, concurrió invitado por el Instituto Cubano – ecuatoriano a La Habana y el 26, día del VIII aniversario, fue presentado a Fidel Castro, quien le estrechó emocionadamente la mano.
En Agosto del 62 concluyó su periodo y se dedicó de lleno a dirigir a los grupos campesinos que luchaban por la liberación económica del proletariado invadiendo las haciendas descuidadas – sin producir durante muchos años – por culpa de la inercia de sus dueños. Fue una época de grandes realizaciones, los montubios del litoral vivían en condiciones infrahumanas bajo el yugo de los propietarios que solo se preocupaban de cobrar los alquileres. En estas acciones se adelantó con dos años a la Reforma Agraria impuesta el 64, en plena dictadura militar por orden de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos que maniobraba en el Ecuador a través del Punto IV y Galo Plaza Lasso, pero solo fue una pálida reforma, no porque los gringos simpatizaran con los terratenientes a quienes ni siquiera conocían, sino porque se aplicó a medias debido a las múltiples influencias de los propietarios con las corruptas autoridades militares, sobre todo en la sierra, lo que a la postre fue causa de numerosos conflictos y por ello esta reforma ha sido considerada en la historia nacional como insuficiente.
El 11 de Julio de 1963, mientras se encontraba con su esposa en una misión dentro de la zona de Quinindé, se producía en Quito la caída del presidente Arosemena Monroy y la instauración de una Junta Militar de Gobierno encabezada por el esmeraldeño Ramón Castro Jijón, sujeto anodino por inculto y por bebedor fuerte de tragos baratos. Entonces tuvieron que internarse en la montaña con un compañero que hizo de guía y tras muchas penurias salieron por Tumaco en Colombia, donde permanecieron varios meses. Castro Jijón intentó apresarlo utilizando a la policía colombiana, pero Chiriboga logró huir a tiempo de la casa de un amigo de apellido Valencia en la que permanecía escondido y fugó hacia Buenaventura donde tenía parientes, mientras su esposa regresaba a Esmeraldas.
Tres meses más tarde, pensando que ya nada existía en su contra, ingresó subrepticiamente al Ecuador y se escondió en la finca de un amigo en Tabiaso, pero con motivo de una visita a los suyos en Esmeraldas fue descubierto y le condujeron detenido al Panóptico en Quito, allí encontró a Pedro Saad, a Enrique Gil Gilbert, a Manuel Agustín Aguirre, a Telmo Hidalgo y a otros líderes de ideas izquierdistas. Castro Jijón cometió la felonía de ordenar su asesinato para lo cual los guardias del penal lo torturaron a golpes, luego le lanzaron con los ojos vendados por una escalera de cemento, pero como en la caída logró poner las manos hacia delante, salvó la vida aunque sufrió gravísimas contusiones y la fractura de la quinta vértebra lumbar. Paralizadas la pierna izquierda y la mano derecha quedó más de una hora en el suelo, de donde lo recogieron manos amigas. Acostado en su celda permaneció inmóvil por varios días hasta que sus compañeros consiguieron que lo examine un médico, que no le diagnosticó ninguna mejoría.
Mientras tanto las agrupaciones obreras del país se hacían eco de la noticia, sobre todo los estibadores de banano, que amenazaron con una huelga nacional, exigiendo su inmediata excarcelación. El torpe Dictador se dio por satisfecho pensando que Chiriboga quedaría lisiado de por vida y en Junio del 64 dispuso su destierro, tras siete meses de dolorosa prisión.
Ocurrió por entonces un caso insólito, que bien pudiera llamarse de solidaridad continental, porque el partido Socialista de México le llamó a ese país para enviarle a curar a La Habana, vía Ottawa, Paris, Moscú, La Habana, porque los Estados Unidos – en uso y abuso de fuerza – había bloqueado las rutas internacionales directas.
En el hospital Hermanos Ameijeiras de la Habana, ubicado en la calle de San Lázaro, estuvo asilado hasta finales del 64 haciendo diversos ejercicios pero como no se recuperaba lo suficiente fue pasado al Hospital de terapia y rehabilitación de Praga, allí le aplicaron otro tratamiento y finalmente alcanzó una notable mejoría.
A principios del 62 decidió volver a Esmeraldas, tomó un vuelo Praga, Madrid, Bogotá y por tierra arribó a Ipiales, siguió a Quito, Guayaquil y finalmente a su casa en Esmeraldas, pero los pesquisas lo sacaron malamente una noche y de nuevo fue a parar al Panóptico sin formula de juicio porque jamás nadie le levantó cargo alguno y allí habría permanecido por tiempo indefinido, pero en Marzo del 63 se levantó el pueblo contra los dictadores, cubriendoles de ignominia.
Chiriboga recuerda que los presos del Panóptico rompieron las puertas del penal y salieron libremente dando vivas a la libertad sin que los guardias se atrevieran a detenerlos. El pueblo les vitoreaba en las calles y Jaime Galarza Zavala lanzó un discurso inflamado del más puro patriotismo, luego cada cual tomó su portante y se fue a la casa de algún pariente o amigo a gozar de la libertad que proporcionan las democracias.
A los dos días fue recibido apoteósicamente en una espontánea manifestación de pueblo en el parque infantil de Esmeraldas y como le dijeran que Castro Jijón se hallaba escondido en la hacienda Victoria de Jorge Campaín, fue a buscarlo en compañía de tres compañeros armados de fusiles, pero el ex dictador – comprendiendo que no se encontraba suficientemente seguro – corrió presuroso hacia Tabiaso y poco después fugaba con destino desconocido, huyendo de la vindicta popular (1)
En 1967 sucedió uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Esmeraldas. Los Socialistas Revolucionarios de Esmeraldas conformaron la Unidad Democrática
Popular UDP lanzaron su candidatura para Alcalde. Realizadas las elecciones los liberales apoyados por el Presidente Otto Arosemena Gómez hicieron fraude electoral y lograron elegir a su candidato Rómulo Salas Pazmiño con una mínima diferencia de 23 votos.
En 1968 el socialismo lanzó su candidatura para Diputado, el partido CID del gobierno fue derrotado, salió electo con el Dr. Conto Patiño Martínez y concurrió al Congreso por segunda ocasión.
A finales de ese año lideró con el padre Pino Marianni, de la Orden Comboniana, la huelga de campesinos y bananeros en Muisne contra la explotación de los exportadores que pagaban a los productores de la fruta los precios que les daba la gana, marginando grandes utilidades a costa del trabajo de ellos. Tras varias semanas de paralización de los embarques, debido al paro provincial, el Presidente Velasco Ibarra envió al Ministro de Salud, Dr. Francisco Parra Gil, que informó favorablemente. Entonces Velasco Ibarra invitó a Chiriboga a concurrir al despacho presidencial en Quito y en su presencia – sin previo aviso – le sorprendió firmando el Decreto de creación del puerto de Esmeraldas, lo que al ser conocido causó una gratísima conmoción política en toda la provincia y se tomó como un desagravio a pasadas ofensas.
Al producirse la dictadura civil del presidente Velasco Ibarra en 1970 se quedó sin la representación provincial, entonces empezó un grupo clandestino denominado la O (Organización) formado por jóvenes idealistas de pensamiento izquierdista, entre los que sobresalían José Basurto Mendoza y Luís Salazar Jara, de conocidas familias de clase media aunque pobres. Con ellos se produjo el robo al Supermercado 7-9 en Quito y el 9 de Junio el asalto a la sucursal del Banco Nacional de Fomento en Daule, donde ocurrieron varias muertes. La policía persiguió a los jóvenes de la O hasta las selvas de Manabí, les acribillaron a balazos, tras lo cual fue perseguido, su casa allanada en varias ocasiones y desde la clandestinidad preparó en 1971 a un grupo de jóvenes guerrilleros que fueron capturados mientras realizaban prácticas cerca
del río Toachi. Las fuerzas armadas pusieron precio a su cabeza y tuvo que salir exiliado a Chile pues su vida corrió inminente peligro. Estando en Santiago se produjo el golpe militar del General Augusto Pinochet contra el Presidente Salvador Allende. Su hijo Roberto Chiriboga, que le acompañaba, fue detenido y llevado al Estadio Nacional, donde posiblemente le hubieran desaparecido como a tantos otros, pero la oportuna intervención de un sacerdote le salvó la vida y ese mismo día fue reembarcado con destino a Guayaquil. Mientras tanto el “Comandante duro” lograba viajar en un avión a Suecia, donde permaneció con su familia cuatro años, hasta 1974. Durante esta etapa participó en la actividad solidaria internacional luchando por la liberación de los presos políticos, denunciando el boicot norteamericano a Cuba, los abusos y atropellos de la dictadura civil velasquista.
Desde 1974, incorporado al Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano PSRE volvió a la lucha. El 78, con varios compañeros esmeraldeños sin tierra, ayudó a realizar la invasión de El Guasmo. Detenido por orden de la dictadura de los Triunviros, fue liberado por la acción del pueblo esmeraldeño y candidatizado a la Asamblea Nacional de 1979 salió electo Diputado por tercera ocasión.
Durante este período se opuso a la mayoría cefepista de Asaad Bucaram y no conformó ninguna de las comisiones hasta que en 1980, por maniobras del Dr. Carlos Feraud Blum, Ministro de Gobierno de Jaime Roldós Aguilera, se logró una mayoría parlamentaria que eligió Presidente del Congreso al Ingeniero Raúl Baca Carbo, abriendose los espacios para la acción parlamentaria de los representantes esmeraldeños.
Entonces se elaboró el llamado Plan Esmeraldas que logró la creación de 50 colegios y la incorporación de cerca de 400 maestros para las comunidades y parroquias olvidadas de la Provincia, así como la construcción de 120 aulas, la rehabilitación del sistema de agua potable y la dotación de energía eléctrica para los barrios marginales de esa población.
Al fallecer el Presidente Roldós, su
sucesor Oswaldo Hurtado Larrea entró en confrontación con los delegados esmeraldeños y trató de entorpecer las obras, pero se levantó el pueblo y tomó el edificio de la gobernación, la Empresa Eléctrica, la de Agua Potable y el IERAC. Fueron tiempos agitados, pero de grandes realizaciones, nuevamente tuvo que liderar a los pueblos en la toma de tierras (San Lorenzo, Limones, Quinindé, Muisne, Viche, Rocafuerte, Atacames, la Nueva Concordia) sin embargo fueron reprimidos por la policía y el ejército
En 1983 fue promovido a Prefecto Provincial de Esmeraldas y se dedicó a la construcción de centenares de kilómetros de caminos vecinales, apertura de calles en Esmeraldas y otras poblaciones. Hizo construir mil aulas para escuelas, colegios y jardines, atendió a dos cientos cincuenta comunidades rurales casi abandonadas, construyó varias carreteras y por sobre todo se dedicó a defender la parroquia La Concordia, tierra esmeraldeña que un grupo de burócratas enquistados en una famosa comisión de limites que funciona dentro del Ministerio de Gobierno en Quito, quiso anexar contra viento y marea a la provincia del Pichincha. Estos estultos vienen desde hace cuarenta años destruyendo la unidad del país, robando las parroquias costeñas para agrandar las provincias serranas, con la complicidad de los Consejos Provinciales de Pichincha, Cañar y Azuay y todo ello para favorecer el voraz apetito de expansionistas terratenientes, muchos de ellos militares vinculados a la agroindustria y a capitales de dudosa procedencia.
En Febrero de 1984 se le encargó la conducción de un paro a nivel provincial, que realizó conjuntamente con la provincia de Napo, fruto del cual fue la aprobación de la Ley No.162 que comprometía rentas para las provincias donde se extrae y refina el petróleo. Esta Ley se transformó luego en la Ley 40 que genera rentas para los gobiernos seccionales de las provincias de Esmeraldas, Napo, Orellana y Sucumbíos.
(1) La Marina ha inaugurado en Esmeraldas una grande, lujosa y moderna Academia para estudios secundarios que lleva el nombre del dictador Ramón Castro Jijón, colocandole erradamente como paradigma de civismo para la juventud que allí se educa, cuando fue todo lo contrario, porque jamás sobresalió de su mediocridad, tampoco se preocupó de mejorar la situación de Esmeraldas cuando ejerció el poder y en el colmo de la bajeza y del abuso persiguió a muchos comprovincianos por el hecho de profesar ideas izquierdistas, aparte de su etilismo. I tal fue la reacción ciudadana en contra de su conducta, que después de la caída de la Junta Militar en 1966 Castro Jijón jamás se atrevió a regresar a su tierra natal. El pueblo de Esmeraldas espera que algún día la Marina recapacite, comprenda el error cometido y retire tan oprobioso nombre, que afrenta y es causa de permanente verguenza a la conciencia ciudadana, en una República que se precia de ser libre, soberana y democrática y que no ama a los dictadores sean estos civiles o militares, en este último caso, traidores a la Constitución que en su momento juraron servir y respetar. |
Con la subida del Presidente León Febres Cordero, en cambio, no solamente se restaron las rentas de la
Prefectura de Esmeraldas sino que se apropió el gobierno de buena parte de ellas mediante Decretos y resoluciones del Ministerio de Finanzas y del corrupto Banco Central que presidía el Economista Alberto Dahik. Incluso se llegó a tratar de asesinarle al interior del Consejo provincial y los Diputados Social Cristianos impidieron la entrega del Aval del gobierno a un crédito por doce millones de dólares ofrecido por el gobierno de Checoslovaquia a bajo interés, para la adquisición de maquinaria. Dicho préstamo se pagaría con banano, camarón y otros productos del mar.
En 1987 viajó invitado por Fidel Castro a Cuba para que participe en la Conferencia Internacional sobre el no pago de la Deuda Extema de los países tercer mundistas, que les impide alcanzar un desarrollo estable y los mantiene sumidos en la pobreza y el subdesarrollo.
De allí en adelante, dedicado a su familia y estudiando los agobiantes problemas de la Patria, vivía modestamente en su casa de Esmeraldas, respetado y considerado. El 2000 comenzó a sufrir de molestias provocadas por la próstata, que no le impidieron seguir con su conducta ruidosa de siempre, pues nunca ha sido un sujeto asustadizo ni timorato; por el contrario, conversa, ríe y tutea a todos por igual, suelta carcajadas y manotazos, grita y gesticula. Ese es el “Comandante duro” al natural, aunque confieso que siendo su amigo, jamás he conocido otro diferente.
Su carácter es a veces violento, defecto que ha sabido usar para provecho de la comunidad, por eso pudo realizar múltiples invasiones y obtuvo la creación del puerto de Esmeraldas, etc.
Su estatura baja, tez trigueña, contextura fuerte y musculada, se dice mulato sin ostentación ni menoscabo, pues este varón es de los que ama a sus semejantes sin distingo alguno, y como no conoce el miedo ni se engríe con la fama, vive en paz. I cosa rara, siendo tan querido y respetado en el país, en su tierra aun no se dan cuenta de que sin el “Comandante duro” Esmeraldas seguiría siendo un pueblucho estrangulado por unos cuantos terratenientes que vendían las tierras aledañas de sus propiedades a precio de oro.
Sin lugar a dudas Jorge se ha situado en la línea progresista de Luis Vargas Torres y a principio del siglo XXI era el más ilustre esmeraldeño, no solo por sus hechos sino también por su “ingenio combativo para acaudillar a las masas alzadas”.
Con problemas de audición que no de memoria, vivía retirado en su casa al sur de Esmeraldas que adquirió con la venta de su finca en La Chila hasta que el 20 de Agosto del 2010 le hizo crisis su vieja afección prostática y guardó cama. Su fallecimiento ocurrió el Jueves 23 de Septiembre a las ocho de la noche y la noticia circuló de inmediato en toda la provincia y hasta en el país, pues su figura tenía connotaciones nacionales. El viernes su cadáver fue velado en Capilla Ardiente y el día sábado 25 el cortejo fúnebre desfiló por las principales calles de Esmeraldas, siéndole tributado el respetuoso homenaje de admiración por sus obras. A las doce llegó el cortejo al cementerio donde numerosos oradores tomaron la palabra. Entonces se repitió una de sus más célebres frases: “El hombre puede meter las patas muchas veces pero las manos nunca.” Con las que recalcaba la pulcritud de sus actos en el manejo de los dineros públicos.