CAICHE DE LA CRUZ TOMAS

CACIQUE DE DAULE Y QUIJO – DAULE.- Nació en Daule hacia 1646. Su padre fue el Cacique Juan Caiche, hijo a su vez de la Cacica de Daule doña María Caiche cuya biografía puede verse en este Diccionario. De joven viajó a Lima y consiguió ser admitido como Cabo de Escuadra de Infantería de la Compañía de Naturales, luego ascendió a Alférez y habiéndose radicado en Guayaquil fue reconocido como Capitán de Naturales y Forasteros y empezó a asistir a las reales fábricas de bajeles.

Hacia 1675 contrajo matrimonio con doña María Tomalá, nacida hacia 1660 quien ejercía el Cacicazgo en 1711 y tuvieron descendencia.

En 1680 fue designado Jefe del gremio de Calafateros y Carpinteros de ribera de Guayaquil y el 82 sucedió a su padre don Juan Caiche en los cacicazgos de Daule y Quijo – Daule, Yanco, Jiguaya y Solpo, Chanduy y otras parcialidades y en el oficio muy honorífico por cierto de Alcalde Mayor de Naturales pero como se encontraba viviendo en Lima, recién el 84 entró al ejercicio pleno de sus derechos.

Mas, tres años después, en 1.685, le hizo oposición don Miguel Saracualla, hijo legítimo de Don Tomás Saracualla y de doña Pascuala Ana, nieta esta ultima de don Miguel Huacón, Cacique de Yanco hasta 1629 que falleció, entablándose una disputa judicial no solo por Yanco sino también por Daule.

Este Saracualla había viajado a Quito a conversar con el Presidente de la Audiencia Lope Antonio de Munive a quien hizo constar su reclamo sobre el cacicazgo del poblado de Yanco, vecino al de Daule, que decía estar vacante. El Presidente ofició al Corregidor de Guayaquil, Domingo de Iturri Gaztelú para que Informe y éste certificó que Saracualla era un fiel súbdito de la Corona, contaba con una cuadrilla de leñadores especializados en una gran variedad de labores útiles, especialmente en las construcciones civiles de casas, puentes o naves en el astillero y recomendaba se le nombre Alcalde Mayor de pueblo de indios de Yanco, de suerte que el Presidente dispuso al Corregidor el 17 de Junio de 1687 que diera la posesión a Saracualla y éste comisionó a su Teniente General de Corregidor Blas García de la Peña, al Capitán Juan de Aguirre Alcalde Ordinario, y al Capitán Juan Pérez de Villamar, Fiel Ejecutor y Procurador General del Cabildo de Guayaquil.

Saracualla había probado que sin tener reconocida su nobleza descendía de Caciques, que había sido cobrador de tributos con cuenta siempre limpia, que en 1684 asistió a las trincheras del malecón de Guayaquil trabajando con su gente sin recibir remuneración ninguna y todo a su costa durante el ataque de los piratas Edward David y William Dampier, empresa en la que agotó un gran caudal.

Pero el Capitán Tomas Caiche de la Cruz, Cacique de Daule, demostró que Saracualla había sorprendido al Presidente de la Audiencia a sabiendas que no tenía derecho alguno a cacicazgos por que ni Saracualla ni su familia poseían en el pasado tal título, que por NO tener su nobleza reconocida Saracualla era considerado un indio más – es decir un runa – de sangre común y corriente y sin derecho a Cacicazgos, que en su juventud en Daule había herido a un sujeto y tuvo que huir a las costas del Perú donde prosiguió sus aventuras. En cambio la familia Caiche venía gozando desde 1599 del privilegio del reconocimiento oficial del Cacicazgo por decreto del Virrey del Perú Luís de Velasco, que había entrado en posesión de él por
muerte de su padre el Cacique Juan Caiche acaecida en 1682 y que desde el 84 había ingresado a Daule en pacífica posesión, luego de su regreso del Perú, lugar a donde se había trasladado como Capitán de los ejércitos del Rey.

Ante estas aclaraciones el Presidente Munive nuevamente pidió informes al Corregidor que en su vista ampliada manifestó: Que si bien era cierto que don Tomás Caiche era el legítimo heredero del cacicazgo de la parcialidad de Yanco y otras, vacantes por la muerte de don Juan Caiche, que no había hecho un buen papel con sus obligaciones y había perdido la vida a manos de uno de los hombres de su parcialidad a quien le robara y abusara de su mujer, a lo cual el propio Corregidor tuvo que solicitar a Saracualla que se convierta en Cobrador de los Tributos de esas parcialidades por conocer que era hombre de buen parecer, honorable y de confiar, funciones que mantuvo hasta 1684 año de la llegada de Don Tomás Caiche desde el Perú, legítimo sucesor del fallecido don Juan.

En el Informe se dijo que Saracualla y su cuadrilla de hombres había acudido en varias ocasiones a la defensa de Guayaquil del ataque de los piratas, poniendo en grave riesgo sus vidas, que además eran los responsables de la construcción de trincheras, fortificaciones y otras defensas como el terraplén del fuerte de Santo Domingo, a más de ser uno de los principales proveedores de madera para el astillero de Guayaquil.

En vista de ello, el Presidente Munive otorgó el cacicazgo a Caiche y declaró la exención vitalicio del pago de impuestos y mitas a Saracualla, quien pasó ser indio principal y persona especial entre los suyos.

El mismo Corregidor y el Cabildo de Guayaquil en sesión del 9 de Marzo de 1688 le ratificaron en sus dominios a don Tomás Caiche reconociendole como Alcalde Mayor de Daule con derecho al uso de la vara alta de justicia, capa, ropa, sombrero y arma blanca ofensiva y defensiva, a la usanza de los hidalgos españoles. El 14 de Abril de 1686 hizo su ingreso triunfal
en Daule acompañado del Cura Párroco Juan Girón de Cabrera, delegado especial del Corregidor, quien presidió el ceremonial de estilo en estos casos, con gran júbilo de los pobladores que festejaron ruidosamente el triunfo. Poco después el Virrey del Perú, Duque de la Palata, le extendió el título definitivo.

Entonces decidió presentar un Memorial al Consejo de Indias, que se tramitó en Guayaquil a través del Capitán Antonio Pérez de Villamar Avilés quien convivía con su hija María Caiche, y de Sebastián de Zamudio y Oviedo quien convivía con una prima hermana llamada María Caiche Caiche, pues no era usual por entonces que los indios y peor las indias contrajeren matrimonio a la española, ya que lo hacían “cogidas de la mano” es decir, a la indígena, como sus antepasados que no conocían el uso del alfabeto y eran por lo tanto pueblos ágrafos.

Ambos “parientes” le representaron y el asunto pasó al Consejo de Indias en España y finalmente, a los trece años, el 25 de Septiembre de 1699 el Consejo le confirmó todos sus títulos de Cacique, ordenó que se le pague una renta de quinientos o seiscientos pesos en la forma regular o en la primera Encomienda que vacase en el Corregimiento de Guayaquil pues los tributos de los indios Daule no llegaban ni a treinta pesos anuales, tal la pobreza en que había caído el Cacicazgo, lo cual no significaba que don Tomás estaba pobre, pues era dueño de extensas propiedades y de ganado en esa zona y se dispuso en su favor el honorífico empleo de Capitán de la Maestranza del puerto de Guayaquil, por las maderas que remitía cada vez que era necesario, ya que que en Sevilla y en el Callao existían cargos iguales.

En la Visita del 5 de Diciembre de 1711 seguía de Cacique Gobernador de Daule, casado con doña María Tomalá nacida hacia 1660 de la familia de los Caciques de la Isla Puná y eran sus hijos Juan Teodoro, Tomasa y María Caiche y Tomalá (1)

(1) Doña María Caiche y Tomalá formó dos familias: la primera con el Capitán Tomas Carbo Martí y la segunda con el Capitán Antonio Pérez de Villamar Avilés. Fueron sus hijos: 1) fray José Carbo y Caiche, franciscano, 2) Bartolomé Carbo y Caiche, quien testó en Daule el 3 de septiembre de 1752 casado con su prima segunda Francisca Castro y Morán, con hijos, 3) Francisco Carbo y Caiche, casado; 4) Magdalena Carbo y Caiche; 5) Catalina Carbo y Caiche, ambas se dedicaron a servir a sus coterráneos que las llegaron a considerar las madres de todos y 6) fray José Carbo y Caiche, que por su gran talento y capacidad fue llevado a España y nunca volvió 7) Juan Pérez de Villamar y Caiche, nacido en Daule en 1714 que testó en Daule el 11 de Mayo de 1794, propietario agricultor, casado allí con su prima segunda Micaela Nicolasa Morán y Zamudio, hija de Andrés Moran de Butrón y Rendón y de María Zamudio y Caiche, hija a su vez de Sebastián de Zamudio y Oviedo y de María Caiche, todos dauleños, de donde nació Bartolomé Pérez de Villamar y Morán, que solía firmar en los documentos como Bartolo (posiblemente su apodo en familia) propietario – agricultor y Alcalde Ordinario del Cabildo de Daule, casado en 1781, con María de las Nieves Alarcón y Guzmán – hermana del célebre Prócer y poeta Cristóbal de Alarcón y Guzmán, a) El Cholo Virrey, padres de Mercedes Villamar y Alarcón, quien formó familia con su deudo el Sargento Mayor José Pimentel y Plaza (Hijo legítimo de Capitán Diego de Pimentel – Sotomayor y Olmedo, nacido en Lima y de Gregoria Rodríguez Plaza y Morán, hija legítima del Capitán Nicolás Rodríguez – Plaza Herrera y de Catalina Morán y Morán, guayaquileños.

Tuvo casa propia cercana a la actual

calle Julián Coronel, en un callejón conocido como del Cacique, donde pasaba largas temporadas. Este callejón se hizo famoso por un tigrillo que todas las noches bajaba de su madriguera y merodeaba por sus contornos, pues el dicho callejón estaba cortado por el cerro Santa Ana que era montaña profunda.

Fue sucedido en el Cacicazgo por su hijo Don Juan Teodoro Caiche, quien recibió del Rey Felipe V el 20 de Agosto de 1714 una Cédula concediéndole quinientos pesos anuales de por vida y mil pesos por una sola vez en la primera Encomienda que vacare, igualmente fue confirmado en el Cacicazgo de Daule y Quijo – Daule en 1719 y se querelló en 1737 con el Cacique José Chonana, padre de Alejo Chonana.

Don Juan Teodoro Caiche fue padre legítimo del Cacique Don José Caiche nacido en Daule hacia 1720, casado con Dona María Baidal, padres de Don Pedro Isidro Caiche, bautizado en Daule en 1750, quien quedó huérfano y por eso el Gobernador de Guayaquil procedió a entregarle el señorío de Chanduy, Daule y Colonche a Juan Chonana, quien gobernó hasta 1770, año en que por orden del Gobernador Juan Antonio de Zelaya y Vergara se le dio el mando al joven Pedro Isidro Caiche, quien en 1780, es decir, diez años después, fue acusado de mestizo y que había robado a una mujer un rosario de cuentas de oro, por lo que se hizo cargo del cacicazgo su tío paterno Don Antonio Caiche. Como se ve, el Cacicazgo de Daule había perdido muchísima importancia en el siglo XVIII, tal como sucedió con los demás de la Audiencia.