68. Los Egas, Cultos por tradición

El primer Egas que llegó al Ecuador llamaba Antonio Egas Venegas y Fernández de Córdoba, era Maestre de Campo de los Reales Ejércitos y Caballero 24 del Cabildo de Sevilla, habiendo pasado a América en la armada del Conde de Saucedillas que lo llevó a Panamá y a Lima y el virrey lo nombró Corregidor de Ibarra. Más tarde se instaló en Riobamba, casó con Catalina Tello de Meneses y Zárate y fue padre de numerosos hijos, sobresaliendo Antonio Egas Venegas y Meneses, quien nació en Riobamba el 16 de mayo de 1.663 y allí casó con Juana de Ortega Osorio y del Espinal, fue Procurador Judicial en 1.730, tuvo ilustración superior, poseyó una de las mejores bibliotecas de su tiempo y fue autor de unas “Observaciones sobre cuestiones económicas, permuta de objetos fungibles y explotación de la riqueza minera de la Audienciade Quito.”

Su hijo tercero de nombre Antonio, apellidado Egas -Venegas y Ortega, nació en Quito el 30 de enero de 1.696 y casó allí con Francisca de Olais y Barnuevo, fue Capitán de Milicias y Alguacil de la Inquisición, conservó la biblioteca de su padre y la acrecentó, pero no se le conoce obra alguna.

Su hijo Mariano Egas Venegas y Olais, fue riobambeño de nacimiento, perito en asuntos políticos y económicos, Catedrático de Filosofía en el Seminario y Colegios Mayor de San Luis de Quito en 1.780, encargado por la Audiencia de compilar y reunir los últimos tomos del Cedulario que hoy pertenece a la Corte Suprema de Justicia. En Quito casó con su parienta María Manuela de Olais y Clerk, hija del Abogado y Oidor Esteban de Olais y de la Quintana.

También fue hijo de Antonio el Capitán Félix Joaquín Egas Venegas y Olais, Capitán de Milicias en 1.780, Regidor del Cabildo de Riobamba en 1.785, Regidor Perpetuo al siguiente, Alférez Real en 1.787 y Alcalde de primer voto en 1.789 y 1.790. Poseyó cuantiosas riquezas en la zona del Chimborazo (la hacienda Convalecencia en Guamote, Ychanac en Cebadas. Taregan y Conventillo en Quimiag y Guano) casó en Riobamba con María de la Torre y Sotomayor, pero para el terremoto de 1.797 todo se perdió quedando en la más absoluta pobreza, pues fue tan violento el sismo, que muchos árboles fueron arrancados de sus sitios y aparecieron a cientos de metros de distancia, destrozados y en el suelo, los ríos se salieron de sus cauces y las montañas se abrieron y desgarraron formando avenidas de lodo destructor. Sus descendientes emigraron a otras ciudades.

Rosa Egas -Venegas y Olais casó en Quito con el Dr. Luis González de Noriega y Riera, abogado, culto, de donde proceden numerosas familias quiteñas. Cristóbal Egas -Venegas y Olais, fue Capitán de Milicias en Ibarra y casó con Rosa Paz  Duque de Estrada, siendo padres del Capitán Justo Egas Paz, quien formó familia para la Independencia con Susana Paredes y Palacios, vecina asimismo de Ibarra y fueron padres entre otros de a) Rosa Egas Paredes, de donde proceden los Jaramillo de Ibarra y el poeta coronado Pablo Hannibal Vela Egüez; b) Manuel Egas Paredes que casó en Ibarra con Rosa Cabezas, heredera de los indios de Otavalo por su padre don Tiburcio Cabezas, ultimo Cacique de esa parcialidad, aunque tales títulos fueron abolidos con la independencia. Doña Rosa era muy rumbosa cuando entraba a Quito lo hacía en silla de mano enchapada en láminas de oro y llevada en brazos de sus indios, pero después empobreció.Fueron padres del Dr. Miguel Egas Cabezas, médico notable y Rector de la Universidad Central, quien se peleó con Montalvo y le dijo ambo, siendo respondido con el apelativo de Indio, con el que ha pasado a la historia. Uno de sus hermanos se estableció en Manabi y de allí proceden sus bisnietos los poetas José María y Miguel Augusto Egas Miranda, a) Hugo Mayo.

También pertenecieron a esta misma familia Egas el Capitán Antonio Egas Venegas, quizá hijo natural del fundador, casado con Isabel de Santiago, hija del celebre pintor Miguel de Santiago. Tanto el Capitán Egas como su mujer fueron aficionadísimos a la pintura y de ésta última se conservan algunos cuadros al óleo con escenas de la vida de la Virgen, cuya particularidad consiste en la corona de rosas que rodea cada composición, fue padres, entre otros, del también célebre Presbítero Agustín Egas – Venegas y Santiago, orador y teólogo quiteño en la colonia.

Como dato anecdótico contaré que el Capitán Antonio Egas Venegas fue llamado al convento de las monjas conceptas de Santa Clara de Quito a pintar el rostro de la madre Sor Juana de Jesús, quien acababa de fallecer en “olor de santidad”, pero a causa de alguna indisposición o por encontrarse muy emocionado, lo cierto es que dos días después y bajo la gravedad del juramento, declaró en Quito que no había podido trazar ni una sola pincelada con acierto, pues de un instante a otro mudaba de faz la difunta, como si no quisiera que la pintaran. Entonces Egas midió bien la simetría del rostro y luego de varios cálculos tomó el pincel para esbozar de memoria, sintiendo un estremecimiento en el brazo que le bajaba a todo el cuerpo y “conoció” que no era la voluntad de Dios que retratase a la monja y dejó la obra. Horas después su esposa Isabel de Santiago la sacó de memoria, solamente por referencia de personas que la habían conocido en vida, pues no quiso ver el cadáver por temor a que se repitiera en ella el fenómeno del estremecimiento sentido por su marido. De esta rara situación tomó nota el padre Francisco de Santa María quien escribió la biografía de la madre Sor Juana de Jesús, mencionando que tampoco se le pudo tomar una mascarilla mortuoria porque su rostro “se hinchó terriblemente de un solo lado, quedando desfigurado.”