FILOSOFO. Nadó en Madrid el 28 de agosto de 1912. Hijo legítimo de Cayetano Alvarez Olivares y de Juana González Robledo.
En 1929 ingresó a la Universidad de Madrid – hoy denominada Complutense – y cursó dos carreras al mismo tiempo: Jurisprudencia y Filosofía. En esta última fue alumno de Manuel García Morente, Decano y luego Rector, quien en la última etapa de su vida ingresó al sacerdocio y murió en 1942.
Hacia mediados del tercer año un condiscípulo amigo le invitó a escuchar al profesor José Ortega y Gasset, que desde 1910 tenía a cargo la cátedra de Metafísica haciendo posible que exista en España una Filosofía auténtica, de seriedad y rigor intelectual y quien le cautivó de por vida sembrando en él la vocación por la Filosofía, carrera que la culminó con un pequeño grupo de compañeros, Julián Marías Aguilera entre otros.
En 1934 se licenció en Jurisprudencia pero como más le atraía la Filosofía prosiguió en esa especialidad, logró su segunda licenciatura y el 18 de Julio de 1936 terminó las últimas pruebas de las oposiciones como candidato a Profesor de Filosofía recibiendo la investidura académica
correspondiente y cuando abandonó ese día los dinteles de la Universidad. se encontró de bruces con la Guerra Civil española pues horas antes había ocurrido el alzamiento nacional que creó una Junta de Defensa contra la República y las calles de Madrid vieron el desfile del ejército leal con sus tanques y armamentos.
Ya era socio del Instituto de Filosofía Sánz del Río que funcionaba en esa Facultad, amaba la sabiduría como buen filósofo y admiraba a la naturaleza y a la ciencia.
De 1936 al 46 fueron diez años casi perdidos.
En 1946 fue propuesto por el Director del Instituto de Filosofía Luis Vives, del Consejo de Investigaciones Científicas de Madrid, para desempeñar la cátedra de Filosofía en la Universidad de la Paz, Bolivia, pero no aceptó. Luego fue profesor de Literatura y griego en el Liceo Francés de Madrid, así como de diversas cátedras de Filosofía y Economía Política en otras instituciones educacionales.
En 1947 contrajo matrimonio con María de la Vega Moreno y tuvo dos hijos: Cayetana y a Francisco Javier que murió niño de escasos cinco años de edad, determinándole en gran parte a venir a América. Aceptó entonces en 1950 la proposición del Consejo de la Universidad de Cuenca para hacerse cargo de la fundación de la Facultad de Filosofía y Letras, pues su nombre fue preferido sobre los de otros por haber sido uno de los más distinguidos alumnos de José Ortega y Gasset (1) de manera que organizó la nueva Facultad y contrató varios profesores españoles de diversas especialidades, algunos de los cuales hicieron del Ecuador su segunda Patria, otros marcharon más tarde a diversos países de América Latina y no faltaron quienes volvieron a España al finalizar sus contratos.
Tras un largo viaje por Gibraltar, las islas Canarias, La Guaira y varios puertos del tormentos o Atlántico arribaron a Panamá y de allí pasaron a la isla Puná y finalmente a Guayaquil, donde tomó el avión y arribó a Cuenca con su esposa y tierna hijita el 26 de diciembre de 1951 y se quedó casi trece años entre los ecuatorianos hasta el 64. Fue designado Decano de la naciente Facultad, al poco tiempo nacería su hijo Antonio e hizo venir a
sus padres a Cuenca pues requerían de su ayuda.
La nueva Facultad fue la gran novedad en la Cuenca de mediados del siglo XX, los primeros ciento veinte alumnos en su mayor parte eran jóvenes curiosos que se fueron desbandando en huída del latín y el griego y las demás asignaturas que debían aprobar obligatoriamente a causa del rigor académico y la disciplina trasladada de Europa. Gabriel Cevallos García, Francisco Estrella Camón y Hugo Ordóñez Espinosa eran los profesores ecuatorianos contando con el refuerzo de Luís Fradejas, Francisco Alvarez y Silvino González Fontaneda. Había también unos pocos alumnos, ya graduados en otras Facultades como Dora Canelos, Alejandro Serrano Aguilar, Hernán Cordero Crespo.
El 52 fue comisionado por el rector de la Universidad de Guayaquil, Dr. José Miguel Varas Samaniego, para reestructurar la facultad de Humanidades de la Universidad del puerto que había sido clausurada. De esta manera arribaron al Ecuador una nueva migración de profesores españoles que se quedaron en Guayaquil. Ese año fue designado Miembro correspondiente de la CCE en Cuenca.
Una de sus alumnas de esos años le ha descrito así (Isabelita Moscoso Dávila) el maestro habla. Sus palabras se proyectan con moduladas resonancias, traspasando como la luz los cristales dormidos. La disertación sigue el curso de una dialéctica sabia y brillante. La Filosofía es una actitud ante la vida. Con inquietud curiosa se comenta en los pasillos ¿Quién es este maestro? que nos habla con bello acento y convicción profunda, que no duda ni vacila. ni rompe el discurso con largas y penosas pautas y nos mantiene suspensos de su palabra y de su doctrina expuesta con asombrosa claridad.
Como profesor se le recuerda recto y al mismo tiempo ecuánime. Sus clases siempre magistrales y tanto, que el rector Gabriel Cevallos García solía dejar sus ocupaciones para escucharle disertando la conferencia inaugural al examen de ingreso de los estudiantes en la Facultad de Filosofía.
Su labor intelectual no se circunscribía únicamente a la cátedra pues desde
su llegada comenzó a colaborar intensamente con la revista “Anales de la Universidad” y desde el 53 en la revista que fundó en la Facultad de Filosofía y Letras, con artículos largos, serios, meditados, profundos y de corte filosófico, al tiempo que socializaba con los alumnos patinando en el patio de la vetusta casa colonial que albergó durante los primeros tiempos a la Facultad.
Entre 1953 y el 54 editó una “Historia de la Filosofía” en dos tomos de 526 y 728 págs. considerada una obra de consulta más que un texto propiamente dicho, aunque ese fue el motivo que le impulsó a realizarla, además contiene una selección de párrafos originales de los principales filósofos. El 56 salió a la luz “Arnold J. Toynbee y su Filosofía de la Historia” en 221 págs. y el 63 “Introducción a la Filosofía” en 212 págs.
En los “Anales de la Universidad de Cuenca” publicó entre 1952 y el 73 lo siguiente” 1) Las etapas fundamentales en la restauración de la Filosofía actual, 33 págs. 2) La Filosofía del renacimiento, 55 págs. 3) Filosofía y Educación, 16 págs. 4) Antonio Machado, poeta de España, 22 págs. 5) Fundamentos Filosóficos de la educación, 15 págs. como ponencia al I Congreso Latinoamericano de Filosofía y Filosofía de la Educación celebrado en Quito, donde tuvo a cargo el discurso de la Clausura, 6) Tres lecciones sobre la Filosofía de Husserl. 58 págs. 7) La Universidad en la Edad Media, 18 págs.
- Europa y su decadencia, 20 págs.
- El exietencialismo, Filosofía de la época, 15 págs. 10) Naturaleza de las civilizaciones, 13 págs. 11) Ortega y Gasset y la Moral de la Fidelidad, 15 págs. 12) Ortega y la Razón Vital, 6 págs. 13) Notas sobre la América Latina, 13 págs. 14) Clases, castas y profesiones, 31 págs. 15) Sobre algunos límites de la Filosofía Existencialista, 24 págs. 16) La Ciencia Moderna y la Universidad Ecuatoriana, 14 págs, 17) El mundo de Santo Tomás y el Nuestro, 11 págs. 18) Introducción a una Metafísica de la Contingencia, 35 págs. 19) Introducción a una Metafísica de la Contingencia. 31 págs. 20) Impacto en la Luna y unidad del Mundo, 7 págs. 21) Vocación y Etica, 7 págs. 22) La Hora Cero del Universo, 15 págs, 23) Grecia o el origen del Filosofar, 11 pags. 24) Reflexiones sobre la Filosofía alemana, 16 págs. 25) Unamuno y la Enseñanza Superior en España, 11
págs. 26) La Persona Humana, 13 págs, 27) Industrialización y Clase Media, 12 págs. 28) Época, vida y obra de Alejandro Von Humboldt, 21 págs, - ¿Qué es el Humanismo? 17 págs,
- La Vida, el Tiempo y la Historia, 12 págs. 31) La Filosofía actual y la Ciencia, 15 págs. 32) La Evolución del concepto de Substancia en la Filosofía Griega, 26 págs. 33) La Obra de Freud y el Espíritu Contemporáneo, 27 págs, 34) Divulgación de la Cultura entre las clases populares, 21 págs. 35) El Compromiso del Intelectual, 16 págs. en el Guacamayo y la Serpiente, 36) Los soliloquios del Humanista, 14 págs. 37) Las Armonías del equilibrio, Ensayo de Filosofía Biológica, por Charles Claque, 16 págs. en Anales 38) Que nosotros vemos todas las cosas en Dios, por Nicolás de Malebranche, 18 págs. Revista de la Facultad. 39) Artículos de Prensa, sin paginar, Municipalidad de Cuenca, 40) Los Jóvenes y el Mundo de Hoy, Núcleo del Azuay, CCE a más de algunos prólogos y presentaciones de libros.
En 1954 falleció su esposa y dos años después contrajo segundas nupcias con su alumna Elena Castro Ledesma, que terminó su carrera y se graduó de Doctora en Filosofía. Matrimonio feliz y tendrá cuatro hijos más.
Por entonces Gabriel Cevallos García propuso la creación de un Colegio secundario experimental denominado Minerva, para la práctica pedagógica de los alumnos de Filosofía y Letras que aspiraban a ser profesores de enseñanza media, pero Paco Estrella le cambió el nombre al de Fray Vicente Solano, con el que continúa hasta la actualidad. Primero funcionaron en un local prestado por el Centro Agrícola Cantonal frente a la Policía, hasta que se construyó el galpón de Filosofía en los predios universitarios. Los profesores se repartieron las asignaturas, Alvarez González ocupó el rectorado y enseñaba Gimnasia y Patinaje pues siempre había sido un amante de este deporte.
En octubre de 1960 falleció su padre en Cuenca. En Diciembre del 65 viajó contratado como catedrático de Filosofía de la Universidad de Concepción, en Chile, donde permaneció cinco años y de la que salió a causa de la subida al poder del Presidente Salvador Allende, también impartió cursos en el Instituto de Filosofía, del cual fue director, pero
su producción fue corta en ese país, pues solo se le conocen dos pequeños ensayos titulados “Sobre el origen del Filosofar” en 10 págs. y “Fitche y las raíces de la Filosofía contemporánea” en 26 págs. considerado la primera parte de un trabajo mayor sobre el mismo tema.
Alvarez González ha sido enemigo de la politiquería, sobre todo de aquella que se entromete en las labores docentes universitarias, creando el caos y usando terminología que suena a palabrería hueca, de lo snob que se funda en canciones, modas, etc, en pantalones juveniles con remiendos y falsos desgarrones que sirven de disfraz para los universitarios rebeldes pues los hacen pasar por casi mendigos cuando en realidad son señoritos burgueses.
Entre 1971 y el 72 trabajó en la ciudad de Heredia como Profesor extraordinario en la Universidad de Costa Rica, pasó nuevamente a Cuenca y declaró “Mi vida ha decurrido entre paréntesis, el de la Guerra Civil, mi venida al Ecuador, mi estancia en Chile….” reasumió su cátedra por un corto lapso y en Marzo del 72 volvió a Heredia donde trabajó hasta su jubilación en los años noventa enseñando Filosofía en esa pequeña pero culta ciudad costarricense situada al norte de la capital San José y cerca de la frontera con Nicaragua.
“Sus publicaciones se multiplicaban sobre los más variados temas pues tenía un saber enciclopédico y el maestro de la clase Magistral no se dejó tentar por el relumbrón de los cargos directivos y administrativos, de manera que a la brillantez de sus lecciones orales supo aunar la disciplina y el ascetismo de la investigación consignada en numerosas publicaciones de gran valía, tanto en su especialidad filosófica cuanto del ensayo sociológico y cultural. Empero, su gran lección en los medios universitarios, fue que es posible vivir no solo de la Filosofía, sino lo que es más, para la Filosofía.”(2)
Entonces comenzó una etapa de grandes realizaciones editando varias obras memorables: “El Pensamiento de Fitche” en 101 págs. “La herencia filosófica” en 222 págs. “El pensamiento moderno y la idea del hombre” en 226 págs.” El pensamiento de Ortega y Gasset” en 210 págs. “Una historia del Pensamiento Antiguo” en
439 págs. “El reto de la mediocridad” en 423 págs. “Cinco lecciones sobre el Humanismos” en 139 págs. “Camino de sensatez” en 175 págs. y tiene en preparación sus “Reflexiones sobre la vida humana” voluminosa obra que se anuncia como la opera magna de su Filosofía.
En 1990 falleció su madre muy anciana en Heredia y al año siguiente regresó a Cuenca con su esposa. Se hospedó en casa de sus suegros, visitó a sus hijos casados, conoció a varios nietos, recibió el homenaje de sus discípulos, asistió a veladas realizadas en su honor y partió. Entonces se dijo “Como los antiguos filósofos de la Magna Grecia fundó una escuela en torno a la cual reflorecieron los discípulos. Enigmático en su esencial clausura, cauto en los argumentos del alma, era siempre claro y brillante en la palabra y en la exposición de la doctrina.
Pulcro y sabio en la enseñanza que impartía desde su sitial de señor de la cultura, su recuerdo sigue vivo y su voz impregna de armoniosas notas la sinfonía de las palabras que duermen en vigilante ensueño. Se alejó un día y sus pasos no resonarán más en las aulas vacías. Se apagó su voz y solo quedó un nimbo de melancolía azul”. En 1994 el Rey de España le condecoró con la Orden de Isabel La Católica y recibió el homenaje de sus compañeros de cátedra.
A fines del siglo dio inicio a una novela autobiográfica, filosófica y policiaca, rica en contenido y de hermoso lenguaje, que denominó “Breve historia de una amistad” publicada en Cuenca el 2005. De ella ha opinado su amigo el Profesor José López Rueda diciendo que la trama está llevada de una manera sumamente ingeniosa. El narrador habla siempre en primera persona y está presente a lo largo de la obra, se trata del profesor Agustín Villegas de la Universidad de Concepción en Chile, que cuenta la saga de su amigo el Dr. Lajos Katiasky natural de un país báltico, que huye a tiempo de Europa escapando con su familia del horror de los regímenes comunista y nazi y cuya hija Karina termina siendo asesinada. Hay también otros personajes que cuentan sus vidas o dan sus opiniones, aunque en estos casos sus voces se oyen en conversaciones con el narrador protagonista, que los escucha sin apenas interrumpirles.
En el 2008 viajó por el Gran Cañón de río Colorado en los Estados Unidos, aprovechando que su hijo Francisco vivía en Los Angeles, tomó un helicóptero para descender al Gran Cañón y el piloto reconoció que había sido la persona de mayor edad que tomaba ese servicio. Luego recorrieron el río en un bote antes de volver nuevamente al helicóptero.
En junio del 2010 viajó a España con sus hijos, nueras y nietos, fueron veinte días de pasear en auto por ciudades como Madrid, Avila, Salamanca hasta Galicia y recorrer el norte hasta Barcelona. En un pueblecito de Lérida, llamado Proal, en donde él había estado durante los años de la Guerra Civil, se le vinieron las lágrimas al recordar tan tristes días. Al regresar por Siguenza, vieron el partido final por la Copa Mundial de Futbol que ganó España.
Tranquilo, sereno, aficionado a la literatura, a la música, a los deportes, sin excluir el patinaje y el ajedrez. Su palabra fluida y hermosamente expresada era el vehículo por el que vertía a torrentes sus eruditos conocimientos, pues sabía y conocía de todo lo humano con grave profundidad. Al mismo tiempo, su parquedad y sencillez que no admitía afectación, le ganaba amigos y la estimación de todos los que le conocían.
El día sábado 25 de agosto del 2012 fue homenajeado en la ciudad de San José por cumplir cien años de vida, concurrieron colegas y amigos, así como sus cuatro hijos. Fue el canto del cisne, estaba bien de salud y consciente de sus actos, pero una leve dolencia le llevó a la tumba cinco meses después el 25 de enero del 2013 en su casa, tranquilamente, junto a su esposa, hijos y nietos.
Poco antes había expresado su deseo de ser recordado como un hombre bueno más que como un infatigable escritor de temas filosóficos elevados, como forjador de numerosas generaciones de estudiantes universitarios latinoamericanos a quienes enseñó a conocer el pensamiento de los grandes filósofos y pensadores occidentales.