PROCER DE LA INDEPENDENCIA.-
Nació en París el 13 de Junio de 1796, fue bautizado como Carlos Eloy. Hijo legítimo de Eloy José Demarquet que en 1827 frecuentaba la casa del Ministro Plenipotenciario de Colombia, Francisco Antonio Zea, ubicada en la capital francesa, donde trabó amistad con el científico Juan Bautista Boussingaul; y Sofía Felicidad Berment.
Bajo el imperio napoleónico perteneció a los pupilos de la Guardia, un regimiento de niños formado especialmente para la Guardia del Rey de Roma, hijo del Emperador Napoleón y de su esposa la Archiduquesa María Luisa de Austria, después pasó a Segundo Teniente de las Brigadas del Loira, recibió la Legión de Honor y al regresar Napoleón a Francia en 1813 inauguró lo que se ha dado en llamar el gobierno de Los Cien Días, entonces se sumó al grupo de sus partidarios y luchó en la célebre batalla de Waterloo donde perdió tres dedos de la mano izquierda mordido por una metralla.
De vuelta a Francia se comprometió con la marquesa de Agnelle, a la que dejó con palabra de matrimonio para viajar a Jamaica, por negocios de su familia. Allí encontró al Libertador Simón Bolívar refugiado en la isla a causa de la invasión del General Pablo Morillo.
Bolívar estaba reclutando a varios militares franceses y con ellos volvió a Venezuela en 1816 en la llamada Expedición de los Cayos que sirvió para fundar la tercera república venezolana. Desde entonces le acompañó Demarquet como uno de sus fieles ayudantes, y como tal asistió a las batallas de Carabobo y Boyacá entre otras, ascendiendo de grados y conservando la confianza ilimitada del Libertador, que lo tuvo entre los compañeros más próximos.
Después de la batalla del Pichincha el 24 de mayo de 1822, arribaron a Quito, donde se les hizo un espléndido recibimiento. Posteriormente viajó a Guayaquil con el Libertador, siguiéndole en su Estado Mayor a todas partes pues era quizá el Ayudante de Campo de su mayor confianza.
El 28 de Junio de 1823 se hospedaron Bolívar, el Marqués de San José y Demarquet en la hacienda La Arcadia, propiedad de la esposa del Dr. José Fernández – Salvador y López ubicada en el valle de los Chillos. “Esa noche, después de la espléndida cena ofrecida en honor del Libertador, éste fue agasajado por las jóvenes hijas de los dueños de casa con una comedia representada en el pequeño teatro de la hacienda, decorado especialmente para la ocasión por el maestro Antonio Salas”. A esta representación siguió un baile, donde dice Boussingault en sus Memorias que Demarquet “fue casado entre dos vasos de ponche” con Manuelita Salvador Gómez de la Torre, hija de los dueños de casa, lo que debe ser tomado muy en serio pues el matrimonio se efectuó meses después, actuando de padrinos el Libertador y la madre de la contrayente.
El 1 de Julio de 1823 había sido designado Secretario Interino de Bolívar y con tal calidad actuó durante varios meses, interviniendo en la campaña militar de Pasto, ya tenía la Orden de Los Libertadores de Venezuela (1)
El 10 de agosto de 1824 le fue conferida la Medalla otorgada por el pueblo de Quito a los oficiales que cooperaron a la Libertad del Sur dos años atrás y recibió una misión confidencial de Bolívar ante Bernardo de Monteagudo en Lima. En 1825 desempeñó por cortos meses la Gobernación de Otavalo.
En 1827 actuó como testigo del matrimonio del Mariscal de Ayacucho con Mariana Carcelén y Larrea. En carta a Bolívar, el General Flores decía: “Yo siempre he tenido por este buen jefe y fiel amigo toda la deferencia que él se merece” y acompañó a Manuelita Sáenz a Bogotá, pues ella iba a encontrarse con Bolívar en la quinta donde el Libertador se alojaba.
En 1829 realizó la campaña de Buijo cerca de Samborondón contra los peruanos. Ya era Coronel y secretario particular del Libertador. Ese año pensó regresar a Francia, para lo cual obtuvo una Licencia Temporal. El Libertador le comisionó para una gestión diplomática ante el gobierno del Presidente del Perú, General Gutiérrez de la Fuente, a quien entregó una comunicación. Fue recibido en Lima como un Embajador y solemnemente atendido y hasta obsequiado por un Contralmirante francés en el puerto de Callao; pero no pudo viajar a Bolivia a felicitar al Presidente de esa nación, General Andrés de Santa Cruz.
De regreso a Bogotá fue sugerido su nombre para secretario de la Legación colombiana en la Haya, sin embargo la muerte del Libertador impidió tal designación. En 1830 se estableció definitivamente en Quito, tuvo negocios con Lima y el Chocó y ganó una buena fortuna en el comercio.
En 1860 Boussingault escribió: “Demarquet es un parisiense puntuoso y tiene la apariencia de un hombre de espíritu. Más hábil que el bueno de Daste para administrar sus servicios y fortuna. Ha llegado a ser el hombre más rico de Quito y habiendo liquidado y vendido todo, está a punto de regresar a Francia”.
Debió viajar casi enseguida en compañía de dos de sus tres hijos. En París vivió en el No. 8 de la Rue de St. Louis, probablemente la Isla de San Luis, hasta su fallecimiento ocurrido el
26 de Febrero de 1 870, de setenta y tres años de edad. Su última dirección fue el No. 13 de la Rue de Turenne. Boussingault pronunció la Alocución Fúnebre al pie de su mausoleo en el Cementerio del Pere Lachaise, donde también está enterrada su esposa. El mausoleo fue construido por su hija Petrona quien vivía casada en Paris.
(1) En el curso de la expedición llegó un Informe al Cuartel General, dando cuenta que un soldado – español de nacimiento – había referido, que por el vivaque desfiló una columna enemiga cuyo uniforme describía así: levitas verdes con cuello amarillo. Su relato, contado con gran seriedad, impresionó a sus compañeros. Se le hizo venir y se excusó afirmando que simplemente quería hacer una chanza, indicando el paso de una banda de loros de plumaje verdes y amarillo. Bolívar dictó a Demarquet una Orden para que el Jefe del Regimiento disponga que dicho pobre diablo fuera pasado por las armas. Demarquet trató de interceder pero Bolívar frunció las cejas y a pesar de todo golpeó el hombro de su Edecán, que expresaba profundo dolor y dijo: Muy bien, Coronel, Ud es un hombre sensible, pero la Orden está firmada. Media hora después el hombre era fusilado. Demarquet siempre fue un Oficial de honor, de gran sensibilidad y con un encantador buen humor. |