ANDRADE AREVALO GONZALO

PROMOTOR CULTURAL. Nació en Riobamba el 27 de agosto de 1933 y fueron sus padres legítimos Jorge Humberto Andrade Yanez, natural de Tumbaco, Provincia del Pichincha, que tuvo múltiples oficios, fue Guarda de Estancos en Riobamba y después puso una zapatería frente al parque Maldonado, y María del Rosario Arévalo Guevara, natural de Riobamba.

Fue el segundo de siete hermanos que vivían en Riobamba. Su madre era lectora asidua de “Las mil y una Noches”, “Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno”, “Genoveva de Brabante”, etc. y le enseño las primeras letras a temprana edad. El 38 se cambiaron cerca de la población, por la fábrica de Evangelista Calero, en el campo.

“En segundo grado mi profesor Gerardo Samaniego nos daba Historia con mucho interés y me hizo gustar la materia. Con sus clases abría mi espíritu hacia otros horizontes. Para la revolución del 28 de Mayo del 44 presencié el arrastre de Carbo Paredes y de su guardaespaldas el negro Quiñonez, que quedo mal herido y fue conducido al interior del Cuartel del Ejército. “Entonces me di cuenta de como actúa la masa”.

Al poco tiempo entró al Colegio Maldonado. Su hermano mayor Jorge Lautaro era un magnifico alumno. El 45 hubo una huelga, presidía el curso, intervino y fueron sancionados con la clausura del Colegio. Sin otro horizonte por el momento y renuente a las reglas de la disciplina del hogar, decidió vender unos zapatos de fútbol y viajó en tren a Guayaquil, donde buscó a su tío Olmedo Guevara Arévalo, dueño de una zapatería en el centro y creador del famoso mocasín “Búfalo” que se vendía muchísimo por ser la sensación del momento. Allí conoció a Olimpo Cárdenas que aprendía el oficio. (1)

El tío le puso en su casa y dió de comer a condición que tenía que ayudarle en la Caja. Poco después se le unió su padre. “Para el terremoto de Ambato fuimos a Baños donde estaba de vacaciones mi madre y hermanos menores quienes felizmente resultaron ilesos, sinembargo pasamos un gran susto”. De allí viajó a Riobamba a continuar sus estudios que habían quedado truncos. Volvió al Maldonado algunos meses pero no le agradó el ambiente
y aprovechando una Beca Municipal siguió al Colegio Central Técnico de Quito y aprendió mecánica industrial. “Durante esos años compartí mi cuarto con Jorge Rivadeneira, presidí la Asociación de Estudiantes del Colegio, concurrí a la huelga del Juan Montalvo contra el Presidente Velasco Ibarra en protesta por la muerte del estudiante Isidro Guerrero y redacté el periódico Cerebro y Músculo del que salieron tres números financiados por el Colegio, “Era un joven pequeñito que contagiaba alegría, estudioso, servicial y buena gente, todos le querían.

El 51, los días sábados, en la Plaza Grande y a la salida de la Instrucción Premilitar, acostumbraba vender el semanario “El Pueblo” con otros compañeros del Central Técnico, mientras los Arnistas voceaban “El Impacto” en la esquina del frente y se armaban grandes broncas pues los unos gritaban “Abajo la Bestia Falangista” y los otros respondían “Abajo el Oso Moscovita”. A veces intervenía la policía y los llevaban detenidos, aunque por pocas horas. “Mi espíritu inquieto me revelaba contra las cosas que no entendía y mantenía una contradicción con Dios”.

“Ya estaba metido en la política pues desde Riobamba había recibido cierto adoctrinamiento de parte de César Zavala, Secretario Provincial del Partido Comunista, en cuya casa alquilábamos un departamento. Afiliado el 52 a la Juventud Comunista, asistí a la Conferencia Nacional de la Juventud y fui electo Secretario General porque era activo y animoso. Mis funciones consistían en viajar por todo el país organizando a las Juventudes. Conocí a los dirigentes máximos: Pedro Saad, Enrique Gil Gilbert, Elías Muñoz Vicuña, Rafael Echeverría, José María Roura Dávila, Aquiles Valencia, Hernán Acevedo, etc”.

El 54 se diplomó de Mecánico Industrial. El 56 logró una Beca para Rumania, y como no pudo financiar el pasaje la perdió, entonces le designaron Funcionario de la Juventud con S/.3.000 mensuales, hizo oposición callejera al Gobierno de Camilo Ponce Enríquez y aguantó tres carcelazos.

El 59 pasó a Moscú a estudiar Ciencias Políticas en la Escuela Superior de cuadros del Partido, estuvo dos años, aprendió ruso, escuchó a diversos líderes mundiales, entre los cuales
le impactó el Che Guevara por su elocuencia, modestia y claridad. “Tenía el trato sencillo, profundas las

ideas… “En unas vacaciones en el Mar Negro conoció a Bruno Pontecorvo el gran científico comunista italiano y se hizo su amigo. El 61 su Profesor de Filosofía quizo que se quedara en Moscú, pero dada su natural cortedad, prefirió regresar en diciembre porque extrañaba a su Patria.

En enero del 62 volvió a la vida de militancia en el Partido Comunista en Quito y al estallar el 11 de Julio del 63 la dictadura de la Junta Militar de Gobierno se escabulló a Riobamba, reiniciando la militancia a través de una diminuta escuela de Sindicalismo para indígenas. Allí enseñaba entre otras cosas la historia del Movimiento Obrero, hasta que una mañana fue con varios Camaradas a un páramo cercano, tras un novelero que les iba a dar prácticas de manejo de artefactos explosivos caseros, con tan mala suerte que uno de esos explotó en la mano a Guillermo Layedra, quien tuvo que ser conducido al Hospital, donde le cortaron la mano hasta la muñeca y quedó manco. El picnic se volvió tragedia y produjo el desbande de alumnos y profesores. La prensa dió una importancia capital al asunto, denunciado la existencia de un plan maquiavélico del “Grupo Terrorista ABC” para desestabilizar al país, cuando solo eran travesuras de muchachos que jugaban a guerrilleros.

Pronto salieron a relucir los nombres de los actores, la cúpula partidista negó toda participación, les quitó su profesión y tuvieron que vérselas solos de allí en adelante, a pesar que lo del ABC no pasaba de ser mas que el invento de algún periodista con imaginación.

Mohino y cabizbajo volvió el 64 a Guayaquil a esconderse por un tiempo en casa de su hermana Elba de Játiva, mujer de un militar. Y como no salía a la calle cuidó y enseñó juegos a sus pequeños sobrinos, que aún recuerdan esa etapa de sus vidas con cariño, pues se divertían de lo lindo con el tío profesor, pero la policía se enteró que estaba en Guayaquil y sus padres le mandaron a ver de Manta, donde el bueno de Don Jorge Humberto tenía puesta una zapatería. Ni bien llegado comenzó a ayudarle y en los ratos libres organizó dos Células Comunistas fundadas en Tarqui y en Manta por el Dr. Ricardo Paredes con algunos Camaradas manabitas de la

época de Horacio Hidrovo Velásquez y Aquiles Valencia. Pronto publicaron a máquina el periódico “El Chasqui” para estimular a la Juventud, pero solo sacaban doce copias.

El 65, fue ayudado por unos compañeros del Central Técnico, profesores en el Colegio Nacional Cinco de Junio, que le llevaron a dar clases de Mecánica con S/. 1000 mensuales. El 66 ascendió a Profesor con nombramiento porque se había hecho querer y dentro del Partido ocupó la Secretaria General por Manta, concurriendo desde entonces a los Congresos Nacionales. En la década de los años 70 se convirtió en el profesor más querido y admirado del Colegio, los alumnos le seguían como a un líder y él no se disgustaba si de vez en cuando le decían cariñosamente “Corvichito” por su pequeñez física que se contraponía con la amplitud y grandeza de su alma. El 74 construyó una villita en la Avenida Cuatro de Noviembre y Oswaldo Alvarez con un dinero recibido en préstamo de una hermana.

En agosto de 1982 el Colegio Nacional Olmedo de Portoviejo convocó al Festival Nacional Estudiantil de Teatro. Las autoridades del Cinco de Junio le designaron para preparar una pieza por ser el más entusiasta y capaz. La tarea se presentaba dura, no existía una tradición teatral, pero el día 26 formó el grupo “La Trinchera” y de apuro escribió una obra de fondo manabita que tituló “El Tejedor de Sueños”, con la historia de un tejedor de sombreros, creación que no estima totalmente terminada, pues toda obra es cambiante y jamás está completa. El éxito alcanzado en su estreno le llevó a presentarla en triunfal recorrido por las ciudades y campos, demostrándose que el arte surgía de la necesidad de un pueblo por expresarse espiritualmente y que lo suyo tenía una identidad cultural y un sustento ideológico solidario, especialmente con sus siete alumnos actores, campesinos como sus padres, pues ninguna era oriundo de Manta, a la que habían llegado con las olas migratorias cuando las frecuentes sequías desplazaban a los agricultores a buscar otras fuentes de sustento.

Sobre esas bases vinieron después obras como “Los Padres de la Patria” remedo o farsa de lo que es el Congreso, “Nokao”, creación colectiva puesta en escena el 83 “De Remos a Motores”, “Los Baúles” sobre los contrabandos que arribaban a Manta, “Las Libertadoras” skech cómico sobre el feminismo, “La Carpeta” con las angustias de un joven egresado del Normal o de la Universidad, que piensa que se le va a facilitar un nombramiento por ser amigo de un funcionario.

De esos primeros tiempos queda el recuerdo de los trabajos que tuvo que pasar con el grupo que era simplemente colegial; pero a medida que sus miembros fueron graduándose y escogiendo la actividad artística como una opción seria y responsable, aparecieron los mecenas que decidieron hacer de Manta un gran centro cultural. Orley Zambrano Cuadros construyó el teatro Chusig el 85. Medardo Mora Solórzano, Rector de la Universidad Eloy Alfaro, auspició al grupo, dándoles a sus integrantes la oportunidad de recorrer el país y aún el exterior. Después el Banco Central puso empeño en la capacitación técnica.

Entre el 86 y el 91 los grupos estudiantiles de teatro formados en Manta celebraron los Festivales provinciales y desde el 88 Manta ha sido la sede ecuatoriana del Festival Internacional de Teatro, de suerte que el empuje inicial de Gonzalo Andrade, el esfuerzo de sus muchachos en “La Trinchera” con el teatro Chusig y el apoyo de la Universidad Eloy Alfaro y del Banco Central, produjo el milagro de suscitar vocaciones y presentar obras de innegable valor escénico y elevado contenido espiritual.

El 88 escribió “Ni perdón ni olvido” con motivo de la Reunión de Escritores de América Latina y el Caribe, que los compañeros del grupo “Palo Santo” que dirige Raimundo Zambrano tituló “La Alfarada”. Ese año, como Primer Vocal del Directorio del Cinco de Junio se encargó del rectorado por ausencia del titular Eduardo Punte, entonces presentó un plan para aumentar las opciones prácticas con carreras técnicas como albañilería, plomería, etc. para que cada quien pudiera levantar solo su propia casa, de suerte que unidos en Cooperativas contrataran con el gobierno la construcción de aulas, pupitres. Creó Becas, el internado, el comedor estudiantil, pero no tuvo el apoyo de Alfredo Vera Arrala, Ministro de Educación, perdiéndose la opción.

El 92 fue homenajeado con motivo de los diez años del grupo “La Trinchera”, lo quisieron designar “Ciudadano Honorario de Manta” título que rechazó por modestia, proponiendo en cambio otros nombres. El 23 de septiembre de 1993, aniversario de la muerte del Che Guevara y de Pablo Neruda, creó con su amigo Santos Miranda Rojas el movimiento “Café Literalúdico La

Cueva” para ayudar a expresarse a la juventud de Manta. Poco después lograron dos páginas en el suplemento dominical del diario “El Mercurio” y un local en comodato y por cinco años, del solar aledaño al histórico faro de la Municipalidad, donde se están realizando inversiones para contar con una sede social apropiada.

Trabaja en los Colegios Cinco de Junio y Técnico Luis Arboleda Martínez y se halla junto al elemento artístico y cultural de Manta, ejerciendo una benéfica actividad, colaborando en la consecución del ideal como si fuera uno más, pues a pesar de su edad actúa como el amigo comprendedor de todos.