396. Un Ecuatoriano Entre Los Justos De Las Naciones

El historiador israelita Efraim Zadoff  ha iniciado la dura tarea de estudiar las políticas implantadas por los países latinoamericanos respecto de LA CONCESIÓN DE PASAPORTES Y VISAS DE PROTECCIÓN a los miles de solicitantes  judíos que trataban de huir de los nazis, encontrando que aunque estos países no  emitieron leyes ni decretos que limitaran expresamente esta migración,  mediante simples instrucciones de rutina ordenaban a los agentes consulares  “investigar detenidamente a los solicitantes  de visas y denegárselas en el caso que descubrieran su identidad de judíos.” 

Sinembargo hubo cónsules que emitieron visas de migración a judíos poniendo en riesgo sus cargos. Los pasaportes de entonces podían ser de dos clases: 1) En forma de Libretas con pasta dura, como era usual en el Ecuador, con la fotografía y demás datos del beneficiario en su interior y 2) En simples Hojas de Papel certificadas por un Notario.

Desde 1.931 el Dr. Manuel Antonio Muñoz Borrero actuaba de Cónsul del Ecuador en Estocolmo, capital del reino de Suecia, pero el año 35 esta sede rebajó a la categoría de consulado honorario, lo que no fue obstáculo para que continuara en funciones, aunque sin sueldo, lo que a la postre le llevó a pasar apremios económicos. Para entonces se había producido su divorcio sin hijos de la dama colombiana Carmen van Arkem Mallarino, quien contraería segundas nupcias con el Ing.  Alfredo Tinajero Albornoz, natural de Ambato, residente en Guayaquil, donde gerenciaba la Compañía Fénix de Construcciones en sociedad con Pedro Pablo Gómez Gault y Luís Federico Orrantia Cornejo 

A principios de  1.941 Muñoz Borrero era el único  ecuatoriano que ejercía funciones de representación en Suecia y de acuerdo con la compañía naviera sueca Johnson Line, que había negociado con un grupo de ochenta judíos polacos residentes en la zona ocupada por la Unión Soviética, la posibilidad de migrar hacia el Ecuador, nuestro Cónsul honorario vendió cien pasaportes firmados y emitidos  en blanco al representante del grupo en Estambul, para que allá los llenen con los nombres y fotografías de los pasajeros, pero  algo sucedió mal y los cien pasaportes fueron devueltos sin utilizarse, para colmos el asunto fue denunciado a  nuestra cancillería  por la acción de  diplomáticos chilenos y el escándalo se  tapó en Quito en consideraciones a la memoria de su padre, un ex pleniipotenciario ecuatoriano en Bogotá, recientemente fallecido en Cuenca (1.940) y el caso se cerró administrativamente con su inmediata cancelación. En febrero de 1.942 el gobierno sueco fue informado mas no tomó medidas permitiéndole continuar en funciones.  En la primera mitad de 1.943 ya no estaba en funciones, sinembargo volvió a utilizar los mismos pasaportes, pero en esta ocasión, como documentos de protección para otros tantos judíos residentes en Polonia, pues los nazis habían iniciado un plan de concentración de rehenes en el campo de trato atenuado en la población de Bergen Belsen en la baja Sajonia y existía la posibilidad de ser canjeados por prisioneros de guerra alemanes (1)

Quien intervino en esta gestión fue el rabino Abraham Israel Jacobson y un grupo de empresarios formados por Jacob Ettlinger, Fritz Hollander, Moritz Pineas y John Benzian.  Lamentablemente no se ha encontrado la lista de los judíos de Varsovia enviados a Bergen Belsen y como casi ninguno sobrevivió es imposible saber si llegaron a utilizar los documentos ecuatorianos.

Entre trescientos judíos deportados a otros campos de concentración, el ubicado en Vittel, por ejemplo, hay diez registrados con pasaportes ecuatorianos, ignorándose la suerte que corrieron.

Otro grupo de judíos emigrados a Holanda y que carecían de ciudadanía por haber perdido la alemana a causa de la persecusión nazi, también se beneficiaron de pasaportes ecuatorianos. Se conoce que salieron de Westerbork para el campo de Bergen Belsen y no a Auschwitz donde les hubieran asesinado irremediablemente. Entre febrero y agosto de 1.944 fecha en que los aliados ocuparon esa zona de Holanda, fueron encontrados noventa y seis aún con vida, merced a estos pasaportes. Este fue el único grupo que tuvo la oportunidad de sobrevivir gracias a la documentación ecuatoriana, aunque algunos murieron al ser liberados y marchar hacia occidente, por la extrema debilidad en que se encontraban.

Mientras tanto, a medida que seguían produciendose los horrores de la guerra en Europa, recién se empezaban a conocer los crímenes que se cometían en los campos de concentración nazis y Estados Unidos cambiaba su mentalidad con relación a los judíos, influyendo en los gobiernos latinoamericanos para que revean sus políticas migratorias. Paraguay primero y Ecuador después, aceptaron en marzo de 1.944 reconocer la validez de estos Pasaportes ilegales. 

La declaración de nuestro gobierno fue dura y tajante. “accedió a no cancelar públicamente estos pasaportes (considerados falsos porque jamás se había notificado a la Cancillería de sus emisiones) puntualizando que sus poseedores no se acreditarían a recibir visas de inmigración y debían entregarlos ni bien fueran liberados” pero por razones burocráticas de parte de España y Suiza, que actuaban como potencias representantes  de Latinoamérica, se demoró la tramitación de estos reconocimientos y cuando llegaron a las autoridades de Alemania en Mayo, ya era muy tarde porque los beneficiarios habían sido asesinados casi en su totalidad en las cámaras de gases de Auschwitz. 

Sin  poder regresar a su Patria donde sus actuaciones habían sido calificadas de delictivas y le habrían enjuiciado penalmente POR VENDER PASAPORTES ECUATORIANOS EN BLANCO, el ex cónsul Muñoz Borrero continuó viviendo en Estocolmo hasta mediados de la década de los años sesenta en que se trasladó a México, donde tenía numerosos sobrinos y falleció en esa capital en 1.976 de avanzada edad,  manteniendo en el más absoluto secreto sus actuaciones consulares chuecas, incluso ante los miembros de su familia, quienes recién se enteraron por primera ocasión  cuando fueron entrevistados por el historiador Zadoff, demostrándose que a veces delinquir redunda en bien de muchos, como en este caso, en que se salvaron vidas ¿Cuántas? Nunca se sabrá a ciencia cierta, pero pudieron pasar de doscientas, aunque por las condiciones infrahumanas en Bergen Belsen muchos de ellos debieron morir allí y solo setenta y cinco alcanzaron su liberación en 1.945, según cálculo de Zadoff.

(1)BERGEN BELSEN.- Antiguo Campo de concentración situado en Alemania y construido en 1.936 para albergar a 3.000 trabajadores que habían de edificar los cuarteles de las Fuerzas Motorizadas alemanas, pero el 39 pasó a ser un campo de concentración de prisioneros de guerra franceses y belgas  con el nombre de Stalag XI, el 41 también alojó  prisioneros de la Unión Soviética, A finales de 1.942 , con la intención de promover el canje de prisioneros con los Aliados, el Canciller von Ribbentrop y Heinrich Himmler concentraron en Bergen Belsemn treinta mil prisioneros  para canje. Estos debían ser mantenidos en condiciones razonables, mejores que las de los judíos en los campos de concentración y trabajos forzados y por supuesto les libraba de los campos de exterminio. El primer transporte de judíos se realizó el 43 con judíos polacos con pasaportes latinoamericanos y/o Hojas notarizadas, pero a poco les requisaron los documentos para verificar con los países emisores, que en su mayor parte no los reconocieron y casi todos los beneficiarios terminarían muertos en Auschwitz. El 44 el campo fue destinado a “judíos en tránsito a la solución final” – su exterminio en las cámaras de gases en Polonia – de manera que a muchos les tocó hacer el viaje en sentido contrario, perdiendo toda esperanza de salvar sus vidas.  El 15 de abril del 45 tropas británicas ocuparon Bergen Belsen. Semanas antes habían muerto allí las jóvenes Ana Frank y su hermana Margot víctimas del tifus.  Se calcula que las torturas, falta de alimentos, insalubridad, pestes y epidemias mataron en Bergen Belsen a setenta mil prisioneros, la mayor parte judíos. Allí también estuvo detenido nuestro Cónsul en Paris Carlos de Sucre y Sotomayor que pudo resistir los maltratos y privaciones, aunque salió tan debilitado al finalizar la guerra que murió al poco tiempo, cuando recién había arribado a New York.