Aunque se ha difundido en los textos de historia que fue en el Cusco donde se inició la lengua kechua propiamente denominada RUNA SUMI y que desde esa capital se expandió al mundo andino, lo cual se explica por la visión centralista que tuvieron los primeros gramáticos en el siglo XVI; algunos cronistas discreparon de esta afirmación. El jesuita Annello de Oliva en su obra Antiguedades del Perú, escrita a principios del siglo XVII, transcribió una antigua leyenda posiblemente de origen Chimú, escuchada a su amigo el sacerdote Bartolomé Cervantes, Chantré de la Catedral de Cochabamba, quien a su vez la había oído de Catarí, uno de los últimos lectores de Kipus (Kipucamayoc) de esa zona.
Oliva asegura que el quichua primero se habló en Sumpa (nombre autóctono de la península de Santa Elena) y menciona los nombres de varios reyes mitológicos como Tumbe fundador de Tumbes. Quitumbe fundador de Quito. Otoya fue muerto en la invasión de los gigantes a Sumpa. La princesa Guayanay quedó en la isla Puná y origina al pueblo Guancavilca (de aquí tomó el pintor Oswaldo Guayasamín la conseja que su apellido significa Ave blanca que vuela)
Pio Jaramillo Alvarado en La Nación Quiteña indicó en 1.922 que los más antiguos dialectos quichuas del mundo andino se hablan en el norte de la provincia del Pichincha y en la de Imbabura, siendo un idioma mucho más antiguo que la formación del Imperio Inca en el siglo IX de la era común, cuyos gobernantes lo adoptaron como idioma de corte, por eso su elegancia y musicalidad. Ejemplo: Para dar ordenes se utiliza un verbo auxiliar: Dará viendo, dará pasando pues es poco elegante, suena áspero y es de mal gusto, decir: Dáme, Pásame.
Otros cronistas como Martín de Murúa en el siglo XVI y varios en la era republicana como Manuel González de la Rosa, Dick Ibarra Grasso y Alfredo Torero sin aventurar su origen, aseveran que el quichua es idioma de origen costeño.
La moderna investigación indica que el quichua como se llama en Ecuador y kechua en el Perú ha tenido cinco momentos históricos, a saber: 1.- Se expandió desde Sumpa por la costa norte peruana tres mil años antes de la era común. 2.- Esta expansión debió producirse lentamente a través de los comerciantes que viajaban por diferentes regiones costeras. Fue la lengua que hablaba el reino Pachacamac en la costa central del Perú y cuando esta nación fue conquistada por los reyes de Huarí y su principal etnia la Chincha, estos la aprendieron. 3.- Los Chincha llevaron el kechua a la sierra peruana en sus guerras de conquista. 4.- Los primeros Incas posiblemente hablaban el aymará sin embargo prefirieron expresarse en kechua, lengua de los pueblos vecinos que empezaron a conquistar. 5.- Los españoles en el siglo XVI lo adoptaron como lengua oficial para todas las regiones del nuevo imperio que estaban formando. 6.- La Iglesia se aprovechó del kechua para extender la religión cristiana entre los idólatras. Los primeros Concilios limenses ordenaron a los sacerdotes aprender la “lengua del Inca”, afianzando su uso en las sociedades andinas, pronto surgieron las gramáticas y los vocabularios.
Raúl Porras Barrenechea ha escrito que la aprehensión de las lenguas indígenas fue lenta y difícil, que las primeras Crónicas solo recogieron unas cuantas palabras, generalmente correspondientes a personajes y lugares, groseramente deformadas, de suerte que la labor del padre Santo Tomás, con su Gramática y Diccionario, aparte de ser de gran interés científico, fue útil y necesaria para ese momento inicial, permitiendo la popularización de la lengua del Inca entre los españoles cultos, favoreció posteriores estudios y facilitó el gobierno virreinal. Fue el primer paso para la creación de las cátedras de quichua en conventos y universidades y para exigir su conocimiento a los misioneros que iban a catequizar.
POLIGLOTA Y QUICHUISTA
Los Caciques de Yaruquíes y su anexo de Cacha proceden de un hijo de Atahualpa llamado Cachulima, bautizado con el nombre de Marco Duchicela en 1.535 y que para huir de los conquistadores se refugió en esa apartada zona de la actual serranía central ecuatoriana. Con el advenimiento de la república en 1.830 los Caciques pasaron a llamarse Señores siendo el último en Yaruquíes don Xavier Mayancela Carrillo – Duchicela quien casó con Anselma Lobato Ramírez y como no tuvieron hijos, al morir ésta última en 1.877 traspasó el Señorío de Yaruquíes a su sobrino nieto el notable y sabio sacerdote Juan Gualberto Lobato Duchicela, que a su vez lo renunció mediante escritura pública, dos años más tarde, en su hermano Francisco Xavier.
El padre Lobato Duchicela (Yaruquíes 1.853 – Lima 1.907) no era un sujeto cualquiera, bilingüe desde temprana edad pues hablaba español y quichua como todos los miembros de su familia, pronto aprendió el inglés, francés e italiano, de suerte que a los diecinueve años, ganado por la voluntad del padre Bivona, superior de los Redentoristas de Riobamba, fue admitido en dicha Orden, donde inició una brillante carrera como gramático pues a los treinta años en el convento de Lima enseñaba kechua, explicando las diferencias fonéticas y gramaticales de los dialectos ecuatoriano y peruano y estaba considerado el mayor quichuista del mundo, al tiempo que aprendía el idioma chino hablando con los trabajadores de esa nacionalidad, contratados para trabajar en los ingenios azucareros de ese país..
Orador. Disertaba a las masas en quichua, kechua, aymará y castellano y en la Revista La Sagrada Familia que se editaba en Paris aparecieron numerosos trabajos suyos escritos en francés.
En 1.901 reeditó el célebre Arte y Diccionario kechua – españo aparecido en Lima en 1.607 por el jesuita Diego González Holguín. Esta fue la segunda Gramática Kechua que se conoce, pues la primera, junto al también primer Diccionario o Lexicon, pertenecen al padre Domingo de Santo Tomás, sacerdote dominicano que los editó en 1.560 en Valladolid.
También se conoce su Catecismo chino – inglés, un Compendio de la doctrina cristiana y numerosas oraciones y sermones, todo en quichua,
En enero de 1.907 volvió a Riobamba tras veinte y un años de ausencia para visitar a su madre. Regresaba con fama de orador sagrado, eximio gramático y maestro quichuista, pero estuvo poco tiempo y regresó en un vapor a Lima, resfriándose en el trayecto marítimo, de lo cual le sobrevino una congestión pulmonar y falleció con tranquilidad y en su convento a los cincuenta y cuatro años de edad, con la sencillez propia de las almas grandes.
Lobato dominaba más de diez lenguas, entre las vivas y los dialectos, pues todas hablaban y escribían con facilidad. Por su labor como quichuista está considerado uno de los más ilustres ecuatorianos del siglo XIX y sus obras se han convertido en rarezas científicas buscadas hasta en el exterior, que debería el estado reeditar.