RECTOR FUNDADOR DE LA POLITÉCNICA DEL LITORAL.- Nadó en Guayaquil el 2 de Mayo de 1919. Hijo legítimo del Dr. Carlos Camacho Illescas, abogado, y de María Angélica Navarro Echanique, guayaquileños.
El séptimo de once hermanos de un hogar feliz. A los cuatro años ingresó al Jardín de Infantes “Mercedes González de Moscoso” que dirigía la profesora Blanca Salvador Vela donde aprendió a leer y a escribir. El 25 pasó al primer grado de la “Escuela Modelo” con la Profesora Lelia Castro, el 28 al “Liceo Ecuador” del Lic. Luis Mariano Guevara y terminó la primaria en 1930.
De allí en adelante siguió los estudios secundarios en el “Vicente Rocafuerte”, destacó como deportista en natación, remo y lucha y aprendió el alemán con el Prof. Carlos Gersh. En Abril del 37 se graduó de Bachiller y entró a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Guayaquil, trabajando de ayudante de su hermano Fulton en la construcción de las primeras villas de cemento armado de los barrios del Centenario y del Salado.
Entre el 39 y el 40 estuvo en el servicio militar obligatorio y posteriormente fue Oficial de Reserva en las Guardias Nacionales. En 1942 ganó una beca del gobierno para estudiar Ingeniería de Minas en la Universidad del Estado de Pensilvania. La beca consistía en los pasajes, cien dólares mensuales y libros. En la Universidad logró que se le admitiera como Ayudante de la cátedra de Laboratorio de preparación de minerales con 0,75 dólares la hora. El 43 ascendió a Dibujante, Topógrafo y Laboratorista en el Bureau de Minas con 1,50 dólares la hora y el 44 a Laboratorista y Asistente de Investigación del Colegio de Ciencias Minerales y de la Tierra, de la misma Universidad, asistiendo a tres cursos por año hasta graduarse de Ingeniero de Minas en Junio del 45. De allí en adelante ha actualizado sus conocimientos con cursos de educación continuada en varias Universidades.
En 1946 contrajo matrimonio con Elizabeth Joan Fosa Rau, profesora de castellano de la Universidad del Estado de Pensilvania y fue contratado por la “American Cyanamid Co” como ingeniero de explosivos. Su entrenamiento duró un año en varios estados hasta perfeccionar sus conocimientos en minas y laboratorios en las minas de carbón a tajo abierto y subterráneas de Pensilvania y Ohio, luego visitó las metálicas de Mont Hope y las de West Virginia, Virginia y Kentuky.
El 47 pasó de Ingeniero de Servicio y representante técnico de la “American Cyanamid Co.” a Puerto Rico, a trabajar en las canteras de piedra cercanas a San Juan. En la República Dominicana y en Panamá visitó otras canteras para ayudar a mejorar la técnica de trabajo del personal. En Venezuela estuvo en el descubrimiento de las minas de hierro de Cerro Bolívar, cercano a Ciudad Bolívar en la desembocadura del río Orinoco, en las fábricas de cemento de Pertigalete en Barcelona y en las de Maracaibo, Valencia y Barquisimeto.
De allí siguió a la zona minera de cerro de Pasco en el Perú, estudió los polisulfuros de metales básicos como el plomo, cobre y zinc en las minas de cerro de Pasco, Morococha, Casapalca y Cercapuquio. Después dio asistencia técnica en la voladura para la recuperación secundaria de pozos petroleros en Talara, en la construcción de la Central Hidroeléctrica del cañón del Pato con 125.000 kilovatios de capacidad y en la apertura de los túneles de la central hidroeléctrica de Lima. En Bolivia también trabajó varios meses para las minas de estaño y plata de propiedad de los herederos de Antenor Patino, de Aramayo y del Banco Minero de Bolivia con US$300 mensuales, más alimentación, vivienda y gastos varios.
Estos trabajos de campo, realizados entre 1945 y el 50, le fueron muy útiles como entrenamiento y experiencia pero al mismo tiempo llegaron a cansarle, pues el continuo trajín por montes, ríos y selvas, sin caminos transitables y a veces a grandes alturas, ocasionan fatiga. El 50 regresó a los Estados Unidos y fue contratado por la “Basic Refractories Lid.” de Cleveland, como ingeniero de investigaciones de explosivos en los laboratorios de Tiffin, Ohio y luego en Gabbs, Nevada. Poco después fue enviado a dirigir los trabajos de exploración de varias minas de cobre en Sierra Maestra, instaló su centro de operación en Santiago de Cuba al este de la isla y logró detectar un depósito de cromita en la zona de Guantánamo. La cromita sirve para fabricar las aleaciones del acero.
Una úlcera al estómago le molestó cierto tiempo, como secuela de la vida irregular que demandaba su profesión, siempre a campo traviesa, sin horarios y con el peligro constante que entraña el manejo de altos explosivos.
Nuevamente en los Estados Unidos trató su dolencia y fue contratado el 53 por la “Mineracao Lobato Ltd.”, subsidiaria de la “Unión Carbide” para la exploración de manganeso en la cuenca del Amazonas, pues se había iniciado la guerra fría entre las grandes potencias y el occidente requería ese metal porque los rusos lo habían retirado del mercado. En el Brasil se desempeñó como Jefe de Grupo de Exploración para la cuenca Amazónica con sede en Manaos. Eran seis ingenieros de diversas partes del mundo y se repartieron las zonas. A Camacho le correspondió penetrar por el río Sucundurí hasta su afluente el Aripuaná y de allí hasta el Castanho. Para ello tuvo que aprender el portugués rápidamente, sirviéndole de gran ayuda las bases de español que poseía. En la zona del Sucundurí halló un yacimiento de medio millón de toneladas de manganeso y en la del Aripuaná otro de millón y medio, pero sus explotaciones no resultaron económicamente rentables, dadas las dificultades y el costo del transporte. Cabe indicar que en estas exploraciones encontró la montaña de Cerro Negro, íntegramente de hierro magnético, pero su explotación tampoco resultó rentable.
En 1954 la “Mineracao Lobato Ltda.” decidió trasladarse al África y Camacho se cambió a la “EIMCO Co.” como ingeniero de ventas y servicios para exportación, con sede en New York, donde laboró un año en la fábrica de maquinaria de minería y de proceso, hasta que fue contratado por la Cemento del Chimborazo en Riobamba.
En el Ecuador realizó diversas funciones. Fue Conferencista en Geología Económica en la Universidad Central de Quito e ingeniero residente para los estudios de los puertos de Manta, Puerto Bolívar, Bahía y
Esmeraldas con la “Radery Asociated” En 1958, el Ministro de Educación, José Baquerizo Maldonado, pidió su Curriculum y lo envió a la Unesco de París, con el fin de que compitiera con otros 18 ingenieros ecuatorianos candidatizados al Rectorado de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, creada por Decreto del 29 de Octubre de ese año. A principios del 59 resultó seleccionado y se dedicó de lleno a organizar los cursos y programas de estudio y a adecuar el local que se le había destinado en la vieja casona universitaria del centro de la ciudad, para lo cual tuvo que fiar en el comercio el menaje, pintura, útiles, escritorios y demás enseres por algunos cientos de miles de sucres, pues la Politécnica no constaba en presupuesto.
Superados estos incidentes iniciales el día 29 de Abril y en presencia del Presidente Camilo Ponce, declaró inaugurada la Politécnica y la puso a trabajar. Poco después obtuvo el solar y edifico en la calle Rocafuerte y Loja que habían sido de la aduana y la bodega del Malecón de la Autoridad Portuaria.
El Programa inicial de estudios constaba de varios cursos de Ingeniería en las especialidades de Mecánica, Naval, de Petróleo y Minas, pero a la subida de Velasco Ibarra en 1960 entró la politiquería y por ello Camacho prefirió renunciar el 61. Poco después y posiblemente como una retaliación personal, se suprimió la cátedra de Ingeniería de Minas que él dictaba. La importancia de su paso por la Politécnica aún no ha sido evaluada ni comprendida pues no solo le confirió el impulso inicial, consiguió los locales, la dotó de maestros y personal administrativo, sino también de una planificación y filosofía de trabajo que aún se mantiene a pesar de los años transcurridos. Su modelo, tomado de la Italia de la postguerra, se basa en la liberalidad y en la programación de los estudios y en la exigencia en el cumplimiento del trabajo académico, de suerte que los graduados deben tener una excelente y muy fuerte preparación y poca especialización, para que les sea relativamente fácil hallar trabajo en la industria incipiente y por lo tanto, poco desarrollada, del Ecuador.
En 1961 instaló su oficina particular en Guayaquil, realizó exploraciones con su hermano Dalton por el norte de la provincia de Esmeraldas en las minas de “Guimbí” y aunque hallaron algunas reservas de oro, éstas fueron de tan poca importancia que no resultaron negocio.
El 62 asumió la Dirección Técnica del Centro de Rehabilitación de Manabí con sede en Portoviejo, en el proyecto de pozos someros para la provincia. El 63 fue contratado por la Empresa Eléctrica del Ecuador Inc. para realizar los estudios geológicos previos a la construcción de la central hidroeléctrica que se pensaba construir en el río Jubones. Entonces descubrió un sitio rico en petroglifos y se dio cuenta que el valle del Jubones es de origen glacial y no fluvial y su datación arranca del terciario.
De allí en adelante se dedicó a promocionar empresas mineras nacionales y extranjeras y dictó las siguientes cátedras: 1) Topografía y Geología Geotécnica en la Universidad Católica, y 2) Geología para ingenieros. Geología Marina y Geología de Minas en la Universidad de Guayaquil y en ambas cátedras se jubiló el 77.
En 1972 había contraído matrimonio con María Luisa Calderón Von Buchwald. Entre el 75 y el 83 fue Director Ejecutivo de la Fundación Ecuatoriana de Desarrollo, que concede préstamos de desarrollo para la creación de actividades productivas. Entre el 84 y el 86 asesoró a la Universidad Técnica de Loja, ayudó a crear la Escuela de Minas de esa Universidad y la conectó con el mundo minero.
Desde el 84 viene estudiando los carbones de la parroquia Sibambe, Cantón Alausí. Allí descubrió un rico depósito mineral de hulla magra, de alto contenido calórico y de la misma calidad que la existente en las minas de Pittsburg, cuya explotación se inició hace más de 150 años y aún sigue activa. Los carbones de hulla de Sibambe constituyen la reserva más valiosa del Ecuador, servirán de combustible en el futuro y ahorrarán con fines de exportación la mitad del petróleo que se consume actualmente en el país. Su hallazgo fue posible únicamente a causa de la intensa erosión del lecho del río Sibambe, por las grandes lluvias del invierno del 83. Obtenida la concesión, tenía en marcha los trabajos conducentes a la explotación, a través de su compañía “Carbonera Ecuatoriana Carbonedsa S. A.”.
Su estatura mediana casi alta, blanco rosado, ojos cafés, pelo entrecano, carácter fuerte, franco, jovial, decidido y emprendedor; considera a la Politécnica del Litoral como el origen del desarrollo técnico industrial del país.
Se dedicó en sus artículos a promover la utilización de las aguas subterráneas, la regulación hidrológica para la defensa del territorio peninsular al oeste de Guayaquil y la regulación fluvial del sistema del Guayas para evitar inundaciones y mejorar sus tierras bajas. Desde 1954 trató de promover la construcción de túneles viales para el tránsito en Guayaquil. Desde 1971 fue el originador de la idea de la localización del nuevo aeropuerto de Guayaquil al oeste de la ciudad, en la llanura litoral de Daular, parroquia Chongón.
Falleció en Guayaquil, el martes 6 de Abril de 1999 de casi 80 años de edad.