BORJA CORDERO CESAR

ESCRITOR – Nació en Guayaquil el 11 de Mayo de 1882. Hijo legítimo del doctor César Borja Lavayen, notable médico, poeta y político cuya biografía puede verse en este diccionario y de su prima segunda Angela Febres – Cordero y Lavayen, quiteño y guayaquileña respectivamente.

Realizó sus primeros estudios en Guayaquil y en 1895 su padre lo envió a Roockitzi, USA, a perfeccionar sus conocimientos en el ramo del comercio. De regreso al país en 1901 vino hablando perfectamente el alemán, francés, inglés e italiano y entró a la casa de cambios de Luís Adriano Dillón donde continuó trabajando hasta 1908.

En 1904 y durante un viaje a Puná, conoció a Piedad Guerrero Martínez, con quien contrajo matrimonio en 1912 y tuvieron cuatro hijos. El día 7 de Marzo del 905 con motivo del arribo de los restos del Ministro de Chile Galo Irarrázabal Zañartú fallecido en Quito, tomó la palabra al momento de la llegada del tren a Durán, con el Dr. Cesáreo Carrera Padrón, posteriormente el cadáver salió en un vapor con destino a su país.

Electo Diputado al Congreso en 1908, viajó a Quito y aprovechó su estadía en la capital para acompañar a su padre que estaba de Ministro de Estado. Por una polémica de carácter político entre su padre y el diputado “manco López”, tuvo que desafiar a este último y el duelo se realizó con pistola, pero a pesar que ambos se dispararon dos veces, ninguno salió herido.

En 1909 tradujo del alemán el artículo “El Cacao en 1907, producción y consumos, existencias”, en 29 páginas, publicado en la revista “Gordian”. De esa época son sus primeras colaboraciones en “El Grito del Pueblo Ecuatoriano” que firmó bajo el seudónimo de “Le Duc de Valmy” y por lo general eran artículos del momento o versos festivos.

En 1910 estuvo entre los fundadores del semanario “El Guante” que alcanzó mucho éxito, pronto se convirtió en bisemanario, tuvo imprenta propia y aseguró una vida independiente. Dicho nombre salió de una graciosa ocurrencia “inspirándose en la circunstancia de ser cinco como los dedos de la mano los jóvenes fundadores del periódico, algunos de los cuales ideó firmar sus artículos con el nombre especial de casa dedo. Poco después “El Guante” pasó a ser diario. Borja escribía con el seudónimo de “Pulgar” sus articules serios y de combate y como “Duque de Valentinois” sus festivos versos y la crítica literaria, aunque también usó de otros seudónimos tales como “Bonafide”, “Un naturalista”, “Juan Verdales”, “Metacarpo” adquiriendo una justa popularidad en nuestro medio citadino.

A fines de 1911 y con los demás redactores de “El Guante” viajó a la sierra y subrepticiamente se unieron en Huigra a las tropas que venían al mando de los Generales Julio Andrade y Leonidas Plaza, a enfrentar a las de Flavio Alfaro y Pedro J. Montero; asistió al sangriento combate de Yaguachi y figuró entre los triunfadores en Guayaquil.

En 1914 escribió a medias con Rafael Pino Roca una obra dramática para teatro denominada “La Pólvora” en 94 páginas, que era una “fotografía en miniatura de la sociedad en general” que al año siguiente se estrenó en el Teatro Olmedo con lleno completo, interpretada por la compañía “Serrado – Mari”, despertando distintas y encontradas criticas..,. “Poseía diálogo elegante, buen desenvolvimiento en las escenas, lógica en el planteamiento de la acción y tema que se adentraba en los medios conocidos nuestros, constituyendo un reflejo de costumbres y una crítica de procedimientos y conducta”. El reprise se dio en Quito el día sábado 4 de Septiembre y como Borja se hallaba en el teatro, al final de la representación los espectadores lo hicieron salir dos veces al escenario, en merecido homenaje.

Ese año 15 instaló un almacén en la calle Pichincha No, 205 y fue agente de los famosos pianos Playetone. En 1916 colaboró en la Revista “Renacimiento” con el grupo de poetas modernistas que dirigía Wenceslao Pareja.

En 1917 publicó en El Guante Literario, que salía los jueves de cada semana, la novela de folletín “Estrellita”, con el sub título de “cuento que parece historia”. Allí relató las desventuras de una joven judía de clase media alta que vive en Francfort sobre el río Mein en los años 1904 al 5 y que sufrió varios desaires en dicha sociedad aria. Al final ocurrió un disparo y ella se interpuso entre la bala asesina y el cuerpo de su novio, un joven millonario sudamericano. La obra gustó mucho y salió adornada con numerosos dibujos “Art nouveau” de Arévalo En 1922 apareció la segunda edición en 1 44 págs.en Guayaquil y en 1923 se tradujo al idioma alemán.

En 1918 formó parte de la redacción de las revistas “Helios” decididamente partidaria del modernismo en el Ecuador y colaboró con numerosos poemas. Para la inauguración de la columna del centenario de la independencia de Guayaquil en la mañana del 9 de Octubre tomó la palabra con su pariente el Dr. Juan Bautista Arzube Cordero y con Juan Modesto Carbo Noboa.

En 1920 lo buscó el Club Universitario de Guayaquil para organizar sus veladas teatrales y con motivo de primer centenario de nuestra independencia la Escuela de Derecho prestigió su tribuna para escucharlo en una conferencia sobre la “Constitución de la nacionalidad ecuatoriana”.

En 1921 escribió “Mama, un caso clínico de afasia” en 126 págs. con láminas, estadísticas y prólogo de su amigo J. A. Falconí Villagómez, obra que no es enteramente científica ni literaria sino ambas cosas a la vez y aún permanece inédita en poder de su hija Piedad Borja de Carbo. Ese año ingresó al servicio diplomático como Jefe de Sección de la Cancillería ecuatoriana. En 1922 fue designado Cónsul General del Ecuador en Hamburgo y viajó con su esposa e hijos y con su madre enferma que falleció dos días antes de llegar el vapor a Bruselas, a causa de arterio esclerosis avanzada con complicaciones (una parálisis progresiva) En el mismo vapor “Negada” viajaban el Cónsul Adjunto y el Secretario doctores José Antonio Falconí Villagómez y Juan José Valverde Rumbea, respectivamente.

En Hamburgo desarrolló una activa labor de acercamiento cultural y comercial entre el Ecuador y Alemania pues hablaba perfectamente ese idioma y tenía mucho don de gentes, todo lo cual le sirvió para destacarse entre los miembros del cuerpo consular latinoamericano acreditado en dicha ciudad. En 1924 sustentó en la Universidad dos conferencias en alemán tituladas “Simón Bolívar” y “El Ecuador contemporáneo” y las publicó en un volumen de 110 páginas con varios grabados. Este libro fue aceptado como texto de lectura en la Facultad de Filosofía y Letras de dicha Universidad y le sirvió para ingresar a la Sociedad Consular Iberoamericana de Hamburgo.

En 1926 después de casi cuatro años de servicio ininterrumpido fue reemplazado por Carlos Zambrano Orejuela, a quien le entregó el despacho. Tenía pensado quedarse trabajando en Hamburgo como redactor de un periódico y hasta le habían propuesto condiciones muy ventajosas, dados sus conocimientos y el dominio del idioma, pero se resfrió y así enfermo salió la noche del 31 de Diciembre a celebrar la fiesta de Año Nuevo, regresando en la madrugada a su casa con frio y con nieve. Por la mañana se despertó con fiebre y un fuerte dolor de espalda y falleció de pulmonía fulminante el 5 de Enero de 1927, de solo cuarenta y tres años.

Su duelo fue presidido por el

Burgomaestre de Hamburgo y por el Director de la Comisión del Senado para los A.A. EE. de la República Alemana y tomaron la palabra el cónsul de España que era Vicepresidente del Cuerpo Consular y el Cónsul de Colombia.

De estatura mediana, delgado, blanquísimo, nariz muy fina y perfecta. y grandes orejas. “De continente simpático y amable, dueño de innato don de gentes, que equivale a decir diplomático sin las quincallas de las condecoraciones, era un hombre del renacimiento que especulaba en filósofo, con preocupaciones múltiples.

Con la misma facilidad dictaba un informe a la Cancillería que el texto de una conferencia literaria “Pensar, para él. era una función espontánea, natural, como para oíros llenar de aire los pulmones. Entre sus dilentatismos cultivaba la música y el teatro”. Era alegre, caballeroso, popular y muy querido por todos. Murió pobre y fue un honroso exponente de la intelectualidad ecuatoriana.

Tocaba admirablemente el piano y se le conoce un pasodoble titulado “El Alcatraz” cuya música y letra compuso burlándose de los miembros de nuestra Municipalidad, que impreso con el pseudónimo de “Pulgar” alcanzó tanta popularidad que aún hoy, después de transcurrido más de medio siglo, dicho pájaro es sinónimo de Concejal en los medios citadinos guayaquileños. El Alcatraz.- fragmento. // Aquí veo / ese pájaro tan feo / pues tiene el pico largo de una vara / alcatraz aguarrás / ¡Qué pájaro tan feo ese animal¡ //