ANDRADE Y FIGUEROA SANCHO

XI OBISPO DE QUITO.- Nació hacia 1626 en La Coruña, Galicia, España, de familia noble, hizo sus estudios en el Colegio de Oviedo y en la Universidad de Salamanca donde se doctoró en ambos derechos. Obtuvo por oposición la Canongía Magistral de la Catedral de Mondoñedo y fue presentado en l.68l para Obispo de Huamanga en el Virreinato del Perú, cuando ya frisaba en los cincuenta y cinco años.

En Panamá recibió la consagración de manos del Obispo Lucas de Piedrahita, después viajó a su Diócesis y permaneció seis años en ella, realizando una extensa visita pastoral y numerosas refacciones de iglesias.

En 1687, dado el decaimiento general de la salud del Obispo de Quito Alonso de la Peña y Montenegro, fue presentado por el Rey Carlos II para Obispo coadjutor, pero alegando derechos a su iglesia prefirió no viajar a esa diócesis En el interim, Francisco Luis de Bruna había sido designado para sucederle en el obispado de Huamanga y como éste último y de la Peña fallecieron al poco tiempo, Andrade ya no tuvo objeción alguna, pasó a Guayaquil, subió a la sierra y el 1 de Agosto de 1688 tomó posesión como simple Provisor hasta que le llegaran las Bulas de Obispo, que demoraron tres años.

Encontró a los padres agustinos retirados en una lejana hacienda de la comunidad como protesta por la intervención de la Audiencia en la elección del Superior del convento. Efectivamente, el Presidente Mateo de la Mata Ponce de León había llegado a tomar medidas de hecho contra los frailes, tales como colocar un pedrero con orden de derribar las puertas para sacar a los revoltosos parapetados en su interior, lo que a último momento no se realizó por la llegada de las sombras de esa noche. I cuando al día siguiente la ciudadanía se aprontaba a presenciar una masacre, encontraron el convento abandonado pues los padres habían partido.

Otro aspecto negativo era la calamitosa situación económica y social en que se hallaban los puertos de la costa, asolados por las continuas correrías de los piratas ingleses, franceses y holandeses. En la sierra, en cambio, los obrajes se encontraban en franca decadencia debido al proteccionismo brindado por la metrópoli a las fábricas de paños que funcionaban en la península. A todo esto se sumó la erupción del Pichincha en la madrugada del 20 de Junio de l.698 y su secuela de terremotos que se dejaron sentir en Latacunga, Ambato y Riobamba, así como en las demás poblaciones del centro de la nación. Ambato quedó tan destruida que las autoridades autorizaron su traslado al actual asiento. La pobreza extrema surgió a consecuencia de la devastación de las sementeras por la ceniza volcánica caída durante varios meses, que arruinó las cosechas.

En 1701 el Presidente de la Mata regresó a Lima a ocupar la plaza de Oidor más antiguo y fue reemplazado en Quito por el Dr. Francisco López Dicastillo. El 2 de mayo de 1702 moría en Quito el Obispo Andrade y Figueroa, a las cuatro y media de la tarde, mientras rezaba devotamente el segundo misterio del Rosario, posiblemente de cáncer porque las crónicas hablan de una larga y cruel enfermedad. Tenía setenta y seis años de edad y quince de obispado y la historia ha juzgado positivamente su tinoso gobierno, pues no dejó enemigos ni malquerientes.

En Quito actuó tres años como simple Provisor hasta que le llegaron las letras Patentes como ya se ha visto.