469. El Condado Le Costó La Presidencia

En 1917 el quiteño Jacinto Jijón y Caamaño solicitó el condado de Casa Gijón vacante siglo y medio por fallecimiento del segundo poseedor, Francisco Jijón y Chiriboga, lejano tío suyo. Eran las épocas en que a los americanos no eran tomados en cuenta en España. Igual chasco se llevó justamente ese año el guayaquileño Manuel Sotomayor y Luna y Orejuela cuando requirió el Real Permiso del Rey Alfonso XIII para casarse en Madrid con su enamorada María Francisca O´Donnell y Díaz de Mendoza, hija del III Duque de Tetuan y III Conde de Lucena, Grande de España.

El 44 el bueno de don Jacinto, sin darse por vencido, aprovechando el nacimiento de su nieto primogénito, ahijado y tocayo, Jacinto Jijón Caamaño y Barba, dio a la imprenta un interesante folleto genealógico conteniendo las partidas de bautizo, matrimonio y defunción que le solicitaron en 1917, de suerte que el camino legal quedaba expedito para que su hijo Manuel Jijón Caamaño y Flores pudiera presentarse a la rehabilitación del título en cualquier momento, impidiendo que lo manotee algún avivato emparentado con los Gijón en España mediante el sistema llamado de tirabuzón, es decir, demostrando ser descendiente de algún antepasado común del primer conde, nuestro  paisano, Miguel de Jijón y León.

TRAYECTORIA ENTRE CONSERVADORES

A principios de 1952 el Partido Conservador ecuatoriano auspició la candidatura a la presidencia del Dr. Ruperto Alarcón Falconí, abogado riobambeño que logró amplia votación, aunque no suficiente para derrotar al populista Velasco Ibarra. Mas, a pesar de ello, Rupango Feroche, cariñoso apodo con que se lo conocía, siguió manteniendo en el seno del partido una considerable mayoría al frente de los Conservadores Auténticos, contrarios a los Clásicos, de Mariano Suárez Veintemilla y Gustavo Mortensen Gangotena, que eran fuertes en Quito, y los de Enrique Arízaga Toral, en Cuenca.

En 1953 un joven sin enemistades políticas, Manuel Jijón Caamaño y Flores, fue designado para la dirección general del partido y como Alarcón Falconí se había ausentado de embajador a Madrid, el nuevo director visitó sin impedimento los núcleos provinciales y se produjo la reconciliación y unificación tan esperada. Así fue candidatizado para una de las consejerías provinciales de Pichincha, salió electo y se posesionó.

CARRERA EN ASCENSO

El 54 ejerció la presidencia del organismo. El 56 fue el diputado por Pichincha y ayudó a fundar el movimiento político Alianza Popular, que con el partido Conservador apoyó al candidato presidencial Camilo Ponce Enríquez. Este ascendió al poder tras reñidas elecciones con el liberal Raúl Clemente Huerta.

Jijón Caamaño ocupó la presidencia de la Cámara de Diputados derrotando al candidato de la oposición Otto Arosemena Gómez. El 57 Arosemena tomó el desquite y logró la presidencia pero Jijón Caamaño fue elegido nuevamente en el 58. Presidió el Congreso Extraordinario de ese año y resultó reelecto en la presidencia el 59, de suerte que ganó tres elecciones y perdió una.

SE INTERPONE LA NOBLEZA

Como político gozaba de la simpatía del país por sus acertadas actuaciones, manejaba la fábrica productora de casimires en Chillo Jijón, de su propiedad, pero influenciado por el franquismo español que vivía su mejor época, se le ocurrió rehabilitar el título de conde, al igual que lo había hecho su padre, aunque sin éxito. En 1955 presentó las pruebas y tras pagar los impuestos le concedieron la tenuta el 58; para entonces ya era miembro de la Asociación de Hidalgos con sede en Madrid.  El 62 se conoció la concesión del condado y para evitar escándalos viajó con su esposa e hijos a Londres, donde permanecieron un año, mientras en Quito la revista La Calle mantenía una campaña de burlas ridiculizándolo ante la opinión pública, al punto que Jijón Caamaño cometió el error de mandar a sus padrinos a desafiar a duelo a su lejano pariente, el periodista Alejandro Carrión Aguirre; el asunto no prosperó.  Tampoco faltó el avivato que inauguró una ‘boite’ central a la que llamó El Conde, dizque para beber y bailar en su honor, Así fue como concluyó a capazos su posible nominación presidencial.

LABOR DIPLOMÁTICA

Desligado de la política enteramente, aceptó la designación de embajador de la Soberana Orden de Malta en Quito, de manera que formó parte del Cuerpo Diplomático acreditado en la capital por muchos años, hasta que falleció su esposa. Ello lo alejó de toda actuación pública. Años más tarde falleció en la casa de su hacienda Chillo-Jijón a los ochenta y tres años, la tarde del viernes 14 de noviembre de 2003, cuidado por su exnuera Margarita Guarderas.Estaba relativamente pobre a pesar de haber sido muy rico, pero diversas circunstancias entre ellas su afición al juego, disminuyeron sus propiedades y a la larga destruyeron sus finanzas.