BUSTAMANTE CEVALLOS JOSE RAFAEL

ESCRITOR Y POLITICO.-Nadó el 19 de Agosto de 1881 hijo legítimo de Rafael Bustamante Sánchez, de profesión agricultor, propietario de varias heredades y arrendatario de haciendas de la Asistencia Pública, y de Josefina Cevallos y Cevallos, quiteños.

Fue bautizado en el Sagrario, primogénito del hogar eran propietarios de una casa en la Parroquia de San Sebastián. Tuvo tres hermanos y de seis años fue alumno de la escuela “San José” de los Hermanos Cristianos. A los doce comenzó la secundaria donde los jesuitas.

En 1893, cuando solamente tenía doce años y transcurrían los días de su infancia feliz y tranquila, en menos de un año perdió a sus padres y pasó con sus hermanos menores al hogar de su tía materna Rosa Cevallos de Guarderas, quien hizo de segunda madre con cariño ejemplar, pero la tragedia vino a templar su constitución psíquica y tomó conciencia de la propia dignidad, elevándose sobre las vanidades y soberbias del mundo.

El 14 de Mayo de 1897 se graduó de Bachiller en Filosofía y Literatura y comenzó sus estudios de jurisprudencia “caracterizándose por una envidiable claridad de talento, la hondura de reflexión, la extraordinaria probidad y el amor de la libertad y al mismo tiempo por un temperamento tímido y hasta introvertido que le llevó a amar el silencio y recluirse en la soledad, donde pensaba y sufría por los males de la Patria.

En 1902 fue delegado de la Universidad Central al Congreso de Estudiantes celebrado en Caracas. De vuelta al país asumió la administración de la hacienda familiar denominada “Palugo” cercana a Pifo, que trabajó truncando una promisoria carrera profesional. En la hacienda reconstruyó la economía familiar y contribuyó a la terminación de la educación de sus hermanos menores. También encontró el tiempo necesario para escribir el relato “Dos Solitarios” revelador de su angustiosa orfandad, haciéndose conocer en el ambiente literario de la capital. Era un joven veces retraído, que desconfiaba de las cosas de los hombres y de la religión Católica como institución, siempre dispuesto a protestar contra cualquier forma de injusticia. Autodidacta y prolífico lector de temas históricos, filosóficos, literarios y morales, pasó a formar parte del liberalismo, partido político al cual perteneció.

En 1910, “La Ilustración Ecuatoriana”, revista de José Lasso, publicó una semblanza suya en el Número tres de la serie Los Contemporáneos. El 12 ingresó a la Sociedad Jurídico – Literaria y fundó con varios consocios y amigos el diario “El Día”, que luchó contra el abuso político de los militares y por el establecimiento de bases de orden y derecho en la República. Eran los días del asesinato de Julio Andrade y el diario hizo una civilizada oposición a Leonidas Plaza.

En 1915 contrajo matrimonio con Hipatia Cárdenas Navarro con quien mantuvo un hogar tranquilo y feliz por cuarenta y siete años, a través de las vicisitudes propias de la vida. Ella fue una mujer de carácter y de altas miras, que popularizó en la prensa del país su pseudónimo de “Haspasia” y supo guiar con firmeza el camino de su esposo hasta las más altas magistraturas.

Ese año vio a la luz en la revista “Letras” que dirigía Isacc J. Barrera, la primera entrega de su novela “Para matar el gusano” apareciendo las siguientes en ediciones posteriores, la novela completa apareció en 195 págs. Una segunda edición data de 1960, por la Casa de la Cultura, en 254 págs. y la tercera el 70 en el No. 21 de la Colección Clásicos Ecuatorianos Ariel con prólogo de Hernán Rodríguez Castelo.

“La obra está situada en una época de asimilación de técnicas y modos realista naturalistas y de acercamiento al asunto y ambientes nacionales. Su argumento simple narra los frustrados amores de un estudiante pobre, con elegante estilo castizo y hermosas y artísticas pinturas del paisaje -que se lo mira mansamente- porque es una novela esencialmente rural y de costumbres, escrita en tonos virgilianos, con personajes bien caracterizados, tensos, llenos de sentimientos e interioridades. El personaje central ama filosofar más como emoción que como pensamiento y para ello utiliza largos monólogos. Finalmente, derrumbado en su humanidad, encuentra la compañía fiel de un perro que le devuelve el cariño y la fe.

“Para matar el gusano” ha sido calificada de novela casta, humilde y sana, sin alardes ni afeites inadmisibles -escrita seguramente en el campo, con el ritmo sereno y renovado de las cosas terrícolas.

Después de esta novela solo publicó ensayos y conferencias, prosa que filosofa altamente sobre la libertad y rompe lanzas por la justicia y la solidaridad humana.

En 1919 el presidente Baquerizo Moreno le nombró Encargado de Negocios ante el gobierno de Arturo Alessandri en Chile. De regreso el 20 fue nuevamente enviado por el presidente Tamayo como Ministro Plenipotenciario en Chile, y en el Club de Señoras de Santiago leyó una conferencia sobre “La Realidad de la Vida” publicada en la revista de la Jurídico – Literaria de Quito. Igualmente, en el prólogo al libro “Flor Celeste” de una maestra chilena amiga suya, puso los siguientes pensamiento “Siento especial simpatía, grande atracción por las cosas sencillas, los lugares humildes, las gentes buenas y modestas. No sé por qué fui Diplomático y político. Quizás lo de político puede explicarse porque a nombre de las cosas sencillas, de las tierras humildes, de las gentes buenas y modestas, siento imperiosa necesidad de hacer la guerra sin tregua a la fuerza altanera, a la magestad despótica de los gobiernos, de los ejércitos, de los palacios. Odio la grandeza de la fuerza donde la encuentro, cualquiera que sea la forma que la encubra, así sea en la tiranía de los gobernantes, en la arrogancia y soberbia de las gentes poderosas, como en la violencia y crudeza de las pasiones populares”.

En 1921 ingresó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua con “La Claridad en la alocución”, discurso aparecido en las Memorias de ese año, prosa artística de innegable valor.

En 1922 asumió la Cancillería en tiempos difíciles pues tuvo que afrontar los serios problemas diplomáticos del pacto secreto Salomón – Lozano entre Colombia y Perú. Ese año leyó un discurso biográfico a la memoria de Sucre durante los actos celebrados por el centenario de la batalla del Pichincha, calificado de rico de ideas más que de datos y lleno de felices frases. En 1923 fue Senador Funcional por la Agricultura de la sierra, presidió la Cámara del Senado y el Congreso Extraordinario de ese año.

A principios de 1925 abrió campaña en el diario “El Sol” bajo el pseudónimo de “Roque” contra el gobierno constitucional de Gonzalo S. Córdova. Luego del triunfo de la revolución del 9 de Julio formó parte de la Junta de Gobierno Provisional compuesta de siete distinguidos ciudadanos de la República, con Luís Napoleón Dillon, Francisco Arízaga Luque, Pedro Pablo Garaycoa, Modesto Larrea Jijón, Francisco Gómez de la Torre y Francisco Boloña Ronaldo.

El rumbo que tomaron las cosas le obligó el 8 de Octubre siguiente, tras casi tres meses de actividad, a separarse de la Junta, declarando que lo hacía porque su principio o doctrina era combatir a la fuerza, única enemiga de la libertad. Ideal que estaba por encima de su propia existencia. Entonces se le consideró un político liberal, escritor de nota, pero más aún, el prototipo del ciudadano integérrimo.

En 1927 publicó el ensayo “Las dos Américas” en la revista de la Juridico -Literaria con viñetas de su vida. Entre el 30 y el 34 fue Profesor y el Primer Decano de la Facultad de

Filosofía y Letras de la Universidad Central. Uno de sus alumnos, el poeta Remigio Romero y Cordero, recordaría después: “Fue original a toda prueba. Su voz no se alteraba planteando el problema o resolviéndolo, su exposición obedecía a los rigores del método, no interfería con disgresiones el natural desenvolvimiento del tema, respetando el pensamiento ajeno. He allí al maestro de juventudes”.

En Abril de 1931 figuró entre los fundadores del “Grupo América” y entre los redactores de la revista de ese nombre, con otros miembros de la intelectualidad capitalina. El “Grupo América” llegó a aglutinar a lo mejor de la cultura quiteña y sirvió de uno de los antecedente a la creación de la Casa de la Cultura en 1945.

Al ocurrir el fallecimiento del Arzobispo Pólit Lazo en 1932 ocupó por corto tiempo la presidencia de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Igualmente presidió el Consejo de Estado y fue designado Ministro de Gobierno por el Presidente Encargado, Abelardo Montalvo, organizando las elecciones libres que dieron el triunfo al Dr. José Maria Velasco Ibarra a la Presidencia de la República el 34, cuyo discurso de ingreso a la Academia de la Lengua, sobre Rodó, había contestado meses atrás. Ese año leyó “Quito en su espíritu y virtualidades”, discurso aparecido en la revista América en 12 págs.

El 38 inició en junta con su esposa Hipatia una serie de encuestas sobre el acuciante tema político e histórico “Qué debe hacer el Ecuador para librarse de las dictaduras “ y fueron ampliamente respondidos, publicándose todo el material en un libro sobre el mismo nombre pues en su opinión, para evitar las dictaduras había que considerar que el Ecuador es un país de contrastes violentos en su naturaleza y no lo es menos en la psiquis de sus gentes. Junto a las dictaduras casi perpetuas, resuena también un perpetuo clamor democrático.

También leyó en el Grupo América tres Conferencias sobre la libertad en 37 págs. y editó “Filosofía de la Libertad” contra las dictaduras de Federico Páez y Alberto Enríquez Gallo. Allí anunció la publicación de un libro sobre el
tema que nunca llegó a redactar. En ellas estudió a la libertad desde la antigüedad así como la idolatría del poder siguiendo la doctrina del filósofo alemán Heinz Heimsoeth (1) para quien la cuestión capital siempre es la relación del uno con el otro (del todo con las partes) por eso proclama la no oposición de la autoridad con la libertad, pero si la de la fuerza con la autoridad. I aunque no elevó a doctrina su odio contra los regímenes de facto, su voz fue escuchada con respecto y admiración. Quizá por eso y por el parentesco político que le unía al Presidente Interino Manuel María Borrero González, fue escogido meses después para el desempeño del Ministerio de Gobierno.

En dicha Cartera reunió a la Asamblea Nacional Constituyente encauzando la democracia en el país, después surgirían ciertos gobiernos civiles que usaron de la fuerza como los de Aurelio Mosquera Narváez en 1938 que disolvió la Asamblea, el de Arroyo del Río que cometió excesos usando indiscriminadamente las Facultades Omnímodas y persiguiendo sin distingos a la izquierda y la derecha y el de Velasco Ibarra que disolvió al congreso Nacional y persiguió a sus opositores en general.

A raíz de la invasión peruana en Julio del 41 editó “La Causa del Ecuador, solidaridad de la Causa Universal” en la Revista América y hasta el 44 ocupó un de las Vocalías y la Vicepresidencia del Banco Hipotecario del Ecuador por su gran amistad con el Presidente Arroyo. Fue también Consejero de Estado y miembro del Comité sionista Pro Palestina con Benno Weisser y el Canciller José Vicente Trujillo, que pidió a las Naciones Unidas un hogar para los judíos, sin imaginarse todos los problemas mundiales que acarrearía esa decisión, porque se desterró a miles de familias palestinas de sus pueblos natales que venían ocupando desde épocas inmemoriales y dio inicio a una  larga y sistemática persecución de esas minorías, que aún no termina.

En 1947 el partido liberal lanzó su candidatura a la alcaldía de Quito pero perdió frente al socialista Juan Isaac Lovato y al conservador Jacinto Jijón y Caamaño, quien resultó triunfador.

A finales de Agosto un Triunvirato formado por el General Luís Larrea

Alba, Humberto Albornoz y Luís Maldonado Tamayo recibió la dimisión del Coronel Carlos Mancheno Cajas tras el fracaso de su corta dictadura de una semana de duración. Según la Constitución era el Vicepresidente Mariano Suárez Veintimilla quien debía ocupar el solio presidencial, pero siendo Suárez Veintimilla conservador y para evitar el caos en un país mayoritariamente liberal, asumió el poder facilitando el traspaso constitucional y al mismo tiempo anunció su renuncia, entonces se convocó a un Congreso Extraordinario para el 11 de Septiembre, ante quien presentó su dimisión.

Los Diputados, liderados por un grupo que obedecía consignas de Galo Plaza Lasso y queriendo cerrar el paso a Francisco Arízaga Luque, tras algunas deliberaciones eligieron Presidente Interino al banquero guayaquileño Carlos Julio Arosemena Tola a quien convenció en Guayaquil el Obispo José Félix Heredia quien esgrimió la necesidad de que se sacrifique por el país y Vicepresidente a José Rafael Bustamante quien se encontraba tranquilamente descansando en su hacienda, hasta donde le fue a notificar una Comisión designada por el Congreso. A las once y media de la mañana arribaron a “Paluga” y doña Hipatia intervino para convencer a su esposo al punto que hasta le hizo vestir para la ocasión de chaquet y le mandó a dejar para la posesión en Quito.

Como Vicepresidente fue un magistrado solidario y libre, dando ejemplo al país de lo que debe ser un demócrata. En 1948, al dejar la altura del poder, volvió a la vida privada aureolado por sus acciones y virtudes cívicas.

En 1958 recibió la Condecoración “Sebastián de Benalcázar” que le impuso la Municipalidad de Quito. Se encontraba como un filósofo de la vida. Junto a si las cosas adquirían claridad y pureza y lo injusto escondía sus miserias ante la augusta serenidad de su alma. En su trato, como siempre, pulcro, fino, delicado, especialmente con las damas, sin hacer distinciones de clase.

(1) Heinz Heimsoeth (Colonia 1886 – 1975) Historiador de la filosofía, profesor universitario y autor de numerosas obras. Principió sus estudios en 1905 en la U. de Heidelberg pero pronto fue transferido a la Humboldt de Berlín, fue discípulo de Wilhelm Dilthey, Alois Riehl y Ernst Cassirer. Por su interés sobre Kant pasó el 7 a Marburg y recibió lecciones de Hermann Cohen y Paul Natorp. Graduado en 1911 con un trabajo sobre Descartes siguió a París y preparó su tesis sobre Leibniz con Henry Bergson. Después de dos años enseñando en Marburg fue designado el 23 en la U. de Koningsberg y el 31 en la de Colonia. Al ascenso del nazismo el 33 ingresó a ese partido, fue electo Decano y se mantuvo hasta el curso académico del 43-44. El 54 le reconocieron la calidad de Profesor Emérito. La importancia de sus libros le acredita entre los grandes filósofos alemanes del siglo XX.

Sus hijos habían comenzado a desarrollarse exitosamente como abogados pero él seguía en su dorada mediocritas, viviendo días tranquilos aunque se debilitaba a ojos vistas pues

perdía peso y su corazón le restaba fuerza para todo.

El 12 de Abril de 1961 fue asilado en la Clínica Pichincha, de casi ochenta años de edad y expiró el día 14 sin asfixia ni sufrimiento.

Pasó por la vida sin ser propiamente un filósofo en el estricto sentido del término si no un ideólogo de la libertad, que defendió ese principio en épocas de opresión y de crisis.

Su existencia no fue azarosa porque la cortedad de su carácter benévolo le llevaba de la mano hacia el intimismo y en los últimos años se desanimó con la declinación del Partido Liberal, por eso sufría ante el enigma de las cosas sin comprender que la vida había cambiado más rápido que su persona.

De estatura baja, tez tostada por el sol de los campos, ojos claros y una ligera barba y bigote que el tiempo tornó cenizosos. La altura de su mirada le daba un brillo cívico excepcional y extraño y como escritor supo entregar el encanto de tal personalidad a todas sus obras, vivificando su novela con un aire campestre muy del tiempo en que la escribió.