ASPIAZU CARBO MIGUEL

HISTORIADOR. Nació en París el 23 de Marzo de 1905, hijo legítimo de Lautaro Aspiazu Sedeño y de María Carbo Macías. En 1910 le enseñó las primeras letras su tía materna Flora Carbo Macías en la hacienda “Piscano” ubicada en la Zona de Palenque, Provincia de los Ríos, donde años atrás se dio una de las más famosas batallas Chapulas.

En 1916 viajó a Guayaquil y terminó la primaria en el Colegio Cristóbal Colón, pasando al Vicente Rocafuerte para la secundaria. En 1920 murió su padre a consecuencia de una insuficiencia de la válvula mitral. En 1922 viajó a París acompañando a su madre y a su hermana Victoria, entonces enferma. Entre 1922 y 23 estudió contabilidad en la “Ecole D’ Etudes Economiques”, entre el 23 y el 24 terminó el bachillerato en el Colegio Vicente Rocafuerte y enseguida viajó al “Colegio Imperial de Agricultura Tropical” que funciona en la isla de Trinidad donde obtuvo el grado de Ingeniero Agrónomo en 1928.

De regreso al país fue designado Agrónomo de “Aspiazu State Limited” formada por los sucesores de Lautaro Aspiazu Sedeño, fijó su domicilio en Puerto Palenque al pie del río de ese nombre y se hizo cargo de las haciendas “La Guayas”, “Santa Lucía”, “Aguacatal de Arriba”, “Aguacatal de Abajo”, “La Noboa”, “Vuelta Larga”, “Soledad”, “Guasmo”, “Limoncillo”, “Jesús María”, “Puerto Palenque” y “Piscano”, restableciendo el orden en ellas.

Era el momento más álgido del cacao, su precio había bajado en el mercado mundial a solo sesenta sucres el quintal y ello coincidió con la crisis provocada por la caída de la bolsa de valores en Wall Street. En consecuencia, restringió en forma paulatina los trabajos hasta que en 1956 “Aspiazu State Limited” hizo dación de haciendas, en pago a sus accionistas, continuando como simple empresa agrícola y ya no como plantación. “Es indudable que sin su esfuerzo aquellas propiedades se habrían prontamente perdido”.

El 7 de febrero de 1929 contrajo matrimonio en Lima con Emma Seminario Palacios y al regreso a Guayaquil fue designado Subdirector de Agricultura hasta 1930. En 1933 convocó a la I Convención de Agricultores del Litoral y fue electo Vicepresidente. En 1934 Diputado al Congreso por la Provincia de Los Ríos. En 1936 Vicepresidente de la Cámara Federal de Agricultores. En 1937 ayudó al Dr. Frederic Pounds, vecino de Trinidad, con el objeto de buscar variedades de cacao resistentes a la plaga de la escoba de la bruja. Entre 1939 y 42 ejerció la Senaduría por Los Ríos y se enemistó con el bloque velasquista.

En junio de 1944 salió del país a consecuencia de la revolución del 28 de Mayo y exiliado en Lima prestó servicios como auditor en la firma norteamericana “Lee – White” hasta 1947 mientras sus cuentas bancarias permanecían bloqueadas y sus bienes, heredados en su totalidad, prohibidos de enajenar. En 1948 se arregló su situación personal con el ascenso al poder del gobierno de Galo Plaza y regresó al Ecuador. Ese año invitó a los Drs. Cheesman y Pounds del Colegio Imperial de Agricultura de Trinidad para que vinieran al Ecuador a sugerir las variedades de cacao resistente a las plagas. Ellos trajeron la variedad clonal que se reproducía en forma asexual haciendo brotar raíces y no semillas y con eminente criterio social y adelantándose a la época, al dividirse “Aspiazu State Limited” en 1949, empezó a parcelar las selvas de las haciendas “Aguacatal de las Garzas”, “Jesús María”, “La Noboa”, ‘Trinidad”’ y “Naranjo”.

Por esta división se hizo dueño de Aguacatal de las Garzas que parceló y vendió dividida en cuatrocientos lotes en condiciones muy favorables y a largos plazos a los finqueros de la zona, también fundó y organizó la próspera comunidad de Jauneche, que en idioma vasco significa “Casa de Dios” y que ubicó en el mayor cruce de caminos de la hacienda, construyó y amuebló la iglesia y en sus cercanías donó a la Universidad de Guayaquil la reserva forestal “Pedro Franco Dávila”, inaugurada el 29 de Septiembre de 1963. En estas provechosas labores empleó veintisiete años, terminando en 1975, después de haber entregado veinte mil hectáreas a más de ochocientos nuevos propietarios. Por tal motivo, en 1965, recibió un diploma especial firmado por los cuatro miembros de la Junta Militar de Gobierno en el que se consigna esta circunstancia.

En 1953 había recibido la Cruz de la “Fundación Internacional Eloy Alfaro”. En 1955 publicó en la revista de la Universidad de Guayaquil el estudio “Organización Agrícola en el Ecuador”. Ese año mejoró el método de aplicación de fungicidas en las plantaciones de banano, empleando helicópteros y beneficiando ciento veinte mil hectáreas y por sus cincuenta años de vida edito “Las Fundaciones de Guayaquil” en 348 págs. en los talleres del Núcleo del Guayas, con prólogo del Presidente de la Academia Colombiana de Historia Dr. Guillermo Hernández de Alba. La obra trata sobre el problema histórico de las dos fundaciones, traslados y repoblaciones de la ciudad. Una síntesis ya había sido publicada por él en el No. 37 de los Cuadernos de Historia y Geografía del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, publicación científica de restringida circulación, por lo cual su tesis sobre la fundación de la ciudad de Santiago no había obtenido una masiva lectura y conocimiento.

Miguel establece que la ciudad de Santiago fundada cerca de la actual Sicalpa en las llanuras del Liribamba, por mano del Mariscal Diego de Almagro, el 15 de agosto de 1534, es la misma que fue trasladada a la costa meses más tarde y que tras diferentes reubicaciones y repoblaciones se constituye actualmente en la ciudad de Santiago de Guayaquil. Por esta obra, la M.I. Municipalidad de Guayaquil le concedió la Medalla al Mérito Científico.

Con posterioridad se ha comprobado documentadamente que en 1535 la trasladó al sitio Yagual en la costa el Cap. Sebastián de Benalcázar, en 1536 Hernando Zaera la reubicó en Amay cercana a la actual Babahoyo y en 1537 fue vuelta a fundar a la orilla derecha del río Guayas por el Capitán Francisco de Orellana de orden de Francisco Pizarro, en 1541 la restableció Diego de Urbina en el cerro de Lominchao de donde la sacó el 43 para situarla en la margen derecha del río Guayas. Finalmente la trasladó a su actual asentamiento en la margen izquierda del mismo río en 1547 Francisco de Olmo, conservando siempre el nombre de cuidad de Santiago y cambiando únicamente el toponímico en razón de cada nueva ubicación geográfica.

Su libro se volvió polémico y en el local del Núcleo tuvo lugar una célebre audiencia. El Jurado estuvo formado por personas que no eran paleógrafos y mal podían conocer sobre la conquista española y otros aspectos del siglo XVI; pero, aun así, declararon: si bien era posible la tesis presentada por Aspiazu, éste no había comprobado su teoría. Lamentablemente y con mucha ligereza, los miembros del Jurado no profundizaron en el estudio del Acta de Fundación de la Ciudad de Santiago existente desde siempre en el libro primero de Cabildos de San Francisco de Quito, documento el primero de nuestra Patria por su antigüedad, indubitable por eso y de incontrastable verdad.

Años después, la moderna investigación científica y los trabajos de los esposos Dra. Dora León Borja y Prof. Adam Szawsdy, Demetrio Ramos y Julio Estrada han demostrado hasta la sociedad que Aspiazu estuvo en lo cierto y que el Acta de Fundación de la Ciudad de Santiago, que reposa en el llamado Libro Verde o Libro primero de Actas del Cabildo de Quito, es el instrumento inicial, la Partida de Nacimiento de la ciudad de Santiago de Quito, hoy conocida como Santiago de Guayaquil, al punto que en 1982 los Szawsdy presentaron como ponencia en el VI Congreso Internacional de Historia de América celebrado en Buenos Aires, el estudio titulado “La doble fundación de Santiago de la Nueva Castilla”, que fue aceptado por unanimidad.

Entre 1958 y 1966 desempeñó la cátedra de Administración Rural en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Guayaquil. En 1959 recibió del gobierno de Trinidad doce mil plantas de cacao clonal para repoblar la parte que aún quedaba libre en las haciendas de su propiedad. Entre 1959 y 1966 fue Presidente del Centro de Cultura Hispánica. En 1965 fue designado Comendador de la Orden de Isabel la Católica y en 1982 Comendador de Número.

De 1966 á 1969 fue Embajador del Ecuador en España. En 1967 publicó en Madrid “Partida de bautismo de la hispanidad: Simón Bolívar, su adalid”, luchando porque se colocara en esa capital la estatua del Libertador. En 1967 fue recibido por la Municipalidad de Onteniente en Valencia, de donde son oriundos los Carbó. En 1968 fue Caballero del Corpus Christi de la Catedral de Toledo.

En 1978 cumplió sus bodas de oro profesionales, el gobierno le otorgó la Medalla al Mérito Agrícola y a instancias mías la Municipalidad lo designó “Cronista Vitalicio de Guayaquil” en justa recompensa por su valiosa labor de investigación de más de treinta años sobre las fundaciones y traslados de la urbe.

En 1978 y el 81 envió a su amigo Femando Jurado Noboa de Quito, una valiosa información familiar sobre el apellido Aspiazu para que algún día la de a la publicidad.

De allí en adelante sufrió serias molestias relacionadas con la circulación y fue sometido a varias operaciones en las piernas. En 1987 falleció su esposa y ya no salió de su villa; falleció el domingo 13 de enero de 1991 y fue enterrado el mismo día. Tenía ochenta y cinco años de edad y era el socio más antiguo del Club de la Unión. “Sus últimos tiempos fueron sombríos y desolados por su viudez   ”

Conocía la Historia de la zona de Palenque, a sus labriegos, aldeanos y montubios, así como detalles de muchísimo interés de la historia de Guayaquil, “Amaba las flores, el campo, lo verde, amaba la vida y tenía sus excentricidades como cualquier hombre que está por encima del término medio.”

Jauneche y la Estación biológica Pedro Franco Dávila funcionan a plenitud desde 1977, fecha en que el sabio Calaway Dodson consiguió que el Jardín Botánico Mario Selvy de Sarasota en Florida, USA comenzara a financiar la construcción de un edificio con fines de investigación de las plantas vasculares del trópico. El 79 se nombró un Guardián del bosque y el 80 se inauguró el edificio, salvando una gran extensión de bosques que dejaron de ser despojados.

Las investigaciones de los esposos Szawsdy están plasmadas en las siguientes obras y son: 1.-  Reinterpretación de las fuentes relativas a la fundación de Guayaquil, 1966.- 2.- Santiago de Quito – Santiago de Guayaquil, 1971.- 3.- Las autoridades de Santiago (Santiago de Guayaquil) 1534 – 1616, en 1974.- El poder de fundar ciudades, 1976.- La doble fundación de Santiago de la Nueva Castilla, 1982.