POLITICO.- Nació en el Angel, Provincia del Carchi, el 26 de Julio de 1920. Fueron sus padres Gonzalo Araujo Pazos, carchense que estudió en el Seminario San Luis de Ibarra a instancia de su tío el sacerdote Elíseo Araujo Padilla, pasó a Quito, vivió en el palacio Arzobispal protegido por González Suárez y estudió derecho en la Universidad Central. En 1910 obtuvo despachos de Teniente de Reserva durante la movilización nacional.
Posteriormente se graduó de Licenciado y egresó pero no quiso ejercer la profesión prefiriendo la cátedra de Filosofía en el Colegio Bolívar de Tulcán, ya estaba casado con la quiteña Ana Maria Hidalgo Correa, a quien conoció cuando ella era estudiante del Conservatorio Nacional de Música pues tocaba muy lindo el piano.
Manuel creció en casa de su abuelo paterno Amable Araujo Padilla las primeras letras le fueron enseñadas por el profesor Luna de la población de San Gabriel, luego pasó a la escuela Bolívar de El Ángel, y de allí fue mandado por su abuelo Amable a estudiar para jesuita en el Colegio Loyola de Cotocollao, aprobando hasta el cuarto año, pero sus ideas socialistas tomadas de su padre entraron en pugna con dicho ambiente y se cambió al Colegio ‘Teodoro Gómez de la Torre” de Ibarra donde rehabilitó sus estudios.
En 1937 cursó el último año, lo hizo en el Instituto Mejía de Quito, se dedicó a repartir unas hojas volantes del partido socialista contra la dictadura de Páez y fue apresado por la policía. “Los pesquisas me agarraron por la cabeza y me pusieron debajo del sobaco pues siempre he sido chiquito de estatura” y el Intendente Virgilio Guerrero al verme de pantalón bombacho me increpó y yo le respondí. ¡Que quiere que haga, yo lucho contra la dictadura! y debí convencerlo pues ordenó mi inmediata libertad.
Poco después se graduó de Bachiller e ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central. “En 1939 mi profesor de Economía Política, Jaime Chávez Granja, me llevó a trabajar de corrector nocturno de pruebas al Diario El Día de Ricardo Jaramillo con S/. 40 mensuales de sueldo. Yo estaba pobre, mi abuelo me había retirado su ayuda en razón de mis ideas políticas y mi padre vivía abrumado de hijos.
Una noche ocurrió que mientras trabajaba, sintonizando una estación de radio mexicana me enteré de la invasión de Hitler a Polonia y del comienzo de la II Guerra Mundial, entonces hice parar la edición y coloqué en primera página y a ocho columnas la noticia. Al día siguiente ningún diario la traía. El Día fue peleado por las gentes. Don Ricardo me mandó a llamar muy disgustado y me dijo: eres un muchacho irresponsable, caramba. Yo le contesté: Esperemos a ver que dicen los despachos de la UPI de las 10 de la mañana y como llegó la confirmación, El Comercio sacó una edición extra a las doce, dándonos la razón y a mí me subieron el sueldo a S/. 80 y me cambiaron a las mañanas. Entonces alquilaba un cuarto en una residencial y comía con tarjeta en el restaurant Viña del Mar de la calle Manabí, propiedad de un señor Castrillón”.
“El 41 Alfredo Llerena, Jefe de Redacción de El Comercio me llevó como Cronista Político a la Cámara de Diputados con S/.300 de sueldo. Tuve que aceptar pues ya estaba casado. Arroyo gobernaba con las facultades Omnímodas y dicha Cámara se instaló en sesión secreta para resolver si se las prorrogaban o no. Yo me escondí detrás de unas cortinas gruesas y escuché los debates memorizando los nombres de los diputados que votaron a favor para que siguieran dichas Facultades oprimiendo al país. Al día siguiente salió la noticia a ocho columnas en El Comercio. El título fue “Sigue la tiranía” y los de la Cámara acusaron de infidente al Secretario Wilson Vela Hervas que no había abierto la boca. Así fue como me subieron el sueldo a S/. 500 mensuales”.
“El 28 de Mayo de 1943 se produjo una manifestación en Quito y a un Capitán Lombeida se le escapó un tiro que le entró en la frente a la señorita Carmen Espinosa ocasionándole la muerte de contado. Yo estaba presente y di la noticia que salió el 29, entonces el dicho Capitán y varios Carabineros fueron a El Comercio, me tomaron preso por pocas horas en un calabozo frío y húmedo con Eduardo Chalen de El Universo, pero nos sacó en la madrugada Carlos Mantilla Ortega. Sin embargo Chalen, que no era joven, cogió una pulmonía y falleció, siendo el asunto muy comentado.”
Como los ánimos estaban exacerbados en todo el país y se acercaban las elecciones presidenciales, los estudiantes universitarios de Quito lanzaron la candidatura del Dr. José
Maria Velasco Ibarra, que después fue aceptada por Acción Democrática Ecuatoriana ADE que lideraba en Guayaquil, Francisco Arízaga Luque. El Presidente Arroyo del Río prohibió el ingreso de Velasco al país lo cual sirvió para irritar más aún a la opinión pública.
“El 28 de Mayo fui el primero en conocer la renuncia de Arroyo y llevarla a El Comercio, trasmitiéndose a través de las ondas de Radio Quito, luego fui el primer periodista ecuatoriano en entrevistar a Velasco Ibarra cuando entraba por Guayllabamba”.
“Un día del 45 Velasco indagó a varios periodistas: ¿Quién es el cronista de El Comercio? y al saber que yo era me hizo entrar a su despacho y me preguntó qué dónde había estudiado. Yo le respondí !En el Loyola, con Espinosa Pólit! y Velasco dijo: Con razón, señor, con razón. Ud. es el único que copia mis modestos discursos y declaraciones a la perfección. Lo felicito”. Naturalmente el Presidente me cayó bien.
“Dos semanas después me mandó a llamar nuevamente para proponerme la jefatura de la Sala de Prensa de la Presidencia en reemplazo de Alejandro Carrión y como me excusé, pues en El Comercio tenía garantizada la terminación de mi carrera profesional, le pidió al Ministro de Gobierno Guevara Moreno que me convenciera. Entonces Guevara me garantizó que estaría seguro en el cargo y acepté”.
En la Sala sacaba diariamente un boletín de prensa y ocurrió un día que el corrector de pruebas se equivocó en un documento de los socialistas y lo cortó. El asunto pasó a mayores porque el Dr. Emilio Gangotena protestó a nombre de ese partido y Velasco me canceló, pero al día siguiente me mandó a llamar arrepentido y me nombró Ayudante General de la Secretaría General de la Presidencia con más sueldo, S/. 800 al mes.
En eso vino el golpe dictatorial del 30 de Marzo del 46 y se convocaron a elecciones. Los conservadores triunfaron y teniendo mayoría en las Cámaras quisieron elegir presidente de la República al Dr. Manuel Elicio Flor, pero Guevara se opuso y los obligó a votar por Velasco, ganándose la enemistad de ellos, que pidieron su cancelación y Velasco lo mandó de Embajador a Chile.
Mientras tanto el joven Araujo Hidalgo era temido por velasquista y algunos profesores en la Universidad y estos no le dejaron graduar de Abogado. Al saberlo el presidente Velasco Ibarra le dijo “Sé que por ser amigo mío no le quieren recibir el grado. No importa, vaya Ud. a proseguir sus estudios de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, tenemos una beca que nos ha mandado el Presidente Perón. I viajé con otros jóvenes: Antonio Oquendo alumno de la Facultad de Medicina de Cuenca; Manuel de J. Real y Alfonso Roldós Garcés de Leyes y Medicina de Guayaquil y José Pallares de Ingeniería de Quito”. El 47 se cayó del poder el Dr. Velasco, debido al golpe militar de su Ministro de Defensa el Coronel Carlos Mancheno Cajas.
En Buenos Aires permaneció cuatro años hasta que en 1950 se graduó con una tesis sobre los derechos de los trabajadores y sus garantías jurisdiccionales y desde su llegada a Quito se dedicó a organizar en todo el país los núcleos a favor de la nueva candidatura velasquista, a pesar que se le tenía al Dr. Velasco como un cadáver político.
Durante el tercer velasquismo entre 1952 y el 56 fue Jefe del Departamento Jurídico de la presidencia y luego Secretario General de la Administración, donde ocurrió el secuestro y paliza del periodista Alejandro Carrión Aguirre, a) Juan sin Cielo, por parte de unos pesquisas a sueldo del gobierno, que la opinión pública denominó “Los Pichirilos”, por el automóvil antiguo en que se trasladaban, sindicandoles de cómplices de Araujo Hidalgo, quien quedó con tal Inri por ser el autor intelectual de dicho atentado.
Llegadas las elecciones presidenciales en 1956 el candidato conservador Camilo Ponce Enríquez triunfó pero se habló con insistencia de un fraude electoral en la provincia de Loja, realizado por el Cura Armijos) sobre el candidato liberal Raúl Clemente Huerta. De inmediato se produjo una corriente de opinión nacional contraria al ascenso conservador que se sintetizaba en la frase ¡Velasco si, Ponce no¡ El Congreso Nacional estaba dividido y se resistía a calificar al nuevo presidente. Velasco invitó a su despacho a numerosos legisladores pro gobiernistas y les preguntó la opinión sobre un planteamiento que le habían hecho los jefes militares de la guarnición de Quito, para que continúe en el ejercicio del poder. Todos los convocados le aconsejaron al presidente que acepte, pero Araujo Hidalgo que también asistía, se opuso, indicando que el Presidente no podía manchar su carrera de campeón de la libertad electoral. Entonces el Presidente levantó abruptamente la sesión.
Al día siguiente, cuando Araujo le fue a presentar su renuncia Velasco le dijo: No se alarme, si levanté así la sesión fue precisamente porque estoy totalmente de acuerdo con lo que Ud. manifestó. Pocos días después Ponce le mandó a proponer por intermedio de Adolfo Gómez y Santistevan la cartera de gobierno, Araujo le pidió veinticuatro horas de plazo para contestar, en realidad era para consultar con Velasco Ibarra, quien le dijo “No acepte, nosotros hemos de volver en 1960.
El 58 Araujo salió electo Diputado por la Provincia del Pichincha y el 60 le reeligieron con más votos que los que recibió el propio Velasco Ibarra para la presidencia de la República. Presidió la Cámara pero al mes siguiente le aceptó el Ministerio de Gobierno. Error que considera fatal, pues a los tres meses – habiendose irritado una vez más la cuestión fronteriza con el Perú – los estudiantes de la Universidad Católica de Quito concurrieron a la plaza grande gritando contra el Ministro comunista Manuel Araujo Hidalgo.
Este cayó en la provocación y salió a organizar una contra manifestación con los estudiantes de la FEUE y eso no le gustó a Velasco, de suerte que a los tres meses de desempañar el ministerio, tuvo que renunciar; en cambio Fidel Castro le mandó a invitar a La Habana. Allí se originó la estrecha amistad que les unió desde entonces.
Caído el cuarto velasquismo en 1961 y habiendo subido al poder el Vicepresidente Carlos Julio Arosemena Monroy, la CIA norteamericana empezó a entrometerse directamente en los asuntos nacionales orquestando una durísima campaña anticomunista en el Ecuador. Araujo Hidalgo creyó llegado el momento de hacer una revolución inspirada en la de Cuba, contando con un grupo de estudiantes miembros de la Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatorianas URJE. Lo primero que se les ocurrió fue realizar prácticas guerrilleras en las riberas del rio Toachi, se aprovisionaron de comestibles y uniformados salieron a caminar, pero como el asunto se conoció por parte de la sección Inteligencia de las fuerzas armadas debido a que Santiago Pérez Romo Leroux, muy orondo se presentó uniformado en las calles más céntricas de la población de Santo Domingo de los Colorados. El alto mando destacó una patrulla militar fuertemente armada, al mando del Teniente Lenín Torres, con orden de disparar a matar, pero felizmente se dieron cuenta de la poca importancia del enemigo y sin ninguna resistencia los tomaron presos. Allí cayeron los dirigentes y elasunto no pasó de ser más de que una aventura de muchachos, por eso se le denominó la guerra del Pinol, pues cada uno iba aprovisionado con máchila.
La CIA. aprovecho la ocasión para magnificar el hecho y el escándalo adquirió proporciones internacionales y sirvió entre otros asuntos, para provocar la caída del régimen, aunque ya para entonces la CIA. tenía a varios grupos, especialmente sacados de las Universidades Católicas del país, elaborando planes de gobierno, como lo han confesado sin ningún pudor en numerosas ocasiones, hasta que el 11 de Julio de 1963 sus agentes lograron la caída del Presidente Arosemena Monroy y ascendieron al poder los jefes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas Capitán de Navio Ramón Castro Jijón por la Marina, Coronel Luis Cabrera Sevilla por el Ejército y Teniente Coronel Guillermo Freire Posso por la Aviación y el cuarto fue el Senador funcional por las Fuerzas Armadas Coronel Marco Gándara Enríquez, que pronto se convirtió en el factotum del grupo por su preparación doctrinal en la Italia fascista y en la España falangista y por ser el vínculo con la CIA y el gobierno de los Estados Unidos con la tal junta de Gobierno.
La Junta fue recibida con extraordinario al beneplácito de la oligarquía, la iglesia y los sectores más bien conservadores. Comenzaron inmediatamente las prisiones y persecuciones a todos los ciudadanos de ideas izquierdistas viendo peligroso cualquier pensamiento o iniciativa. La juventud se enardeció y un grupo de estudiantes universitarios inició la lucha. Araújo sufrió múltiples persecuciones.
Durante el quinto velasquismo (1968 – 72) no ocupó cargo alguno pero se constituyó en uno de los pilares que sostuvieron al régimen hasta que se cayó por la traición del General Guillermo Rodríguez Lara, militar hipócritas y mañoso que supo ganarse la confianza de Velasco Ibarra para adquirir jerarquías y mandos que le permitieran ocupar el poder.
Tras su caída Velasco le dijo a Araujo en Buenos Aires que los civiles no podrían derrocar a Rodríguez Lara y que era necesario buscar un militar. Araujo, de vuelta al país, convenció al Contralmirante Alfredo Poveda Burbano de la necesidad de tomar el poder, prepararon el golpe con otros mandos, y lo asumieron en 1976.
En 1984 el presidente León Febres Cordero le envió de Embajador a Cuba, permaneciendo en dichas altas funciones hasta el 88. Le conocí en La Habana durante la gira que la primera dama Maria Eugenia Cordovez realizó con los funcionarios del INFA (Instituto del niño y la familia) Yo viajé como periodista adscrito por el diario Expreso.
Vivía en un departamento más bien modesto de la Urbanización La Granja, pues nunca fue rico ni aspiró a esta clase de poder, casado en segundas nupcias con Martha López Carpio en quien tenía un hijo. De su primer enlace, que terminó en divorcio, tenía siete más.
Dedicado a atender su despacho profesional de Abogado, no podía aspirar a cargos públicos porque no estaba afiliado a partido alguno. Se definía como un sujeto Velasquista- Castrista.
Nuevamente en Quito, de casi 70 años de edad, de pequeñísima estatura, con grandes barbas a lo Fidel Castro, tez trigueña, ojos y pelo negro. Hablaba y gesticulaba con gran prosopopeya quizá para superar la pequeñez, tenía la voz robusta y los gestos rotundos. Incansable para la política, en los últimos años tras la muerte de su líder y quizá hasta en razón de su edad, había decaído en esta actividad.
Fallecio en Quito la tarde del lunes 9 de Marzo del 2009 a los 91 años de edad y recibió sepultura en el cementerio Monteolivo al día siguiente siemore se le conoció con el apodo “El Oromoto Araujo”.