DELGADO PINTO GIL

DIRECTOR DE EL MERCURIO.- Nació en Manta el 5 de Julio de 1895 y fueron sus padres legítimos Ricardo Delgado Alonso, natural de Montecristi, donde nació en 1856 y realizó estudios. Representó en Manta la Compañía Inglesa de Vapores y puso un Almacén de compraventa, importaciones y exportaciones de productos varios, en casa propia ubicada en la Avenida Cinco y calle Once, donde vendía naranjas del Guayas e importaba uvas, vinos y lentejas chilenas; exportaba caucho, tagua, café y sombreros., también se desempeñó como Segundo Jefe del Cuerpo de Bomberos hasta su fallecimiento en 1941, Eloísa Pinto Vélez, naturales de Manta.

El cuarto de una familia compuesta de siete hermanos, estudió la primaria en el pensionado de Don Aníbal San Andrés y la secundaria en el Vicente Rocafuerte de Guayaquil, pero al cursar el tercer año fue atacado de escrófulas y viajó a curarse en Quito, permaneciendo cinco años en la Clínica del Dr. Isidro Ayora, aquejado de un principio de tuberculosis. Para pasar el tiempo se acostumbró a leer mucho y tuvo la formación de un autodidacta.

De vuelta en 1925 empezó a trabajar en Manta como cobrador y vendedor para el almacén de su padre, recorrió la provincia y por su carácter extrovertido y alegre conversación se hizo querer de todos.

A fines de año adquirió el periódico “El Mercurio” fundado en 1924 por su hermano Pablo a medias con Bolívar Avila Cedeño, que funcionaba en los bajos de una casa de la familia Ponce, frente al faro de Manta.

“El Mercurio” se imprimía en una máquina antigua, marca Chandler, adquirida en Montecristi con un préstamo al Banco Italiano, a fin de abrir campaña para conseguir que se dotara a la población de agua potable, pues la falta de tan vital elemento impedía el progreso de una población que a duras penas tenía cerca de dos mi habitantes, casi todos pobres, pues los ricos eran una ínfima minoría.

En 1926 conoció a Carmen Amelia Aray Vera, natural de Chone, de vacaciones en casa de su tía Emperatriz Vera de Izaguirre. Al poco tiempo se casaron y tuvieron un matrimonio feliz y ocho hijos. Ella era competente y trabajadora y pronto se hizo cargo de la administración del periódico, quedando su esposo en la dirección. Ese año empezó la lucha por la cantonización de Manta. Viajó varias veces a Quito y movió a sus amistades, sobre todo al Presidente Isidro Ayora, que le ayudó mucho. El proyecto fue presentado en el Congreso por el Diputado manabita Sergio Domingo Dueñas, de Rocafuerte.

En los años 30 y 40 “El Mercurio” se hizo conocer como periódico serio y responsable. Tenía una excelente planta de redactores y los editoriales eran escritos por los españoles Manuel Trueba Mirones y Alejandro Gilabert, así como también por Arquímides Andrade. Aumentó la circulación, empezó a tener avisos pagados y todo ello debido al incansable esfuerzo de los cónyuges Delgado Aray y aún se daba tiempo para presidir la Junta Pro Agua Potable.

La antigua prensa Chandler se desintegró con el uso en 1942 y fue reemplazada con otra menos vieja que Juan de Dios Espinel tenía en Chone. El precio fue pagado con el dinero proveniente de unas reses heredadas en Chone por doña Carmen y vendidas en dos monedas de oro cada una.

Desde el 56 presidió el Comité Pro Obras Portuarias de Manta, aunque recién el 60 comenzaron a construirse. El 63 fue injustamente perseguido por la Junta Militar de Gobierno pero el 64 la Municipalidad le desagravió declarándole Mejor Ciudadano de Manta. El 69 construyó una casa propia de cemento, en los años 70 las instalaciones de “El Mercurio” se inundaron y tuvo que remodelarlas. El 81 adquirió una rotaplana Heidelberg, de fabricación alemana. También poseía una marca Harris.

Desde entonces empezó a sentir molestias en la próstata y llevado a operar a Guayaquil, le intervino el Dr. Gustavo Calderón Von Buchwald. Mejoró y regresó a Manta, pero se extravió la biopsia que había arrojado un resultado positivo y nunca llegó a sus manos, de suerte que no se le practicó la quimioterapia que requería.

El 82 pasó aquejado de molestias y tuvo tres meses de cama. Falleció en Manta el 28 de Julio, de ochenta y siete años de edad. Fue velado en la Municipalidad y enterrado solemnemente.

Tenaz y optimista, amó a Manta y al periódico y luchó incansablemente por el progreso de ellos. Su retrato figura en la Galería de Hombres Ilustres de su ciudad.