ARJONA – SILVA RAFAEL

MEDICO.- Nació en Quito por el año de 1831. Hijo de Alejandro Arjona Lizarralde natural de Bogotá y de Teresa San Miguel Maldonado, que casó con Juan Desplan Morales del Castillo (1) y entregó a su hijo a los cuidados de sus tutores Antonio Silva y Dolores Mena Jiménez y con los años el niño se agregó el apellido Silva en gratitud, pero como eran ancianos finalmente pasó al cuidado del hijo de ellos Simón Silva Mena.

Estudió en su ciudad natal con éxito sobresaliente por su contracción, puntualidad y disciplina, aunque era casi un enanito pues solo medía 1,50 mts. Luego pasó a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Quito hasta graduarse en 1857.

Prestó sus servicios por muchos años a la Conferencia de San Vicente de Paúl y tuvo gran clientela. Sus fórmulas magistrales eran copiadas en las familias quiteñas y se transmitían por generaciones. En 1868 se unió con Josefina Ramírez de la Fita natural de Quito y tuvo tres hijos. En 1875 recibió dos mil pesos de regalo de sus padres adoptivos. En 1876 casó con Amalia Orozco Suárez, de Riobamba, con seis hijos.

En 1885 puso la Farmacia Pichincha a medias con el Dr. Julio Paredes pero se separó a poco. A principios de 1890 y con el Dr. José Darío Echeverría escribió una Cartilla para distribución popular con las indicaciones para conocer y tratar la epidemia de dengue, gripe y coqueluche que azotaba la capital. La Cartilla, que dividieron en cuatro partes, fue presentaba por la Municipalidad de Quito el 5 de mayo bajo el título de “Indicaciones higiénicas generales para las epidemias de dengue, gripe y coqueluche y tratamiento curativo para las gentes menesterosas afectadas de dichas enfermedades”.

En 1888 formó parte de la Comisión Médica que estudió el parásito Distoma Hepatium que atacaba a las reses del litoral y se trasmitía al hombre provocándole severas enfermedades al hígado.

En 1894 asistió al reconocimiento médico de los restos del Gran Mariscal de Ayacucho hallados en el Convento del Carmen Moderno. Testó en 1902, fue médico del niño José María Velasco Ibarra en 1907 a quien mandó a saltar
la soga para superar su debilidad física y timidez.

El 24 de diciembre de 1916 recibió el homenaje de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central a través de su decano Dr. Mariano Pañaherrera y una Medalla de Oro y Diploma. Asistieron el Presidente Alfredo Baquerizo Moreno, los Ministros de Estado y demás autoridades de la ciudad.

Aunque conservador en sus ideas era su mejor amigo Abelardo Moncayo quien le escribió con tal motivo lo siguiente: “Queridísimo Rafael. Nunca quizá, como hoy, he dirigido un abrazo con más entusiasmo y ternura y cómo no, si es felicitándote por los Acuerdos con que para ti brilla por fin la justicia. Habrase alarmado y mucho tu modestia, pero nada más merecido y enternecedor que esta espontánea y rarísima distinción con la cual, los que en justo valor te conocen, enaltecen tus virtudes y consuelan tu ancianidad”.

Poseyó una valiosa casa de dos pisos altos en la Flores y la Montúfar y falleció en Quito meses después en 1 917, de ochenta y seis años de edad. Sumamente blanco, de cabello castaño claro, ojos azules, cara llena, nariz recta, boca pequeña y grandes bigotes. Usaba levita y sombrero de copa y era tenido por todos como un hombre bondadoso, caballero distinguido y médico eficiente, sabio y cordial.