ALZAMORA VELA GERARDO

VIOLINISTA. Nació en Riobamba el 22 de mayo de 1910 y fueron sus padres legítimos el Dr. Rafael Alzamora Ayerve (Cicalpa, provincia del Chimborazo 1874 – Quito 1968) prestante abogado radicado en la capital, llegó a ser uno de los juristas más conocidos de la ciudad y en 1951 Ministro Juez de la Corte Suprema, casado en primeras nupcias en 1909 con su prima Victoria Alzamora Rivadeneira, viudo contrajo segundas nupcias con Lucía Vela García, quiteña.

En 1926 viajó a Quito y se inició en el Conservatorio Nacional de Música con el profesor Pedro Noroña especializándose en violín, el 28 formó parte del Cuarteto Terán Vaca.

En 1931 su padre le envió a seguir estudios de especialización en Europa. En Paris ingresó a la Escuela Nacional de Música el 32 dirigida por el Maestro Alfred Cortot, considerado uno de los mayores pianistas del mundo, donde enseñaban figuras consagradas como los grandes maestros Jacques Tibaud y Pablo Casals. Con el paso de los meses destacó hasta figurar de ejecutante (primer violín) bajo las batutas de los directores de Orquesta Alexanian y George Enesco, mientras realizaba estudios técnicos con los profesores Spilles y Tibaud. Graduado de concertista se especializó en música de Cámara y teoría de la Música.

En 1933 siguió a Madrid y fue su profesor Carlos Sedano quien le hizo conocer la escuela rusa de violín, pero al estallar la Guerra Civil en 1936 volvió al Conservatorio Nacional de Francia y permaneció un año solamente, allí fue alumno de Jean Galamian y colaboró con la Orquesta Sinfónica de París y en la del establecimiento del maestro Cortot.

Cumplida su etapa en Europa regresó al Ecuador en septiembre del 37 tras casi seis años de ausencia que fueron enteramente provechosos para su arte. En marzo del 38 se lució en un difícil Concierto de música clásica en el teatro Sucre con el acompañamiento de la virtuosa del piano Esmeralda Vial de Ruales. El programa contenía piezas de Vivaldi y de otros grandes maestros antiguos hasta el casi contemporáneo Moussorgky. Su presentación constituyó un éxito, demostró poseer decisión y firmeza, “arrancando al violín toda una gama de sonoridades propias de su gran técnica y virtuosismo.” Enseguida fue contratado para dictar clases de violín en el Conservatorio Nacional y accediendo a una petición del Comité benéfico por la Casa del Anciano, formado por la Acción Católica Femenina de Riobamba, se presentó en abril acompañado al piano por Pedro Noroña con piezas de Chopin y de Ravel. Días después apareció en el teatro León de Riobamba con un programa de Chopin y de Nin Kochansky entre otros compositores. El día de la Madre tocó en el teatro Capitol de Quito dos breves interpretaciones: Guitarra de Moszkowski y Serenata Española de Kreisler. La Revista “Mensaje” de la Biblioteca Nacional saludó su regreso el 38 con un artículo laudatorio sobre su arte.

El 14 de septiembre del 39 la embajada de Colombia le presentó en un trío de violines en el Teatro Sucre con los profesores Wolfgang Schoeneider y Dra. Rudolphine Prankl de la Academia de Viena, quien estaba de paso por Quito. El 7 de diciembre ofreció en casa de sus padres una velada íntima de arte al pianista chileno Arnaldo Tapia Caballero en la que también intervino al piano el músico y escritor Juan Pablo Muñoz Sanz. El 9 de ese mes presentó en el teatro Sucre a un Cuarteto de Cuerdas que había formado. Tocaron música de Cámara de Haydn y de Franck. Actuó de primer violín, como segundo estuvo Enriqueta de Salgado, en viola Jorge E. Paz y en violoncelo el profesor Carlos Tipan. En la segunda parte actuó al piano el profesor Luís Canelos.

En enero del 40 el Director del Conservatorio Nacional de Quito, Pedro Pablo Traversari, le ofreció un almuerzo en el Hotel Majestic, al que asistieron numerosos profesores y alumnos porque había sido contratado para la enseñanza de violín en el Conservatorio de Cali. Un periodista socarrón comentó que por su aspecto físico se parecía al inmortal Schubert, quien también usaba esa clase de lentes.

En Cali permaneció casi diez años regresando a Quito en los años cincuenta. El 56, a los cuarenta y seis años de edad, casó con la escritora Lupe Rumazo Cobo, muy menor a él, hija del gran escritor Alfonso Rumazo González y tuvieron un matrimonio estable y cuatro hijos. Entre l956 y el 60 fue Director del Conservatorio Nacional de Música. En l.957 publicó en la revista “Anales” un trabajo en l9 págs. titulado “Síntesis histórica de la música ecuatoriana” luego apareció su discurso para un concierto “Panorama musical de Estados Unidos en el momento actual” en 19 págs.”

El 60 fue por varios meses director encargado de la Orquesta Sinfónica Nacional y daba clases particulares de violín hasta que el 64 viajó a Caracas contratado como violín concertino de la Sinfónica de esa capital. Entre el 65 y el 66 vivió en Madrid con los suyos, de su arte, siendo apreciadísimo en los círculos culturales de la capital española.

Entre el 68 y el 80 vivió entre Quito y Caracas. Este último año empezó a sufrir de una enfermedad degenerativa de carácter nervioso que le fue reduciendo a una silla de ruedas y finalmente terminó casi paralizado. Su deceso ocurrió en agosto del 82 y constituyó una pérdida para el arte ecuatoriano. Su esposa la ha recordado en varias novelas de su autoría.

Su familia reside en Caracas, sus hijos poseen un alto cociente de inteligencia y son científicos, uno de sus nietos es poeta en lengua francesa. Su viuda está considerada una de las principales figuras literarias del Ecuador, siendo autora de numerosos libros de gran calidad.