BIOGRAFO DE MARIANA DE JESUS. –
Nació en Ambato en 1725. No se tiene noticias de sus primeros años y ordenación sacerdotal, pero fue un hombre de extraordinaria actividad, energía y paciencia, inflamado por la devoción a Mariana de Jesús, y por eso resolvió consagrar todos sus esfuerzos para conseguir la promulgación del decreto pontificio de beatificación. Con tal motivo decidió viajar por la América hispana del Sur, propagar en los pueblos el conocimiento de la vida de la Azucena de Quito, conseguir el apoyo de personas que influyeran para acelerar los trámites y recoger los fondos indispensables para tal objeto.
El 26 de septiembre de 1757 salió de Quito y visitó las ciudades de Trujillo, Lima, Guamanga, Cusco, Arequipa, La Paz, Charcas, Santiago de Chile, la Concepción, Tucumán, Buenos Aires y muchas pequeñas poblaciones de aquellas diócesis.
Nueve años tardó en ese extenso recorrido de quince mil leguas, que realizó con admirable constancia. En Buenos Aires se embarcó para Europa el 13 de junio de 1766 llevando más de veintisiete mil pesos que había logrado recoger y el 24 de septiembre desembarcó en el Ferrol, trasladándose inmediatamente a Madrid, donde entregó al Consejo de Indias la suma de dinero recogida en América para los gastos de la causa de beatificación.
En premio a tal gesto de generosidad el Rey Carlos III le propuso para Canónigo de Santiago de Chile, honor que no aceptó entonces pero que más tarde lo recibió como distinción otorgada por el monarca y que podría servirle en las gestiones que se proponía llevar a cabo en Roma, pues el 10 de junio de 1767 el mismo Rey le había designado Postulador de la Causa para que la impulsara con Bartolomé de Olarán, enviado también a Roma por el Consejo de Indias.
Llegado a la ciudad Eterna trató con el Papa Clemente XIV la activación de los trabajos de las Congregaciones, que estaban paralizados, empezó a traducir al italiano muchos de los documentos constantes en los Procesos, especialmente las treinta y tres declaraciones sobre las virtudes y merecimientos de Mariana de Jesús y se valió de ellos para componer una biografía de la virgen quiteña que publicó en italiano en 1776 y de la que se conocen tres o cuatro ediciones: La primera de Roma ese año. La segunda en español en 1779 en Madrid. La tercera en Roma en 1853 aunque José Félix Heredia menciona otra edición romana de 1833 impresa por Salvincci, que los bibliógrafos ignoran por completo, razón por la cual aún se duda de la existencia de dicha edición romana.
Mientras tanto el 19 de marzo de 1776 el Papa Pío VI había declarado que las virtudes de Mariana de Jesús eran en grado heroico, lo que dicho en otras palabras la convertía en Beata, paso previo a la Santidad, que recién se declaró en 1950.
El padre del Castillo regresó a Madrid posiblemente en 1777 satisfecho de su triunfo y para imprimir la edición en español y allí murió pobremente en 1781, sin haberse posesionado de la Canonjía en Santiago de Chile y cuando preparaba viaje hacia su Patria.
Fue un fanático monomaníaco, casi un loco, pero le salva su entrega total por alcanzar un elevado ideal religioso, el de la beatificación de la virgen quiteña.