MISIONERO.- Nació en Sigsig, población perteneciente a la provincia del Azuay, el 2 de Febrero de 1908 y le bautizaron con los nombres de Elías de Jesús. Fueron sus padres legítimos Gregorio Brito Lafebre y Abelina Galarza, vecinos de ese Cantón.
Desde temprana edad fue un muchacho íntegro y consecuente, modelo de virtudes. “Había en él un no se qué de candor e inocencia en su mirada,” de manera que a los trece años no sorprendió a nadie que pidiera permiso a su papá para ingresar al aspirantado, pero como recibiera un no por respuesta, silenciosamente arregló una maleta y tomando a su perro, al que considerada su mayor y más fiel amigo, se dispuso a partir. Su padre lo descubrió y detuvo, ofreciéndose a llevarle personalmente después de unos días. Años más tarde una hermana suya también pidió ingresar a la Orden salesiana.
Su primera profesión trienal la realizó el 3 de Agosto de 1924 en Cuenca. La segunda en el templo salesiano de María Auxiliadora el 3 de Agosto del 27. Posteriormente le mandaron a proseguir sus estudios en la Casa Matriz salesiana de Turín, donde se ordenó el 33. Su amigo el Dr. Luís Salgado le dedicó la siguiente pieza literaria titulada “Cuan sublime misión” // ¡Qué bellos pasos! / No hay heroísmo igual a este heroísmo / irradiando alegría en el semblante, / Vivir el corazón hecho pedazos, / Asirse de la cruz con ambos brazos / Con el más grande olvido de si mismo. / Inmolarse de amor al semejante / En la lid contra un rudo paganismo, / Gozar de incesantes privaciones / Sin esperar honores en la tierra, / Que comúnmente otorga galardones / A través del vil oro o de la guerra, / Eso es ser grande, esta es misión sublime. / No hay heroísmo igual a este heroísmo. //
Regresó en Julio hablando italiano, latín y francés y celebró su primera misa en el Instituto salesiano de La Tola en Quito y fue profesor en dicho Oratorio Festivo. Uno de sus alumnos
- el popular Oscar Guerra a) Zarzosa
- diría más tarde de él: Conocimos al padre Brito quien tenía fama de bravo y no era así…tenía un corazón de oro y era futbolista. Nos enseñó muchos valores y entre ellos el compañerismo para llevarnos bien y amarnos como hermanos.
Casi enseguida fue destinado a las misiones salesianas en el oriente, donde empezó a laborar realizando grandes trabajos en las tribus Shuaras, incluso a riesgo de su vida pues en una de sus travesías se salvó de morir ahogado el 34, cuando navegando por el río Ungamangociza naufragó la débil embarcación en que iba junto a dos misioneros más, el padre Angel Rougby y el hermano Isidro Bigaty, quienes no tuvieron tanta suerte y perecieron.
Sumando a su vocación eminentemente sacerdotal y dotado de una gran fuerza de espíritu, realizó grandes obras y trabajos. Durante los meses que duró la invasión peruana de 1941 nuestro oriente, soportó duras pruebas pues la misión salesiana se vio aislada de toda comunicación y pasaron hambre. El Padre Brito logró trasladarse a Quito y comenzó una campaña a nivel nacional desde la radio “Ecuador Amazónico” en defensa de los derechos inalienables del país. Por esta labor fue condecorado por el gobierno con la Orden Nacional al Mérito. Sus programas alcanzaron una gran sintonía. En un folleto que distribuyó por entonces, alertó al país en su política internacional, diciendo: No lloriqueos si no acción contra la usurpación del oriente, no cabe otra cosa si no la ocupación del mismo. Para el suscrito, un metro de ocupación inmediata y definitiva, vale más que todos los papeles de los cuales nada nuevo hemos conseguido.
Desde ese momento comenzó a escribir un libro que apareció en tres tomos bajo el título de “Homenaje de Ecuador a don Bosco” con detalles sobre el inicio, desarrollo, dificultades e ingreso al oriente de la Orden Salesiana en el Ecuador.
En Junio del 46 consiguió del Presidente Velasco Ibarra la aprobación del contrato con la Misión para abrir caminos en la zona del río Coangos, en la cabecera de los ríos Cenepa y Santiago, con el fin de impedir la penetración ny avance peruano, pero desafortunadamente no se cumplió el proyecto. Para entonces el Padre Brito simbolizaba la resistencia ecuatoriana a la penetración peruana en la amazonía, por eso el Embajador de ese país se quejó en repetidas ocasiones, indicando que en esta labor se estaba indisponiendo a pueblos hermanos, pero la labor del padre Brito indisponía a la Orden salesiana en el Perú y sus superiores, queriendo contenerle, empezaron a tener roces con él, finalmente, cono no les hacía caso, el 13 de Octubre de 1953 le expulsaron de la Orden y como no se sacó el hábito, comenzaron a suscitarse todo género de persecusiones, incluso encarcelamientos y ataques. “La envidia de unos pocos superiores se ha cebado en mi”.
Cierto día en la Avenida Don Bosco, en el barrio de La Tola, fue abordado por un grupo de estudiantes para arrebatarle su sotana. En otra ocasión unos desconocideos lo arrestaron y llevaron al Hospital Psiquiátrico de Conocoto, donde le trataron de loco furioso y en una noche fría le arrojaron a un estanque. Enfermo de gravedad a causa de una pulmonía, fue trasladado al seno de su familia y falleció en Sigsig el 6 de Julio de 1960 de solo cincuenta y dos años de edad. Su muerte causó una grave conmoción nacional pues el país le tenía por la figura central – la más conocida – de la colonización ecuatoriana al oriente austral.
El padre José Ricardo Bejarano declaró que el padre Brito jamás había pedido la razón si no que sus Superiores pretextaron enfermedad mental para expulsarlo de la Orden.