447. Juan Villafuerte, El Mejor Pintor De Su Generación

Desde 1.964 se reunía con varios estudiantes de la Escuela de Bellas Artes en el taller de Juan Manuel Guano, localizado en Colón y Pío Montúfar donde también funcionaba un bar, a trabajar y a vivir la bohemia, El barrio se denomina Matavivela en la novela “El Rincón de los Justos” de Jorge Velasco Mackenzie, donde se cuentan varios episodios de la vida real de los jóvenes de entonces, que se reunían a cantar, recitar, discutir y beber tragos baratos, pero cuando alguno tenía dinero atacaban de frente a las cervezas heladas, consideradas tragos caros, elegantes, casi de postín.

I al egresar de Bellas Artes participó en diferentes Exposiciones Colectivas del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura, en el Museo de Arte Colonial y su primera Muestra Individual en el Centro Ecuatoriano Norteamericano de Guayaquil. Ya era “un dibujante de inmensa pasión y mucha prisa, como si advirtiera que le restaba poco tiempo, al punto que podía terminar cincuenta dibujos cada día. Hizo retratos de familiares amigos, condiscípulos, maestros, así como de celebridades de todas partes.

Sus obras más destacadas aparecen desde 1.967 cuando presentó una muestra personal en la Galería Arte, de Quito, con sus primeros cuadros de una serie sobre el Viet Nam, uno de los hechos que más lo motivó como a todos los de su generación, gritos de violencia contra esa cruel agresión y sus víctimas, guiados por una energía que sin embargo se canalizaba formalmente. Terminaba el dibujo y procedía a romperlo en pedazos que pegaba sobre cartulina para continuarlo en negro, lo coloreaba y eventualmente lo completaba con recortes selectos de diarios y revistas según fuera la propuesta que traía entre manos.

El 68 formó parte del Grupo VAN que organizó la Antibienal en el Museo Colonial de Quito y era, a no dudarlo, uno de los más certeros dibujantes del pais; aunque su arte expresionista derivó hacia el retrato en esa época.

Era un ser dulce, alegre y melómano pues le agradaba sobremanera la música nacional, los pasillos del dúo Benítez Valencia y los de Carlota Jaramillo, así como también las canciones del argentino Jorge Cafrune, su artista predilecto.

Ese año decidió partir hacia España, visitó algunas ciudades y finalmente radicó en Barcelona. Allí se matriculó en la Escuela de Bellas Artes decidido a comenzar de nuevo y tomó varios cursos de Grabado y Litografía, explorando nuevas maneras de expresión sin marginar las suyas, pues, al describir formas, las acentuaba y permitía que la intención de testimoniar conviviera con la retórica exuberante y sustancial de si mismo.

En la década de lo setenta emergieron sus trasmutaciones. Cabezas que estallan, de figuras monstruosas mitad mujeres y mitad aves, que posiblemente presagiaban su dolor físico, que unido a su dolor social le llevaba a esta clase de exorcismos. Las mujeres se vuelven aves, personajes sufrientes, muestran varias bocas y venas carótidas, etc.

En 1.972 asistió al Salón Internacional de Dibujo Juan Miró, al VIII Salón de Pintura Ciudad de Hospitalet y al XIV Concurso internacional de Dibujo inglada-Guillot, de Barcelona.

En 1.973 participó en el Homenaje que los pintores latinoamericanos tributaron a Torres Garcia en la Sala Gandí de Igualmente asistió al IX Salón de Pintura Ciudad de Hospitatet.

En 1.974 expuso en el Círculo Artístico de San Lluc de Barcelona, regresó a Guayaquil por ocho meses a visitar a sus padres, hermanos, amigos, expuso en el Museo Municipal de Guayaquil, Galerías Altamira y Gorívar de Quito, Galería y Taller Gala de Guayaquil, así como en la ciudad de Loja.

En 1.976 presentó numerosas obras en el Instituto de Cultura Hispánica de Barcelona y en las Galerías Torres de Messeguer, Covarse en Arenys de Mar, Lleonart y Simón en Barcelona.

En enero de 1.977 lo hizo en el Ayuntamiento de Esplugries y volvió a Ja Simón de su amigo Manuel Oller Varela. Entonces se dijo de su arte que era como la manipulación de brotes inconcientes de elementos con valor simbólico cuando afloran a la superficie; que presentaba eí erotismo directamente o con el refinamiento de la sublimación.

I estando aparentemente bien de salud regresó a Guayaquil para quedarse seis meses. Pensaba hacer una exposición de sus trabajos en España; sin embargo, inexplicablemente decidió volver a Barcelona pues había comenzado a sentir ciertas molestias que se le agudizaron en la ciudad condal, producidas por un cáncer generalizado al colon. Fue internado dos veces en el Hospital del Seguro Social de Barcelona, pero le desahuciaron en la segunda. Su esposa española Araceli Molina, con quien había casado en Barcelona, llamó por teléfono al padre para que viaje a ver al enfermo. Don Manuel y su hija Lila llegaron un lunes y le hallaron en casa. Cuando le silbó desde los bajos Juanse asomó a la ventana muy emocionado. Mejoró algo, el viernes salió de su pieza y almorzó en el comedor, pero en la tarde le vino un fuerte dolor que no pasaba ni con inyecciones. La noche del sábado fue nuevamente internado y falleció el domingo 15 de agosto de 1.977, a las cinco de la tarde, de solo treinta y dos años de edad. El cadáver fue enviado a nuestra ciudad, pero por equivocación Iberia lo llevó a Lima, aunque finalmente arribó al siguiente día. El velatorio se realizó en la Casa de la Cultura donde se le había preparado una Capilla Ardiente y finalmente el cadáver fue llevado al Cementerio General