MARINO Y CONSUL BRITANICO. Nació en Margatte, Inglaterra, en 1827. Fueron sus padres legítimos Frederick Chambers, natural de Margatte, donde nació el 15 de diciembre de 1801, de profesión médico, “Mayor of Margatte,” y Ann Diack.
No se tienen datos de su niñez y juventud. Vino a Ecuador de Capitán de vapores fluviales hacia 1860. Desde el 63 figuró como Vice Cónsul de Gran Bretaña en Guayaquil, el 65 casó con Eufemia Vivero Garaycoa, matrimonio feliz con siete hijos.
Durante la invasión del General José Maria Urbina al Golfo de Guayaquil llegó de Quito el Presidente García Moreno y conociendo que el país no disponía de una flota contra el invasor, aprovechando que el día 31 de Mayo había arribado el vapor Talca, a través de la Capitanía del Puerto notificó a su capitán Geo Chambers que su buque quedaba embargado de orden superior y por necesidad del gobierno pero Chambers se opuso, arreó el pabellón ecuatoriano y expulsó a los trabajadores que ya se encontraban artillando el buque por el gobierno. García Moreno ya había contratado la compra del vapor en 50.000 libras esterlinas con el Cónsul inglés Mr. Harman. Se pagaron 20.000 de contado y quedó el saldo a ser abonado cuando el Agente inglés aprobara la venta. Chambers protestó ser el único responsable de la nave propiedad de la Compañía Mail Steam Packet Co, de nacionalidad inglesa, dedicada al tráfico de Vapores y por consiguiente cualquier venta efectuada era nula. Armó a sus marineros, y pidió protección a la “Blanca”, nave capitana de la Armada española del Almirante Topete fondeada en la ría de Guayaquil. Los españoles se comprometieron a impedir la salida del Talca, García Moreno decidió solucionar el problema entendiéndose en privado con Chambers y se apoderó definitivamente de la nave alegando el derecho de Angaria, que desde la edad media consta en las prácticas internacionales marítimas, habiéndose iniciado entre los navegantes de Barcelona.
En 1870 colocó un puerto en terrenos del departamento del Chocó colombiano, precisamente al lado de la población de Barbacoas, ayudado por Pedro F. y José Díaz del Castillo, logrando la comunicación directa de dicha población con todos los mercados del mundo, de manera que iniciaron la navegación a vapor por el río Telembí. La Corporación Municipal de Barbacoas le dirigió una encomiástica comunicación y entregó un Diploma de agradecimiento.
Al ocurrir el fallecimiento del Cónsul británico en Guayaquil C. T. Smith fue promovido al consulado, puesto honorífico que desempeñó hasta su muerte.
En 1876 obtuvo la representación de la poderosa línea de vapores “The Pacific Steam Packet Co” considerada la más importante en la carrera marítica sudamericana del Pacífico. Una de sus responsabilidades como agente era la de anunciar el horario de arribo y partida de las naves, usualmente lo hacía en el periódico “Los Andes”.
En 1880 continuaba también representando a la línea naviera trasatlántica “Royal Mail Steam Packet Co.” fundada en 1839 en Southampton para el servicio con los puertos de Cuba, México, Venezuela, Panamá y Nicaragua. Los zarpes para Europa se verificaban desde Colón en Panamá a Southampton en Inglaterra, viaje que se ofrecía en tan solo veinte y un días. Un gran adelanto para la época.
En 1882 fue Director de “The Great Zaruma Gold Mining Co. empresa de capitales ingleses, concesionaria de varias minas de oro en la zona de Zaruma y Portovelo.
En 1883 fue vocal del Directorio del Banco de Crédito Hipotecario y durante los combates del 9 de Julio por la toma de Guayaquil, el Jefe Regenerador Eloy Alfaro le fue a solicitar en préstamo el vapor “Casma”, nuevo y de andar muy rápido, para dar caza al derrotado dictador Ignacio de Veintemilla, que acababa de abandonar la urbe; pero no encontró a Chambers que había salido con sus familiares a Puná y Alfaro juzgó inútil insistir en sus propósitos.
En 1884 fallecieron sus padres, con diferencia de pocos meses, en Londres y fue Accionista y Comisario del Banco del Ecuador. El 86 representó a los tenedores de bonos de la Deuda Inglesa Ecuatoriana y desde 1890 se encargó de remesar los abonos que hacía el gobierno para cubrir los dividendos de la deuda, por medio de la retención de un porcentaje de los derechos de Aduana, para 1896 dichas remesas se realizaban a través del Banco Comercial y Agrícola de Guayaquil.
El 87 fue socio de Markus Kelly en la compañía del Ferrocarril y Obras Públicas de Guayaquil, establecida para la construcción de la línea férrea, puente y línea de teléfono.
Guillermo Arosemena ha encontrado en el exterior el Informe titulado “Los negocios y comercio de Ecuador en 1891” enviado por Chambers, en su Calidad de Cónsul británico en Guayaquil, a la Cancillería de su Patria, en 1892. Trabajo de síntesis tan complejo que mereció ser comentado in extenso en el Informe del Bureau of American Republic que se editaba en Washington D. C. con el título de “Ecuador”
A los pocos días del incendio Grande de octubre de 1896 dio cincuenta pesos para la colecta de ayuda a los damnificados con el fuego. Vivía con los suyos en la casa heredada por su esposa en la calle del Arzobispo No. 8 del Barrio del Conchero (Hoy Mejía) por lo que no sufrió pérdidas en el flagelo y era vocal del Directorio de la Compañía de Carros Urbanos.
En 1898 figuraba entre los exportadores de cacao y junto a otros más firmó una carta dirigida al Superintendente del tren en Colón, Panamá, advirtiéndole del robo sistemático de hasta diez libras de cacao por saco y maltrato de la producción que se transbordaba, lo cual permitía la competencia de los vapores que seguían la ruta contraria a Panamá, es decir, la que pasaba por el estrecho de Magallanes al sur, que aunque mucho más larga era más rentable, pues las cargas arribaban a su destino europeo completas y sin robo alguno.
Falleció en Guayaquil, de casi setenta y dos años de edad, el 13 de Julio de 1899, en el desempeño del consulado general de su Patria.
Fue un Agente muy estimado en la ciudad por sus dotes de caballerosidad sin tacha, buenas maneras y expresiones bondadosas. Más bien alto, colorado, de ojos plomizos y pelo encrespado y café. Tenía una apariencia amable y bondadosa aunque su porte era severo y en la vejez engrosó sin llegar a la obesidad. Su nieto Pedro Robles y Chambers mantenía un hermoso óleo suyo, que le mostraba con uniforme azul marino de capitán fluvial, que con el retrato (también de cuerpo entero) del General Francisco Robles García, presidían su biblioteca y archivo y aún me parece estarlos viendo a pesar de los años transcurridos.