ARZUBE JARAMILLO JUAN

OBISPO AUXILIAR DE LOS ANGELES. – Nació en Guayaquil el 1 de junio de 1918 y fueron sus padres legítimos el Dr. Juan Bautista Arzube (Febres) Cordero, Médico especializado en Ginecología, miembro fundador de la Sociedad de Puericultura y su presidente por muchos años, cuya biografía puede verse en este Diccionario, y María Jaramillo Avilés, guayaquileños.

Fue el tercero y último de la familia y tuvo dos hermanas mayores: Mercedes que casó con Octavio Roca Carbo y María con el médico Gustavo Adolfo Fassio Pareja, ambas con sucesión.

En 1924 ingresó al Colegio de los Hermanos Cristianos y el 27 sus padres le llevaron al Saint George de Weybridge, Inglaterra, luego pasó al Saint Joseph de Beulah Hills y finalmente al Cardinal Vaughan School de Londres, pero el 32 regresó a Guayaquil a causa de la crisis económica que abatía a nuestra patria. Aquí encontró un ambiente totalmente diverso porque el sistema inglés de enseñanza era rígido, arduo y en el invierno hasta rudo, con poca calefacción, ropa ligera, comida escasa y reglamentos estrictos. En el Ecuador, en cambio, aún se vivía un sistema de enseñanza paternalista y abierta.

Entre 1932 y el 35 residió en Quito como alumno interno en el San Gabriel de los jesuitas, el 35 estudió en el Vicente Rocafuerte de Guayaquil y un año después logró su Bachillerato en Humanidades Clásicas y en Filosofía. El 37 aplicó para el Instituto Politécnico de Renesselair en Troy, New York, donde siguió cuatro años de intensos estudios hasta el 41 que regresó a Guayaquil por la muerte de su padre y graduado de Ingeniero Civil, para trabajar de Supervisor de la Construcción del edificio del hospital León Becerra en el Instituto Cooperativo Interamericano de Salud Pública que patrocinaba la Fundación Rockefeller, pero no se acostumbró al ambiente y regresó a los Estados Unidos el 44.

Primero vivió en Los Ángeles donde encontró trabajo en una escuela por correspondencia controlando las lecciones de inglés y los materiales de traducción al español. El 45 se inscribió en un Curso de actuación técnica de radio en el “Tatent Showcase” de Hollywood, desarrolló su habilidad tonal perfeccionándose en dialectos individuales para doblar las voces de los artistas más famosos en las copias de sus películas en español. Así fue como se especializó en la voz de Peter Lorre y de ciertos personajes de cintas de dibujos animados como la del zorro en “Song of the South” – Canción del Sur – de Walt Disney. Igualmente tuvo papel principal en una serie de grabaciones radiales de la “Columbia Broadcasting” llamadas “Romance of the ranchos”, que protagonizara el primer actor Pedro de Córdova.

En 1946 de treinta años de edad, fue invitado a la Casa de Retiro Sorra, de Malibú, que regentaban los sacerdotes franciscanos y “cuando estaba rezando el Padre Nuestro y dijo hágase tu voluntad, sintió que estaba aceptando con gozo el sacerdocio”. En septiembre ingresó como estudiante de teología a la Arquidiócesis de Los Ángeles.

En 1948 pasó al Seminario Mayor de San Juan de Camarillo y fue ordenado con otros quince compañeros el 5 de mayo del 54 por el Cardenal James Francis Mc Intyre en la Catedral de Santa Biviana de Los Ángeles Entonces le asignaron a la Iglesia de Saint Agnes donde laboró hasta el 57 y tuvo oportunidad de asistir a una comunidad mayoritariamente mexicana. Ese año pasó a la Iglesia de la Resurrección y el 60 a la de Ascensión, todas ellas en el centro de la ciudad de Los Ángeles.

En 1963 el Cardenal Mac Intyre le mandó de párroco de la Iglesia de la Natividad en El Monte, California, correspondiéndole supervisar la construcción del monumento de Nuestra Señora de Guadalupe y en el 68 ascendió a administrador Canónigo en esa localidad.

El 9 de febrero de 1971 fue designado por Pablo VI como Obispo titular de Civitate y Auxiliar del_ Arzobispado Metropolitano de los Ángeles y su ordenación corrió a cargo del Cardenal Timothy Manning el 25 de marzo, tenía cincuenta y tres años de edad, siendo el primer Obispo de origen hispano en los Estados Unidos en este siglo XX, pues el anterior Francisco de Mora fue del XIX, actuando entre 1873 y el 96.

Con tal calidad fue designado Párroco de la Iglesia de San Alfonso situada al este de los Ángeles donde fundó la “United Neighborhood Organization” (UNO) hasta que el 86, dividida dicha ciudad para su administración pastoral, le correspondió hacerse cargo de la parte de San Gabriel, como Obispo regional y a las órdenes del Cardenal Roger Mahony.

Durante todos esos años sirvió a la comunidad de inmigrantes, especialmente a la de origen mexicano por ser la mayoritaria y obtuvo numerosos reconocimientos por esa labor social.

El 76 pasó el mayor chasco de su vida cuando elementos de la policía ecuatoriana irrumpieron armados en horas de la noche en la casa de retiros Santa Cruz de Riobamba, donde el Obispo de esa diócesis Leonidas Proaño había organizado un Encuentro para religiosos y laicos a fin de poner en común las experiencias pastorales de los participantes y a partir de un diagnóstico de la realidad de sus lugares de origen, elaborar proyectos para el trabajo evangelizador.

Los participantes, entre ellos Juan Arzube, fueron empujados a los buses que les condujeron al Cuartel San Gregorio del Regimiento No. 2 de Policía en Quito, donde pasaron la noche con gran incomodidad en el salón de Oficiales. Al día siguiente fueron liberados pero la noticia recorrió el mundo y dejó muy mal parada a la intonsa dictadura militar que nos gobernaba por entonces; sin embargo, tras este ingrato suceso, ya no prosiguió el Encuentro porque la mayor parte de los Obispos apresuradamente volvieron a sus países.

El 78 recibió el “Humanitan Award” de la Fundación de Oportunidades México Americana, el 79 el “John Anson Ford Awar” de Relaciones Humanas de la Comunidad de Los Ángeles y de la Autoridad para la Campaña de Desarrollo Humano. El 80 asistió a la Conferencia Episcopal Latinoamericana celebrada en Río de Janeiro (CELAM) y por muchos años sirvió como Presidente del Comité ínter religioso de necesidades humanas, hasta su renuncia a principio del 93 al cumplir veinticinco años de Obispo, cuando se acogió a los beneficios de la jubilación. Entonces el Cardenal Mahony le brindó una cena en su honor y tuvo frases muy encomiásticas por su labor de tantos años.

Más bien alto de cuerpo, delgado, rostro canela, facciones regulares, pelo y ojos negros, sonrisa bonachona que revelaba comprensión de la problemática del proletariado obrero al que había dedicado la mayor parte de su tiempo y energías, era un sacerdote moderno que aspiraba a la redención del hombre en la tierra.

Constituía un legítimo orgullo para nuestro país pues aparte de su naturaleza bondadosa, de su simpatía y buen humor habituales, era el emigrante ecuatoriano más destacado en la costa oeste de los Estados Unidos, no solamente por su alta posición eclesiástica sino también por sus esfuerzos en pro de los hispanos en esa nación.

Al cumplir ochenta años de edad el 98 visitó Guayaquil y recibió un homenaje público en la iglesia de Urdesa, organizado por el Frente Cívico de Los Ángeles.

Falleció en Los Ángeles la tarde del 25 de diciembre del 2007 a la avanzada edad de ochenta y nueve años y fue enterrado en la Catedral Metropolitana de esa ciudad.

Le conocí y traté, era un hombre bueno y sumamente amable y servicial, así como un caballero cordialísimo