PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.- Nadó en Guayaquil el día 4 de Febrero de 1952 pero fue inscrito como nacido el 20 para evitar el papeleo de la multa por inscripción tardía, siendo el mismo día en que nació Alfredo Adum Ziadé.
Hijo legitimo de Jacobo Bucaram Elhamlin, ambateño y Bachiller por aclamación en el Cristóbal Colón, quien conoció a Rina Ortiz Caicedo, natural de Daule, a quien daba vueltas en bicicleta, pero tuvo serios conflictos con la familia de ella que era pobre tradicional y conservadora, aunque de todas maneras se casaron. El de 19 y ella de sólo 14 anos, fueron felices y tuvieron doce hijos llamados Martha, Betty, Linda, Isabel, Jacobo, Rina, Elsa, Abdalá, Santiago, Adolfo, Virginia y Santiago. Don Jacobo tenía vocación para la medicina pero dada la pobreza de su madre viuda y su matrimonio temprano, optó por trabajar en el comercio y estudiar para Contador Público, logrando graduarse. Al mismo tiempo ayudaba a la juventud como dirigente deportivo de varias agrupaciones y clubes de básquet y atletismo.
Vivía con su familia en Brasil entre Rumichaca y Santa Elena en un departamento con altillo donde nació Abdalá. La abuela Martha Elhamlin se ganaba la vida en un pequeño bazar vendiendo artículos de bisutería y lo que ella mismo cosía. En sus horas libres tejía chambras y escarpines y realizaba otras labores de artesanía.
Cuenta Abdalá: Desde chiquito fui travieso y aventurero, gustaba trepar al altillo y de allí me bajaban con un escobillón, también me agradaba salir a la calle sin zapatos para comprar chocolatines en un tienda cercana, mis hermanas mayores Martha, Betty y Linda me enseñaron a leer y a escribir a los cuatros años. A los seis me llevaron a la escuela Víctor Emilio Estrada de García Avilés entre Rumichaca y Ballen, donde completé hasta el tercer grado. Siempre fui un buen alumno aunque de difícil conducta y quizá por eso me prefería mi profesora la señorita Rosa. Cuando sacaba buenas notas mi papá me regalaba una cajita de pasas pero me daba látigo cuando no respondía en el catecismo. Tenía muchos amigos en el barrio de Cuenca y Santa Elena donde había una botica y el bazar Santiago. Cuando yo tenía cinco años mi papá puso una pequeña fábrica de binchas para el pelo que llamó el Cisne, instaló la maquinita en el patio de atrás donde tenía un palomar con más de cien palomas y hacía jugar basquet a los muchachos del barrio entrenándoles con gran dedicación. Para la maquinita hizo hasta de tornero.
En 1958 nos cambiamos a Clemente Ballen entre Rumichaca y García Avilés, vivíamos en los altos y el bazar funcionaba en los bajos, mi papá me pagaba seis reales al día para que en mis horas libres le ayude a una tía soltera que vivía con nosotros, a pesar y empaquetar las binchas. Después me aumentó el sueldo a un sucre diario, que yo gastaba en ir a la galería del cine Victoria y en comprar golosinas y me aficioné a las películas mexicanas y a las de vaqueros.
Mi abuela Martha tenía su bazar al lado del nuestro y siempre se llevó bien con mi madre a quien quería mucho. Mi madre cosía escarpines para la venta y a veces lo hacia hasta las tres de la mañana pero a las cinco tenia el desayuno listo para sus hijos; el 59 el pueblo asaltó la casa de empeños El Sol y hubo muertos. Nuestro bazar quedaba cerca y como los ladrones empezaron a querer saquearlo todo, mi papá organizó al vecindario y todos defendieron lo suyo. Yo bajé un ratito, de curioso, no nos robaron nada. Ya para entonces mi papá repartía sus binchas por todos el país en una camioneta usada pero cumplidora;
donde, de vez en cuando, nos sacaba a tomar helados. Eramos una familia larga y feliz.
También comenzó a importar pequeñas cantidades de artículo de plástico y bisutería y convirtió nuestra sala en bodega. Mi mamá siempre fue una gran artesana pues tenía gusto y trabajaba incansablemente, todo lo que sabía se lo había aprendido a mi abuela Martha. Con cintas y lentejuelas confecciona lindos aretes, apliques y canutillos que compraban a buenos precios las mises, reinas, novias y quinceañeras y hasta el renombrado modisto Jorge Sotomayor; pero, en la mañana de un sábado de 1960 y estando nosotros en la cocina del departamento, un cortocircuito incendió la sala y se quemó un stock de mamaderas de plásticos. Felizmente pudimos bajar, vinieron los bomberos y el fuego fue controlado antes que se contaminara el resto de la casa y el bazar pero la pérdida fue cuantiosa y vi llorar a nuestro padre, se habló de un sabotaje de los menendistas enemigos de mi tío Assad. Mi papá comprendió que no podíamos seguir viviendo en una casa mixta y nos cambiamos al segundo piso de un edificio de cemento en la esquina de Ballén y García Avilés. Ya era uno de los más respetados dirigentes deportivos del país y su figura ampliamente conocida en la ciudad.
En 1961 fui matriculando en el Cristóbal Colón y asistí a las clases del profesor Rosado. Después pasé a la del profesor Ramos y a la de los padres Emilio y Mata, todos los salesianos italianos me llegaron a estimar y guardo de ellos hermosos y gratos recuerdos. Mi abuela Martha, ya muy anciana, enfermó y se fue a vivir con nosotros, falleciendo a consecuencia de un segundo derrame cerebral el 17 de Septiembre de 1962 a pesar que mi hermana Martha le practicaba a diario los ejercicios para su rehabilitación.
Mis hermanas mayores tenían sus enamorados que iban a visitarlas pero como mi papá era muy estricto y chapado a la antigua, nos hacía salir a la sala para que no pudieran estar solos ni se cogieran las manos. Así eran los viejos de antes y cuando el padre de uno de ellos fue a pedirle la mano de una de mis hermanas, se disgustó mucho y gritó: Pásenme un serrucho que quieren la mano y lo sacó con cajas destempladas pero el peticionario no se dio por vencido y regresó acompañado de doña Esmeraldas Emén de Manzur, quien consiguió la famosa mano, pues mi papá era muy caballero y jamás negaba nada a las damas.
“Después nos cambiamos a General Córdova y Padre Solano y mi papá comenzó a viajar al Kilómetros 142 de la vía a Daule donde había comprado dos fincas llamadas Don Ramón y Consuelo, yo jugaba fútbol en el Colegio y él me entrenaba en atletismo, quienes vieron mí forma de juego opinan que pude haber sido un profesional de primera categoría, también hice muchos amigos en el Colegio: Pancho y Laureano Aguirre, Jimmy Vallejo, Pepe Nebot, Jaime Ortega, Ricardo Estrada, Jaime Patiño, Lucho Rojas, Ronald Dunn, los Garzón y algunos más; sin embargo, aprecié las injusticias económicas de la vida y prometí defender a los pobres. Mis mejores amigos en los últimos cursos fueron Carlos Molina, Luís Florencia y el cabezón Zunino.
El 12 de agosto de 1967 falleció mi padre en un accidente en el carretero, su amigo Rómulo Viten Baquerizo me convenció para que no abandone el atletismo, el 68 repartía votos para la alcaldía de Don Buca y el 69 me gradué de Bachiller ayudando a mí madre en el bazar y en la fábrica. Entonces comencé a estudiar para abogado, entrenaba en las pistas de la piscina Olímpica a veces hasta seis horas diarias y representé al Ecuador en las competencias de Cali y Maracaibo. En Cali clasifiqué Vicecampeón Sudamericano en los 100 metros planos con diez segundos y medio, marca que no ha sido superada en el país.
Al año siguiente abrí un pequeño negocio en Clemente Ballén y Boyacá pero como nunca he tenido talento comercial lo cerré el 71 y volví a la fábrica; sin embargo, no dejé de entrenar y todo esto mientras ayudaba a mi tío Don Buca en su partido, pintando afiches, colocando carteles, haciendo propaganda y transportando gente a los mítines. Allí aprendí lo que ahora sé.
En 1972 obtuve una beca deportiva de cinco meses de duración del gobierno de Alemania Federal, viajé a Europa y competí en las pistas de Colonia, Frankfurt, Duseldorf, Hannover, los dos Berlín y Munich, seguí un curso de Educación Física y fui electo presidente del grupo de los atletas tercermundistas en Alemania, compuestos de latinos y africanos y luché por un mejor trato para los atletas negros.
El 24 de Junio de ese año yo competía en 200 metros, iba punteando cuando por efecto de la dureza de la pista sufrí la rotura de los calcaños del hueso
y del tendón del pié derecho, caí al suelo con un gran dolor, me llevaron al hospital y fui enyesado, por eso no puede competir en la Olimpiadas Mundiales de Munich, en Agosto, como estaba previsto. El 73 regresé a Guayaquil y a la fábrica y proseguí mis estudios en la Universidad Estatal. Entonces contraje matrimonio con María Rosa Pulley Vergara, doctora en Química, premio contenta de la Universidad.
El 75 fui coordinador del C.F.P. Entre el 75 y el 81 trabajé como profesor de Educación Física en varios establecimientos, primero estuve en la Escuela Superior Naval donde fundé la Asociación Deportiva Naval y dicté por primera vez en el país un Curso de Teoría en el campo de entrenamiento. Luego presté mi concurso en la escuadra naval, la infantería de Marina, la escuela Superior Politécnica y en la Federación Deportiva del Guayas. En el Colegió San José adiestré a los muchachos colaborando en la primera Feria de las Ciencias que se realizó en Guayaquil donde mis alumnos rindieron exámenes escritos de Educación Física.
En 1977 seguí un Curso a nivel del Comité Olímpico Internacional y obtuve el título de Master en Educación Física, y con el producto de mi trabajo y la ayuda de mí esposa, Jefe de la Sección de Medios de Cultivos del Instituto Nacional de Higiene, representante química de Lefísa donde Vallejo Araujo, también daba clases particulares de Químicas, compramos una villa en la segunda etapa de la Alborada. En 1978 participé activamente en la campaña presidencial de mi cuñado Jaime Roldós y al ocurrir el distanciamiento de Jaime y mi tío Assad en la segunda vuelta, fundamos La Fuerza del Cambio.
Al ascender al poder, Jaime me designó Intendente General de Policía del Guayas con veinte mil sucres mensuales de sueldo. Allí defendí al gobierno de los ataques de Don Buca y puse orden y moralidad en la ciudad. Se cerraron los cines porno, clausuré prostíbulos donde trabajaban menores, hice respetar a la mujer, multé a los explotadores y metí a la cárcel a los inmorales de los parques.
Cuando el 24 de Mayo de 1981 murieron Jaime y Martha sufrí muchísimo, poco después estuve en Quito y con mi apoyo salió electo Vicepresidente de
la República León Roldós. Entonces renuncié a la Intendencia, instalé mi estudio profesional que funcionó solamente dos años pues en febrero del 82 comencé a formar al partido Roldosista Ecuatoriano, redacté sus Estatutos y Declaraciones de Principios bajo la insobornable bandera de lucha de Jaime Roldós y tras bregar en el Tribunal Supremo Electoral por varios meses obtuve el reconocimientos oficial el 5 de Enero del 83. En todas esas gestiones recibí al apoyo incondicional de mi madre y de mis numerosos hermanos que jamás me han fallado como sucede en otras familias menos unidas que la nuestra; sin embargo, mi madre falleció del corazón el 6 de marzo de ese año sin alcanzar a verme de candidato a la Alcaldía de Guayaquil.
En dichas elecciones, realizadas el 29 de Enero de 1984, triunfé ampliamente sobre mis más cercanos opositores: la Econ. Cecilia Calderón de Castro y Luis Piana Bruno sacando casi 200.000 votos. Fui Alcalde desde el 15 de Abril de 1984 hasta el 15 de Septiembre del 85.
Mi administración fue exitosísima. Puse orden, cobré a los deudores y morosos, discipliné a los vendedores ambulantes, me hice respetar de los Sindicatos, sobre todo del de Aseo de Calles, y como nunca lució limpiecita la ciudad, al punto que las gentes se admiraban del orden y pulcritud reinantes. También multé a los infractores de las ordenanzas; sin embargo mis enemigos, políticos, lejos de aceptar mi gran labor, no perdían oportunidad de atacarme por unas declaraciones mías en el exterior, que en el mejor de los casos hubieran podido ser calificadas de indiscretas (1)
Para esa fecha soportaba 44 juicios penales, civiles y/o administrativos iniciados en mi contra, acusándome de arbitrario, fascista, ladrón y guerrillero y encima tuve que soportar el escarnio de ser arrinconado dizque por una presunta traición a la Patria. Por eso tuve que salir del país en Septiembre del 85, pues no podía permitir el triunfo del absurdo y la maldad y pedí asilo político en Panamá con mi mujer y mis hijos. Dos meses más tarde el Contralor General de la nación, Marcelo Merlo Jaramillo, me sindicó por un peculado de veinte millones de sucres en un contrato de
cascajo y dictó orden de prisión en mi contra.
Más, no contentos mis enemigos, se atrevieron a hacerme colocar el 9 de Noviembre de 1985 una cierta cantidad de cocaína en la maletera de mi automóvil. Fuí Apresado y torturado por la policía antinarcótico pero les salió el tiro por la culata, pues fue tan burda la maniobra, que nadie creyó en ella. La Cámara Nacional de Representantes del Ecuador envió una delegación presidida por el Dr. Francisco Huerta Montalvo a solicitar la solidaridad de sus colegas panameños para conmigo y el Congreso de esa República se pronunció en contra de la persecución rabiosa de que se me hacía objeto, por parte del presidente Febres Cordero y de sus áulicos, pues hasta me querían liquidara como diera lugar.
Por fin, crecido ante el pueblo después de dos años de exilio, pude volver al Ecuador. Mi regreso ocasionó una de las manifestaciones espontáneas más grandes de la historia del país y el mismo día 1 de Agosto fue proclamada mi candidatura a la Presidencia de la República por el periodo 1988-92, al grito de Viva Abdalá, abajo las trincas de los ricos y de los pelucones.
Al realizarse la primera vuelta sorprendió a todos los analistas políticos al situarse en segundo lugar después de Rodrigo Borja, derrotando a Sixto Duran Ballén, Jamil Mahuad, Frank Vargas Pazos, Ángel Duarte Valverde Carlos Julio Emanuel y otros más. Este resultado fue aun más inesperado si se considera que solo dispuso de noventa días para su campaña. Mas, el 8 mayo del 88, tras una campaña llena de alusiones de mal gusto, perdió frente a Borja por estrecho margen, siendo el resultado final: Borja 1’762.417 y Bucaram 1’572.651, enseguida apareció ante la tele audiencia del país reconociendo su derrota y felicitando al triunfador.
Poco después el Presidente Borja reavivó el juicio penal por peculado y nuevamente tuvo que salir con destino a Panamá para eludir la acción de la justicia, pues sus enemigos le empezaron a mover nuevos juicios; pero el 90 regresó cuando el Presidente de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, Dr. Jorge Wright Icaza sobreselló provisionalmente la causa.
(1) Abdalá había declarado que las Fuerzas Armadas Ecuatorianas solo sirven para desfilar los días de fiesta, lo cual es una gran verdad aunque dolorosa por cierto, como a todos nos consta en el país, pues casi no realizan labores de investigación. |
Tras el gobierno constitucional del Arq.
Sixto Duran Ballén Cordobés (19921996) presentó su candidatura a la presidencia de la República y triunfó frente al Social Cristiano Abogado Jaime Nebot Saadi.
Llegó a la presidencia de la Repúblicam el 10 de Agosto de 1996, sin un plan de gobierno, pero tenía tres metas claras: Un ajuste económico, político y social coherente, la paz con el Perú y vivienda para los más pobres
Mi gobierno puso orden en Petroecuador a través de la feliz gestión del Ministro de Energía y Minas, Alfredo Adum Ziadé quien neutralizó la corrupta influencia de los sindicatos, investigó los fraudulentos contratos de compraventa, seguros y reaseguros que se quedan en la capital donde tienen su asiento los grupos hegemónicos que manejan el petróleo desde siempre. Traté de encausar la república por senderos de equidad dando a cada provincia la autonomía administrativa y fiscal y quitando al centralismo absorvente las canongías que ha gozado Quito desde el comienzo de la época petrolera y en desmedro del resto de la nación.
“Otra acusación que se me hizo fue de nepotismo en el servicio exterior, porque no hice caso de la Ley de Carrera Administrativa, instrumento inmoral para uso de unos cuantos pícaros y ociosos enquistados en la Cancillería y el servicio exterior, debido a que concede un noventa por ciento de los cupos consulares y diplomáticos a ellos mismos, a sus agnados y cognados, auto titulados diplomáticos de carrera en Quito, dejando a un lado a sus congéneres de las demás provincias del país. A todo esto llamaron los kikuyos y burócratas consuetudinarios de la capital: No entendió a Quito, ni a su Alcalde ni a su gente y fomentó el regionalismo, cuando fue todo lo contrario. También se me acusó de no gobernar con seriedad, pues movía mi gabinete por todo el país. Finalmente, cuando comencé a aplicar los correctivos necesarios a la economía nacional para disminuir la carga de los subsidios que tanto agobia, aumentando el costo de los llamados servicios básicos (gas, electricidad, agua, teléfono) empezaron a agitar el ambiento político nacional en conciliábulo con un inmoral diplomático, el Embajador de los Estados, que el 29 de Enero de 1997 tuvo el desparpajo y el atrevimiento de leer un discurso alertando a los inversionistas de su país a no poner su dinero en el Ecuador. Enseguida la prensa aplaudió gesto tan absurdo, tan insólito, pues nuestra adyección no conoce límites y después nos decimos ecuatorianos a boca llena.”
“Las Fuerzas Armadas, siempre acomodaticias, que apoyaban mis planes de ajuste, al ver que crecía la oposición de los políticos, que el 5 de Febrero sacaron a las turbas, permitieron mi caída bajo la acusación absurda del Congreso, de que yo estaba demente y por ende incapacitado de seguir mandando en el Ecuador, lo que ocurrió el día 11 de ese mes.”
“Tan ridícula acusación se basó en que me gusta cantar, que organicé una teletón de navidad para ayudar a los pobres de mi Patria, que no viví en el Palacio Presidencial, y otras naderías.”
“Soy profundamente hogareño y cristiano, respetuoso de los desvalidos y de los necesitados. Mis expresiones populacheras pueden herir momentáneamente pero jamás he causado mal a nadie. Soy como el rábano, rojo por fuera y blanco por dentro, represento la voz de los que no tienen voz, de los humildes de esta Patria mía, de los que no tienen nada más que su trabajo y esfuerzo. Por eso el voto protesta es mío, pues no hay otra esperanza y los desempleados y los muertos de hambre saben que yo les digo la verdad. El día que los periodistas comodones (caracterizados se dicen ellos mismos) me aplaudan, ese día estoy perdido, liquidado, pues nadie cree lo que ellos escriben por los periódicos, debido a que se encuentran totalmente desacreditados, por eso yo vivo políticamente de sus criticas y no de sus aplausos y si creen que con el silencio me hacen daño, están más equivocados, pues ya es muy tarde para ello. Además, Dios y el pueblo están conmigo. Vivo en Panamá, país que generosamente me acoge desde entonces, soñando con volver a mi querido Ecuador, pues amo a mi gente.”
Durante el gobierno del Coronel Lucio Gutiérrez Borja prescribió la acción penal iniciada en su contra y pudo volver al país.