BAQUERIZO AMADOR LUIS

INVESTIGADOR. Nació en Guayaquil el 18 de Julio de 1920 y fue mellizo de su hermano César Augusto. Su padre Enrique Baquerizo Roca era un alto empleado del Banco de Crédito Hipotecario, poseía una casa de madera en el parque de la Merced y varios carros de alquiler en el Control Navarrete. Su madre Rosa Victoria Amador Baquerizo, prima segunda de su esposo, se dedicaba al cuidado del hogar y en ratos perdidos a componer poesías y pequeños relatos en prosa.

Estudió la primaria en el Colegio San José y de diez años quedó huérfano a consecuencia de una peritonitis sufrida por su padre. Siguió los dos primeros años de la secundaria en el Cristóbal Colón, cambió al Vicente Rocafuerte que era gratuito, fue un excelente alumno, se aficionó a la investigación de insectos y a los libros de ciencia que encontraba en la biblioteca de su tío el Dr. Juan Federico Heinert Caamones, quien le llevaba durante sus trabajos sobre enfermedades tropicales como la Paragonimiasis, la leishmaniasis, a buscar las larvas de cierta clase de peces y moluscos de nuestro litoral, especialmente en Manabí… Tales excursiones le inculcaron el amor por la investigación.

Al término de la secundaria optó como algo natural los estudios de Medicina encontrando numerosos textos en la biblioteca de su tío y tuvo excelentes maestros, entre los que recuerda al Dr. José Daniel Rodríguez Maridueña en Parasitología y a José Darío Moral en Laboratorio.

En 1941 participó en la formación de la Juventud Universitaria Católica JUC, ingresó a la Sala San Gabriel del Hospital General y el Dr. Juan Tanca Marengo le implementó un laboratorio para investigaciones parasitológicas. El 43 se empleó de Jefe de Laboratorio en el Departamento Médico de la International Ecuadorian Petroleum Company. El 45 viajó a Cartagena de Indias y participó en un Curso intensivo de Laboratorio Clínico en el Hospital Andean National Corporation Limited. En febrero del 47 fue Bacteriólogo del Asilo Mann, en octubre se graduó de Médico siendo el único egresado de su promoción en elegir la especialidad de laboratorista y en Diciembre contrajo matrimonio con Fanny Cornejo Coronel, tras ocho años de noviazgo, matrimonio feliz con trece hijos.

El Dr. Miguel H. Alcívar eventualmente le enviaba clientes de su Clínica en Pedro Carbo entre Aguirre y Luque y cuando la trasladó a la calle Villamil su hijo Eduardo Alcívar Elizalde le instaló un Laboratorio privado en el primer piso alto, donde trabajó casi cuarenta años. En esos tiempos los médicos laboratoristas eran escasísimos en la ciudad y muy de mañana acostumbraban visitar a los enfermos en sus domicilios.

En 1949 fue designado Profesor de Histología Normal y Médico auxiliar de la Sala San José del Hospital. El 50 fue Auxiliar del Departamento de Inmunología del Instituto Nacional de Higiene con el Dr. Roberto Nevarez Vásquez y el 51 la Organización Panamericana de la Salud OPS. le envió becado a estudiar el diagnóstico bacteriológico de la tuberculosis en el Statens Seruminstitut de Copenhague.

De Dinamarca pasó a Francia y realizó prácticas sobre los grupos sanguíneos y el factor RH y sus componentes en el Instituto Pasteur de París. Finalmente siguió al Home Folks tuberculosis hospital de Oneonto, New York y en el Communicable Disease Center de Atlanta, Georgia. De regreso desempeñó la Jefatura del Laboratorio de diagnóstico bacteriológico de la tuberculosis, organizando los trabajos y extendió los servicios a otras ciudades del país. El 53 editó un Manual y con un préstamo al Seguro Social adquirió una villa de cemento de un piso alto en el barrio Orellana.

El 54 viajó con su esposa y cuatro hijos a especializarse en Salud Pública en la Universidad de Tulane en Louisiana, donde obtuvo el título de Master en Medicina Tropical y sustentó el tema “Bacteriophageas a tool in epidemiologic studies of typhoid” que mereció el Premio a la mejor Tesis de ese año. Enseguida trabajó dos meses en el Communicable Disease Center de Atlanta y en el Laboratorio del Estado de Georgia.

En 1955 fue ascendido a Jefe del Departamento de Bacteriología del Instituto Nacional de Higiene y al producirse un año después la renuncia del Dr. Juan Montalván Cornejo, fue designado en su reemplazo y tuvo la oportunidad de crear nuevos Departamentos (Virología y Nutrición) el primero sirvió para la fabricación de vacunas calificadas de excelentes por la Oficina Sanitaria Panamericana de Lima regional de la OMS; también organizó Cursos, editó un “Manual para trabajos científicos” que ha visto varias ediciones, participó en dos Asambleas Mundiales de la Salud celebradas en Ginebra y fue electo Miembro del Consejo Ejecutivo de la OMS. por dos años consecutivos. El 59 dictó un Cursillo práctico de Virología en Cali y organizó la Biblioteca del Instituto, el 60 y durante el 1er. Symposio Internacional de Higiene celebrado en Roma, presentó su trabajo sobre los “Objetivos, funciones, actividades y organización del Instituto Nacional de Higiene en Guayaquil” y negoció con la Junta de Beneficencia una manzana de terreno para ampliar sus instalaciones. En 1961 renunció ante una pretendida disminución de la autonomía del Instituto tras cinco años de esfuerzos en pro de la salud pública nacional.

Ese año dirigió el inter semanario católico de orientación social “Avanzada” con una tirada de 30.000 ejemplares, para confrontar la situación social y religiosa de nuestro medio ecuatoriano. No fue una publicación política ni aspiró jamás a serlo pues sus objetivos eran otros muy diversos, pero su posición influyó en el pensamiento de la grey católica. “Avanzada” apareció cinco años de lo que se recaudaba por publicidad. Esta labor y su columna semanal de “El Telégrafo” con temas de higiene popular le consitó la atención de numerosas personas. El 64 la Casa de la Cultura Ecuatoriana le designó miembro correspondiente y el 68 recopiló parte de su producción bajo el título “De nuestro folklore antihigiénico”

El 65 había sido incluido en el Cuadro de Expertos en Laboratorios de Salud Pública de la OMS. y realizó un curso teórico práctico de cuatro meses en el Institut Gustave Roussy de Vilejuif, Francia, sobre cultivos celulares y cáncer experimental, junto al Dr. George Barski, candidato al premio Nóbel de la Ciencia.

Ese mismo año presidió el Núcleo del Guayas de la Sociedad Ecuatoriana de Salubridad y la Sociedad de Patología Clínica. También ejerció la jefatura del Laboratorio del Hospital General. El 66 ascendió a Director General de Sanidad y fue Consultor de la OMS.

El 67, por diferencias de criterio con el Ministro de Salud renunció en la Sanidad y decidió dedicarse únicamente a su cátedra universitaria, a las investigaciones y trabajos científicos en su laboratorio particular de la Clínica Alcívar y al cuidado de su ya larga familia compuesta por esos días de nueve hijos (después vendrían cuatro más) Tan drástica decisión, libre y voluntariamente tomada, de alejarse de toda función pública, venía a cortar una carrera dedicada al servicio de la comunidad, pero no pudo aplicarla al pie de la letra porque continuó a cargo del Departamento de Morfología de la Universidad de Guayaquil y el 72 fue miembro de la Comisión Académica Universitaria.

En los años 80 la Clínica Alcívar se trasladó a un lujoso edificio al sur de la urbe, permitiéndole ampliar y modernizar su Laboratorio considerado uno de los mejores del país. Igualmente, en vista de la estrechez de su villa en el Barrio Orellana, construyó otra mayor en La Puntilla y se cambió con todos los suyos.

El 79, el 82 y el 95 recibió las Medallas al Mérito Científico de la Municipalidad, del Instituto de Investigaciones Médicas de la Universidad de Guayaquil y del Ministerio de Salud Pública respectivamente.

Acostumbra concurrir a los Congresos Internacionales de Medicina y en 1997 celebró sus Cincuenta años de vida profesional y de matrimonio, con una recepción que le ofrecieron sus hijos en el Club de la Unión, durante la cual recibió la Orden Nacional al Mérito de manos del Gobernador de la Provincia y Jenny Estrada escribió sus principales rasgos biográficos que tituló “Testimonio de una vida ejemplar” en 104 págs.

Su estatura baja, piel canela, ojos negros, pelo cano y una mirada inteligente que despierta simpatías, es el médico laboratorista amable y servicial que todo Guayaquil conoce y ha tratado en alguna ocasión, pues sus largos años de servicio a la comunidad le han convertido en uno de sus principales personajes.Falleció en Guayaquil el 10 de mayo del 2017 a la edad de casi noventa y siete años.