BRUCKMANN DE HOLLIHAN INGE

ARTISTA.- Nació en Hamburgo el 3 de Mayo de 1927 y fue la quinta hija del matrimonio de Luis Eduardo Bruckmann Burton, natural de Hamburgo, quien llegó a Guayaquil en 1912 traído por su padre para trabajar en su almacén de representaciones comerciales. El 26 de Julio de 1929 fue designado Cónsul General de Alemania, ya era propietario del almacén de importaciones Bruckmann y Co. ubicado en el boulevard 9 de Octubre y Malecón junto al Banco La Previsora y estaba casado con Angela Breilh Le Francois, guayaquileña (1)

Al mes de nacida su familia se trasladó a Guayaquil y tuvo una niñez feliz en el departamento que su padre alquilaba en la casa de cemento donde funcionaba el almacén Max Muller en el malecón, con sus padres y abuelos maternos que formaban una larga familia. Los Bruckmann Breilh hablaban alemán y español.

Desde muy pequeña le agradaba observar una figurita de porcelana Rosenthal de propiedad de su madre, que representaba a una bailarina oriental en el acto de tocar la flauta para encantar a una serpiente. Tan delicada escena la impresionaba mucho y cada vez que la veía trataba de imitar la grácil postura de la bailarina. ¿Apuntaría ya, desde los cuatro años, una clara y precisa vocación? Parece que si, pues inconscientemente sentía pasión e ilusión por la danza. Su institutriz era alemana y se llamaba Frau Evelyn. Sus hermanas mayores tenían profesores en casa y por eso no fue matriculada en ningún colegio, recibiendo las primeras letras de la famosa pedagoga Victoria Pérez Rivera y las materias de primaria de los profesores alemanes Sres. Krebs y Gersch. El 36 su madre la inició en el estudio de danza clásica y española en la primera Academia que existió en

Guayaquil, fundada por el profesor francés Raymond Maugé, recién llegado del exterior y que funcionaba por las tardes en el local de la Escuela Modelo No. 4 situada en Chimborazo y Sucre.

El 24 de Diciembre de 1938 partió con sus padres y hermanos por dos años a Hamburgo, a perfeccionar el alemán y a beneficiarse con los adelantos de esa civilización. El viaje fue en auto ferro a La Libertad y en el trasatlántico Patria cruzaron el océano. Instalados en un departamento del barrio Rothenbaum, su padre retornó a mediados del 39 a Guayaquil y cuando Hitler invadió Polonia en Septiembre y se cortaron las comunicaciones, los tiempos empezaron a ponerse difíciles.

Inge y sus hermanos estudiaban en diferentes colegios y formaban parte de las juventudes hitlerianas porque era de obligación en la Alemania nazi. Un domingo de mañana la llevaron a una concentración en la plaza Rathaus a la que asistió el Fhurer y pudo observarlo de cerca En otra ocasión se topó con un grupo de judíos que realizaban trabajos comunales como si fueran prisioneros, pero siendo solamente una niña de doce años no pudo comprender todo el dolor de la escena.

Por esos días su padre logró comunicarse a través de la Cruz Roja Internacional con sede en Ginebra y les aconsejó mudarse a un departamento de menor costo para alargar los fondos que había depositado en el Deutsch Bank de Hamburgo.

Mudados a una villa en la Adolph Strasse en Uhlenhorst, bellísimo barrio cercano a Alster, las tres mayores empezaron a trabajar. Ilse como miembro de la Cruz Roja en un hospital de mujeres. Alice de traductora bilingue también en la Cruz Roja. Hilde, graduada de bachiller en el Albertsdienst, fue a un campo cercano, mientras Albert, Inge y Olga continuaban sus estudios secundarios.

(1) El abuelo paterno Franz Edward Bruckmann era un alto oficial del Regimiento del Kaiser Guillermo I y su amigo personal, estaba casado con Elizabeth Story Burton, de Londres; pero al divorciarse perdió el favor de la Corte y viajó a América con sus hijos Ludwing y Franz, dejando a sus hijas Alice y Nelly con la madre en Inglaterra, donde casaron y dejaron descendientes. El abuelo materno Alberto Breilh, natural de Tolosa, Francia, arribó a Quito y casó con Alejandrina Le Francois, hija de Alberto Le Francois, de Lila, Francia y de Julia Freile, de Quito.

Por las tardes asistía a la Academia de Ana María Shubert donde permaneció algunos meses hasta el 40 que comenzaron los racionamientos y su madre empezó a hacer largas colas para aprovisionarse de alimentos; sin embargo, nadie pensaba que la guerra se prolongaría por mucho tiempo,

hasta que en Abril Hitler rompió la neutralidad de los países bajos para encerrar a las tropas inglesas y francesas en Dunkerque y tomar Paris.

El 22 de Junio Francia se rindió en Copiegne y en Agosto comenzaron los masivos ataques aéreos a Inglaterra, pero Alemania también recibió el mismo trato y los civiles comprendieron todo el horror de la guerra. Londres y Coventry fueron las ciudades más destruidas, Hamburgo no se quedó atrás. Las sirenas de alarma interrumpían constantemente el sueño de la familia Bruckmann, que en el invierno del 4l pudo darse el lujo de unas cortas vacaciones y todos patinaron sobre el río Alster.

Hitler y Goebbels continuaban una masiva campaña de propaganda pero la vida ya era un infierno y no había noche sin que cayeran bombas incendiarias y explosivas. Los refugios antiaéreos pasaron a ser los sitios de obligada reunión. Su madre fue homenajeada y recibió la Cruz de Plata por tener seis hijos, pero ante el peligro que significaba vivir en Hamburgo se trasladó con sus hijas menores al pueblo de Igls, en Innsbruck, donde alquilaron dos habitaciones en la casa pensión de la familia Walther vecina a un extenso bosque de pinos que aún no había sufrido los estragos de la guerra. Fue como salir del infierno a un remanso de paz.

En Junio se enteraron por la radio de la invasión a Rusia. Su hermano Albert cumplía el servicio militar en Dinamarca como miembro de la infantería motorizada. El 41 Ilse contrajo matrimonio por poder con Joaquín Orrantia González, quien la pidió al Ecuador. Hilde vivía cerca de Igls. Alice se encontraba en un hospital de la Cruz Roja en Hamburgo, luego la trasladarían con iguales funciones a París.

Inge estudiaba la secundaria en las mañanas y de tarde iba a realizar trabajos domésticos en la casa de una madre de cinco hijos cuyo esposo estaba desaparecido. Olga, su hermana menor, recién concluía la primaria. Pronto tuvieron que cambiarse a una casa de aldeanos para ahorrar dinero y ayudó en la cosecha anual de heno. Las mujeres juntaban las pacas que los hombres alzaban y conducían al establo.

En Diciembre del 41 Japón atacó la base naval de Pearl Harborl y se generalizó la guerra. En el frente ruso los alemanes habían dejado de avanzar aunque en el norte del Africa se batían victoriosos bajo las órdenes del Mariscal Rommel a pesar de la superioridad numérica de los británicos.

Las Bruckmann recibían cartas de su padre aunque poco después el correo dejó de funcionar. En Febrero del 42 se reunieron con Albert, que había permanecido siete meses hospitalizado con una severa herida en un pie. Esos fueron días alegres, esquiando en el monte Patscherkofel, pero Albert regresó al ejército y se enteraron que papá Bruckmann estaba en un campo de concentración en Texas y que lo intercambiarían por su condición diplomática. Finalmente pudo viajar a Frankfurt, siguió hasta Innsbruck, vio a los suyos por algunas semanas y enrolado como Oficial de la Marina en el servicio terrestre con sede en Burdeos, fue transferido a la Francia ocupada.

En Agosto comenzó el cerco de Stalingrado y las tropas de asalto alemanas fueron aniquiladas por el frio. Hitler resultó ileso de un atentado contra su vida. En Mayo del 43 capituló Rommel en el norte del Africa, en Julio penetraron los aliados por la isla de Sicilia apresurando la caída del Duce Benito Mussolini.

Hamburgo fue arrasada por la aviación inglesa. Alice e Hilde escaparon de morir quemadas cuando una bomba incendiaria de fosforo estalló sobre la casa en que estaban. También en Innsbruck se empezó a sentir los devastadores efectos de la guerra y la ciudad fue parcialmente destruida, así como el Colegio donde Inge y Olga estudiaban, pero las trasladaron a Skefeld en la montaña.

En Abril del 43 Albert fue enviado al frente ruso y al año justo, el 20 de Abril del 44, murió a consecuencia de la explosión de una granada, en algún lugar al sur de Navra. Inge, Olga y sus padres seguían en el Tirol cerca de Suiza. Inge estudiaba en el Colegio de Arlberg y oficiaba de secretaria telefonista en un campo de entrenamiento, tenía solo diecisiete años y era la primera ocasión que se encontraba sola, vivía con una familia del lugar y una tarde que regresaba en tren, fueron atacados por un avión enemigo y falleció una persona que se encontraba a su lado.

El 1 de Julio los aliados desembarcaron en Cherburgo mientras los rusos ocupaban Varsovia. El resto del año fue un continuo retroceso alemán y el 1 de Mayo del 45 se suicidó Hitler y advino la rendición total de Alemania. Inge regresó penosamente a donde estaban los suyos, parte a pie y parte en vehículo. La ocupación norteamericana dio paso a la francesa. Inge y sus padres fueron detenidos por soldados marroquíes, llevados a pie a un campamento de prisioneros y trasladados en tren a la frontera con Francia. Una tarde les dejaron abandonados a su propia suerte. Entonces decidieron buscar a Hilde en Hamburgo y como la ciudad había desaparecido tuvieron que recurrir a la Cruz Roja. Finalmente la localizaron con la familia de su esposo Hans Studt, quien les brindó posada y cariñosos cuidados, normalizando sus vidas en una vivienda de un solo cuarto. Inge comenzó a estudiar danza con la maestra Lola Rogge, de quien guarda hermosos recuerdos, hasta que el 47 logró en su Academia para profesionales, el título de bailarina de Danzas Modernas y profesora de Danzas Clásicas y Modernas.

Su hermana Alice trabajaba en la Cruz Roja inglesa, ayudaba con frecuentes envíos de alimentos y el 47 les consiguió pasaportes y visas para salir a Francia. Papá Bruckman ya estaba en Guayaquil y les despachaba víveres, cortes de tela y medias nylon. Una vez en París mamá Bruckman, Alice, Olga e Inge vivieron estrechamente en un cuarto de hotel y concurrían a los comedores de la Cruz Roja Internacional. Con el producto de la venta de lo que recibían pudieron adquirir los pasajes en un vapor italiano.

El 26 de Febrero del 48 arribaron a Guayaquil en compañía de la joven Hanne Ponto tras diez años de ausencia y encontraron a Ilse, Hilde quedó con su esposo en Alemania y Albert ya no existía. En recuerdo de este hermano tan querido Inge publicó en 1988 su obra autobiográfica “No todos sobrevivimos”, diario de guerra, relatando sus vivencias y las de los suyos durante la guerra, en un tomo en cuarto, de 139 págs.

Papá Bruckman las esperaba en una villita recién construida en las calles Tungurahua entre Diez de Agosto y Ballén pues había recuperado su hacienda Germanía en la entrada de Daule y parte de sus bienes, no así su fábrica “Beco” domiciliada en Manta, de fabricación de jabón para lavar, velas, betún, mentol de ungüento y pastillas de azúcar incautada por el gobierno ecuatoriano que la puso bajo el control del Departamento de Propiedades bloqueadas del Ministerio de Hacienda, que se apropió de ellas y en 1943 vendió sus activos a los hermanos Antonio, Oswaldo y César Alvarez Barba, quienes constituyeron en Quito la compañía “Industrias Ales”. Bruckmann jamás fue indemnizado por esta enorme pérdida.

Inge comenzó a dictar clases de gimnasia rítmica a domicilio pero como eso no era lo suyo, a finales del 48 fundó su Academia de Danzas Inge Bruckmann, con clases vespertinas, en una villita donde funcionaba por las mañanas el Jardín de Infantes de Blanca Salvador. Ese año se presentó en el teatro 9 de Octubre y el poeta Elías Candel, que escribía unas hermosas coplas para el diario El Universo, le dijo: // A la gentil danzarina, / tremante, frágil y breve, / sobre el corpiño de nieve / pongo una flor purpurina. / Ante Inge Bruckmann se inclina / mi verso, y deja esta nota / que, suave y rítmica brota, / tras de afinar el cordaje, / para rendirle homenaje / a tan gentil compatriota //.

En Mayo de ese año fundó la Escuela de Danzas Clásicas del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura, con clases al medio día para alumnas de l5 a 2O años en el local de Pichincha 410. En Febrero se presentaron en el Teatro Capitol de Quito, pero en Julio del 49 renunció para dedicarse a su Academia y fue reemplazada por la profesora yugoeslava Kity Sakilarides. Aun recuerda que entre sus primeras alumnas estuvo Cristina Mertins, que tan destacada actuación internacional tendría después en Europa, los Estados Unidos y Guatemala.

El 49 dictó clases de ballet de 3 a 6 de la tarde en un amplio corredor del Normal Rita Lecumberry, a cambio de clases diurnas y gratuitas, pues la rectora Aurora Vallejo Arrieta quiso que sus muchachas aprendieran a bailar. En Diciembre presentó a sus alumnas en el teatro Olmedo con escenografías de Jorge Swett y orquestación del maestro José Barniol. Entonces se produjo en Guayaquil la natural confrontación de dos estilos diferentes. Inge era brillante, y vital, tenía expresión y estaba mas bien llamada para la interpretación de las danzas modernas. Kitty, en cambio, era Coreógrafa y bailarina solemne, fría y perfecta, representaba la escuela clásica del ballet ruso. Dos personalidades y estilos diferentes, ambos de gran técnica y carácter.

Desde el 50 su Academia funcionó en un departamento de la casa de la Sra. de Estrada Coello en Chimborazo y

Ballén, que era espacioso y tenía los techos altos y decorados con hermosas pinturas. El 52 contrajo matrimonio con el Ing. Thomas Hollihan, venido cinco años antes por contrato para la construcción del moderno edificio de la Cervecería, cerró la Academia y fue a vivir en la hacienda Germania, donde no pasó bien pues nunca le ha agradado las incomodidades del campo. Los fines de semana venían a la villa de sus padres en la ciudad.

El 53 reabrió la Academia en la casa de Carmen de Simó en Aguirre y Ballén, después la cambió a la de Jorge Salcedo en Ballén y Mascote. El 56 funcionó en la casa de Mercedes Santistevan en la plaza San Francisco y finalmente el 62 en la villa que su esposo construyó en Urdesa donde aún habitan.

Para entonces ya tenía a sus cinco hijos y como solía invernar en Cuenca hizo amistad con Eulalia Vintimilla de Crespo, quien le solicitó que enseñara a modelar a varias chicas que iban a presentar una colección de vestidos típicos del Azuay en el hotel Quito. Con tal motivo viajó a la capital e impresionada por el buen nivel cultural de las señoras, a su regreso fundó en 1966 con Hardy Von Campe, Silvia Monge de Vallarino y Pepita Carmigniani de Macías la Sociedad Femenina de Cultura, institución privada de servicio público, para realizar exposiciones, conferencias y recitales.

Pepita fue la presidenta fundadora, el 70 eligieron a Lee Pérez de Norton, el 74 a Patricia Benítes de Quevedo y el 76 a Inge, quien venía trabajando desde dos años atrás un proyecto de Teatro para la Sociedad y era por entonces Comisionada de Danzas del Centro Municipal de Cultura y miembro activo de APROFE.

La necesidad de un Teatro espacioso, moderno y funcional se sentía en Guayaquil desde mucho tiempo atrás, pues los únicos locales, el Olmedo y 9 de Octubre estaban viejos y en pésimas condiciones. El primero no tenía camerinos y había que vestirse y desvestirse en la parte baja del proscenio, que por su estrechez e incomodidad resultaba inapropiado. El 9 de Octubre si tenía camerinos aunque estrechos. Ninguno de los dos contaba con servicios higiénicos. Y mientras tanto seguía presentando a sus chicas. En Febrero del 67 lo hizo en el Teatro Sucre de Quito, dictaba clases gratuitas de danza en el suburbio guayaquileño, el 72 recibió la Medalla al Mérito Artístico de la Municipalidad de Guayaquil. y el 73 fue condecorada por el Batallón del Suburbio.

Su primer acto en la sociedad femenina de cultura fue un cocktail en el Club de la Unión para la formación de un comité que consiguió a través de José Camón Puertas la cantidad de cincuenta millones de sucres de los Triunviros, suma inicial que sirvió para los primeros gastos.

La Municipalidad donó el terreno, los planos se consiguieron en los Estados Unidos, el pilotaje comenzó en 1980, la construcción el 82 con el Ing. Aníbal Santos. Finalmente el Teatro se concluyó con un decreto especial dictado por el Presidente León Febres Cordero y se inauguró en Enero del 88, siendo condecorada con el grado de Gran Oficial de la Orden Nacional al Mérito.

Inge ejerció la presidencia hasta 1990 que renunció para dar paso a nuevas figuras, las consocias le brindaron un emotivo agasajo y fue designada Presidenta de Honor Vitalicia, como muestra de reconocimiento a sus desvelos en pro de Guayaquil. Tantos trabajos, sin embargo, le habían restado tiempo para su Academia, que dejó en manos de su hija Heidi, quien la mantuvo hasta el 89.

Otra faceta importante es la pintura, que cultiva como distracción desde que su esposo le obsequió en 1968, en Salinas, una caja de pinturas y tanto le agradó este arte que el 70 realizó su primera Exposición Individual en Cuenca y el 97 la segunda en Guayaquil, ambas con notable éxito, pues sus temas florales son llenos de colores y expresan hermosos estados de ánimo y los altos ideales de su corazón.

En 1994 recibió el Premio Luz de América de la Ecuadorian Foundation of Art and Culture, de Miami, USA.

Como profesora, la labor en su Academia – la segunda que tuvo Guayaquil desde 1948 hasta 1989 – no ha tenido reprise.. Ella ha dicho: Siempre me agradó y apasionó el trabajo con las personas. Hay que apreciar y sentir que todo esfuerzo vale la pena. El poder entregar un conocimiento a otro ser es una maravilla. Cuando el alumno es hábil no hay mayor problema y es una gran alegría para el profesor constatar sus adelantos. Pero hay discípulos de toda índole y al tratar con los no muy dotados, es cuando se conoce la vocación y la verdadera medida del profesor.

Tuvo la oportunidad de formar un grupo de bailarinas profesionales para la ciudad, pero optó por enseñar a aficionadas, pues eso le permitía dedicar parte de su tiempo al hogar y a la familia. El profesionalismo, como ella lo interpreta, es un sacerdocio y la danza no es solamente como la gimnasia una formación correctiva sinó también una fuerza formadora de la personalidad. Por ello, su trabajo de 41 años modeló a miles de jovencitas en lo físico y en lo espiritual.

Alta, blanca, delgada, ojos celestes y pelo rubio, bella, fina y delicada, carácter espontáneo, sensible y batallador.