BOLLE DE ROBALINO ELSBETH

ACTIVISTA. Nació el 8 de Noviembre de 1885 en Berlín. Quinta hija del matrimonio formado por el comerciante Wilheim Bolle Jordán exportador de manufacturas a los Estados Unidos, progresista, masón y luterano y de Elli Werner Davaranne, berlineses que arrendaban un departamento en la Luisenufer 44.

Se crió graciosa y enérgica, aprendió las primeras letras con la Prof. Elise Streibelein y de seis años entró al Colegio Superior de señoritas que dirigía el Prof. Richard Vogeler en la Ritter Strasse 5 y tuvo maestras inolvidables como Clara Grau y Gertrud Tamaschke, destacando en Actividades Manuales y en Geografía.

En 1900, tras realizar un largo paseo con sus compañeras a través de la región de Harz, terminó sus estudios y se matriculó en la Escuela de Comercio de Lette Verein, para realizar prácticas de Contabilidad, Comercio, Matemáticas, Idiomas, Taquigrafía y Mecanografía. En 1902 conoció las montañas de Sajonia y ayudó en la oficina de su padre, cultivando en sus ratos de ocio la pintura de acuarela y al carboncillo con hermosos dibujos, especialmente figuras y paisajes.

En 1906 viajó con su tía Edwige de Lamperti a visitar los Museos de Paris. Una mañana primaveral, mientras paseaba por el parque Monceau, se encontró con el joven estudiante ecuatoriano Luis Robalino Dávila que iba en sentido contrario y sus miradas se fijaron naciendo el amor. El describiría ese instante “Topé con una mujer pequeña de cuerpo pero bellísima, de cabellos de oro y formas perfectas. Cruzamos una rápida mirada y el encuentro tuvo para mi el carácter de una que me pareció ser llamada del destino.” Después volvieron a verse y tratarse pero pasarían dos años antes que formalizaran el compromiso. Estudiaban, concurrían a los teatros, la Opera, los restaurants, visitaban los museos con la tía. Elsbeth regresó finalmente a Berlín, iniciándose una nutrida correspondencia en francés, pues él siguió de París a Londres y finalmente a la lejana Quito en Sudamérica.

En 1907 falleció su padre, el 8 se comprometieron y el 26 de mayo de 1909 se casaron por lo civil en Berlín. La luna de miel fue en la región del rio Rhin y en Julio, tras llegar a New York, pasaron a Panamá, Guayaquil y Quito. Elsbeth había aprendido español con profesores.

De Quito siguieron a Riobamba para administrar la Empresa Eléctrica puesta con Luis Napoleón Dillon. En la capital del Chimborazo emprendió sus primeras ascensiones a los Andes y por Baños expedicionó a las selvas del oriente ecuatoriano hasta el Río Verde. En Abril de 1911 ascendió al Tungurahua. Nicolás Martínez la retrató en la cumbre, fue la primera mujer en coronar la montaña.

De nuevo en Quito habitó con su suegro el Dr. Antonio Robalino y mantuvo relaciones de amistad con familias extranjeras y con el Dr. Heinrich Rohland, Encargado de Negocios de Alemania. A finales de año viajó con la familia Seminario a New York donde vio a su hermano Fritz. A mediados de 1912 volvió al país y el 13 ayudó a su esposo en la redacción del diario “El Día”. Entonces murió su suegro y el 14 su madre en Berlín.

Su vida continuó entre el campo y la ciudad. El 17 su esposo fue designado Cónsul en España y Suiza.

Salieron de Quito, iba embarazada y se establecieron en Barcelona. Su esposo continuó hacia Suiza pero ella no lo pudo acompañar por su nacionalidad alemana. En la clínica del Pilar dio a luz a su única hija Elizabeth y repuesta del parto se dedicó a observar las obras sociales españolas para ponerlas en práctica en el Ecuador.

En 1918 se suprimió el consulado ecuatoriano en Ginebra y pasó con su esposo a Valencia hasta que meses después volvieron a designarle Cónsul General en Suiza y como se había terminado la Guerra pudo acompañarle.

En Suiza se vio con sus hermanas menores Cati y Gretel y pasaron vacaciones en las montañas. Luego recibirá a Hedwing y a la tía Edwige. El 21 se operó su esposo de la vesícula y recibieron el matrimonio eclesiástico el 12 de junio en Berlín.

En 1922 pasó en Alemania con sus familiares. En junio volvió al Ecuador con su esposo recién designado Subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores. Instalados en la calle Venezuela, le ayudó en la fundación de la Cruz Roja Ecuatoriana y con motivo del terremoto que desoló Machachi levantó fondos para los damnificados. También colaboró en la Campaña antialcohólica en la que tantos esfuerzos y con tanta pasión realizó a través de toda la vida su esposo.

En 1924 viajaron a Suiza en funciones diplomáticas. Establecidos en Berna, pasaron la navidad en Berlín y como la crisis agobiaba a sus familiares trató de que viajaran al Ecuador donde la moneda era estable. El 25 recorrió Italia con motivo del Año Santo. El 26 se trasladaron a La Paz por funciones de su esposo. Allí recibieron a Jacinto Jijón y Caamaño desterrado por la revolución Juliana, juntos recorrieron las ruinas de Tiahuanaco. El 30 visitaron Ecuador por pocos meses pues casi enseguida emprendieron viaje a Río de Janeiro en misión especial. El retorno fue por Lima, vio a su hermana Margarita y a su esposo el Ministro de Alemania en el Perú Heinrich Rohland.

En 1931 hicieron vida de campo en la hacienda “La Merced” recién adquirida. Ya se había nacionalizado ecuatoriana y tuvo la oportunidad de votar por primera ocasión en las elecciones presidenciales de ese año que ganó el conservador Neftalí Bonifaz. El 32 detuvieron a su esposo en la guerra de los cuatro días pero el 33 fue designado Ministro en el Brasil y viajaron nuevamente a Río de Janeiro donde volvió a pintar, tomó cursos de Filosofía Moral y de idioma portugués. Hablaba y escribía en alemán, español y francés.

En diciembre regresó con su hija a Quito. Utilizaron la vía marítima por New York, Panamá y Guayaquil. Arribaron a ésta ciudad en Enero del

  • y pasó a la Merced mientras su hija fundaba en Quito la Juventud de Estudiantes Católica Femenina. El 37 visitó a su hermana Hedwig que acababa de enviudar de Eisner en Berlín.

El 38 abrazó la fe católica superando un incidente promovido por el sacerdote que la adoctrinaba, quien cambió sin que ella lo supiera el texto del acta firmada, haciendo constar como que su hija había nacido fuera de matrimonio. De allí en adelante, con una religiosidad siempre creciente, se dedicó a obras sociales, fundó la Sociedad de Hijas de la Caridad y participó en la Acción Católica de la parroquia El Sagrario. El Comité Orientalista de Señoras la eligió directora de la Comisión de Educación pues se le consideraba una mujer de pensamiento y opinión.

En 1939 se separó de su hija que viajó a seguir estudios universitarios en Popayán. El 40 colaboró en el semanario “Hoja Popular” de Riobamba demostrándose católica fervorosa y al mismo tiempo contraria al sistema Nazi imperante en su Patria.

El 41 recibió clases de Enfermería en la Cruz Roja Ecuatoriana y asistió a los asilados en el Hospital San Luis de Dios. También se ocupó de la suerte de los refugiados de El Oro y visitó esa provincia con Elvira Campi de Yoder. En 1942 su esposo pasó de Ministro a México y le acompañó con Lola Aguirre de León. Visitaron Costa Rica y realizó un Festival Taurino pro damnificados del terremoto del 13 de Mayo en Guayaquil, con la participación de José María Plaza Lasso y del Cómico mexicano Cantinflas. Su hija estaba triunfando en la vida, era Secretaria General de la Confederación Iberoamericana de Estudiantes Católicos CIDEC. Otra vez en el país retornó a sus labores en la Cruz Roja y en la Liga de Caridad.

En 1945 envió colaboraciones culturales al diario “El Comercio”, dirigió el Hogar de Ancianos de la Cruz Roja y enseñó en la Escuela de Servicio Social Mariana de Jesús. Muchos días pasó organizando la Acción Católica en las parroquias rurales cercanas a Quito, pero ya empezaba a aquejarle a su esposo la pertinaz neurosis que tantas molestias y por tantos años le obnubiló.

En 1946 acompañó a su esposo a Baltimore pues había enfermado con una severa crisis depresiva de la que le rescató el Dr. Lay Martín. De vuelta recibió a varios hermanos y sobrinos huidos de la destrucción de Alemania y volvió a tener a su familia consigo.

En 1948 fue vocal del Comité de Damas Protectoras del Obrero, de la Sociedad Amigos del Teatro y como el 50 recayó su esposo volvieron a Baltimore. Nuevamente en Quito recibió la noticia del fallecimiento de su hermana Hedwig; también murió su prima y confidente Elina Cevallos Dávila, mientras su esposo seguía encerrado en un total mutismo.

En 1951 reasumió la dirección del Comité de la Escuela de Servicio Social Mariana de Jesús. El 52 y el 57 viajaría nuevamente con su esposo para que le realicen diversos tratamientos en un Sanatorio de Bogotá, pero su mejoría solo era aparente. También comenzó a sufrir de la vista, fue operada y perdió la visión del lado derecho a causa de una infección postoperatoria.

En 1952 falleció en Buenos Aires su hermano Hermann, también murió el 54 su sobrina Maruja Terán de Espinosa a quien acompañó en su última enfermedad. El 55 perdió a su hermana Margarita en Lima. Por entonces, dada la gran depresión que sufría su esposo, disminuyó su voluntad y acostumbraba tener un confesor, guía o director espiritual y de lecturas. El 59 cumplió sus Bodas de Oro Matrimoniales. El 60 aceptó la presidencia de Honor del Comité Electoral Femenino pro candidatura del Dr. Gonzalo Cordero Crespo a la presidencia de la República. El 60 se restableció su esposo después de más de quince años agobiado en una cama, con las ventanas y cortinas cerradas, sin levantarse ni hablar, hasta sin afeitarse. Los médicos opinaron que su mal era cclico pero se equivocaron pues jamás volvió a enfermar. Los años sesenta fueron gloriosos para él pues, rescatadas sus obras de la Biblioteca Espinosa Pólit de los jesuitas, a donde los había hecho llevar su amigo Gonzalo Zaldumbide para evitar que las destruya, las dio a la publicidad en la Editorial Cajica de México y ganó fama. El 66 salió su hija Isabel de Diputada funcional por los trabajadores de la Sierra y concurrió a la Asamblea Nacional Constituyente, siendo la primera mujer en alcanzar tan alta dignidad. El 67 asistió al Congreso Eucarístico de Cuenca y empezó a alternar entre la hacienda ubicada en el Valle de los Chillos y la casa de la calle Venezuela. El 68 hubo un conato de incendio nocturno en su casa y tuvo que salir con su esposo a donde las señoritas Musello Durango vecinas suyas.

En 1969 fue condecorado su esposo con la Orden Nacional al Mérito, después sufrió un infarto, mejoró y quiso celebrar los sesenta años de matrimonio, pero la muerte de su sobrino José Rafael Terán Robalino se interpuso. Con todo, el 26 de mayo hubo misa familiar. El 14 de octubre fue santo de su hija y sufrió un espasmo cerebral preámbulo de la parálisis que la fue minando y duraría dos meses, aunque mejoró un poco, celebró el de noviembre su santo y falleció el 16 de diciembre a las 8 de la mañana, sin dolores, a la avanzada edad de ochenta y cuatro años de edad.

Blanca, rubia, de ojos claros. En su juventud delgada y de edad madura algo gruesa. Tuvo personalidad para adaptarse al medio ecuatoriano y a sus nuevos familiares, suficiente paciencia para sobrellevar con amor la larga enfermedad de su cónyuge y habiendo sido en sus comienzos una artista intelectualizada y en libertad conforme los designios de su padre, terminó presa del ideal religioso que coarta el vuelo de la razón. Su hija publicó “Itinerario de una vida” en 162 págs. en 1990.