375. Parra Velasco Internacionalista

De l.933 son sus inicios como pensador latinoamericano con motivo de la VII Conferencia Internacional Americana en Montevideo a la que asistió con el Ministro Plenipotenciario en el Uruguay, Humberto Albornoz Tabares, Augusto Aguirre Aparicio y Carlos PuigVilazar. Allí expuso libremente sus ideas que condensadas aparecieron publicadas y se conocen como. LA DOCTRINA PARRA, DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO, PARA USO DE LOS PAISES LATINOAMERICANOS.

“Los estados Hispanoamericanos se encuentran de hecho unidos entre sí por un vínculo jurídico, de contenido espiritual, racial, cultural, moral, histórico y social, independiente de todo factor volitivo, que les impone una solidaridad de carácter obligatorio, que se traducen el campo internacional en derechos y deberes especiales y en una limitación a la soberanía parcial de cada uno de ellos en beneficio de la comunidad integral, de la comunidad de estados, que constituyen. El derecho que debe regir estos estados Latinoamericanos no es el Derecho Internacional, si no uno “Intranacional” porque formamos una nación de Repúblicas.”

También manifestó que toda intervención es una guerra disfrazada que un país poderoso hace a otro débil para imponerle su voluntad. Esta tesis fue acogida favorablemente por el ex Canciller Carlos Saavedra Lamas de la Argentina que amplió dicho concepto en un discurso admirable. I cuando el Secretario de Estado Cordel Hull de los Estados Unidos quiso que se apruebe en América el principio de igualdad de tratamiento comercial, le replicó Parra que debía ser todo lo contrario, es decir, que había que aplicar las preferencias comerciales, recíprocas y exclusivas, por constituir Hispanoamérica una nación de Repúblicas según lo enseñó el Libertador Bolívar. La delegación chilena, presidida por el Canciller Crúchaga Tocornal, apoyó la tesis ecuatoriana, que desde entonces comenzó a ser comentada en forma más amplia y general por diferentes tratadistas del Derecho Internacional Americano.

I colaboró para la aprobación del Convenio sobre extradición que se suscribió el 26 de diciembre de l.933 y entró en vigor en el Ecuador el 2 de septiembre del 36, cuando lo suscribió el dictador Federico Páez. Por estas actuaciones su nombre pasó a ser conocido entre los más importantes internacionalistas latinoamericanos

La Doctrina Parra contradice a la Doctrina Monroe (América para los americanos) que con el paso de los siglos se ha ido haciendo más agresiva contra Hispanoamérica, porque ha aislado al continente para someterlo a la lenta absorción de Estados Unidos, que lo ha reservarlo en forma exclusiva a su desarrollo y su expansión.

Habiendo concurrido al Congreso Constituyente de 1.945 como diputado por el Guayas consiguió el artículo séptimo, totalmente de su autoría, que establece la posibilidad que el Ecuador, dentro de la comunidad mundial de naciones, forme con otro u otros estados hispanoamericanos, asociaciones que tengan por objeto la defensa de sus comunes intereses territoriales, económicos y culturales y la Ciudadanía Iberoamericana como paso previo para la integración del continente.

Fruto de ello fue la formación en junio del 46 de la Flota Mercante Gran colombiana, primera empresa multinacional latinoamericana, con la participación de Colombia, Venezuela y Ecuador. Este logro le animó muchísimo pues se daba perfecta cuenta que estaba llegando el tiempo de realizar otros proyectos económicos, aduaneros, de toda índole, entre estos países latinoamericanos, que requerían de urgencia unirse frente al avance del imperialismo económico de la gran nación del norte.

En 1.948 asistió a la IX Conferencia Panamericana celebrada en Bogotá que elaboró la Carta de la Organización de Estados Americanos OEA y el Tratado Interamericano de Soluciones Pacíficas cuyo décimo artículo es enteramente suyo y trata sobre la llamada ENMIENDA PARRA, esto es, que los Tratados no solo pueden ser revisados mediante acuerdo entre las partes sino también a través de la aplicación de las normas pacíficas y de justicia internacional, lo cual dejó libre el campo para que el Ecuador reclame la inexistencia jurídica del protocolo de Río de Janeiro, fruto de la fuerza.  

En abril, con ocasión de la Conferencia Interamericana de Bogotá, convocó a la Conferencia Económica Grancolombiana. La Reunión Preparatoria se celebró en Mayo – Quito –  y presentó un anteproyecto que está considerado el primer intento serio de integración latinoamericana, fruto de la cual fue el convenio para llegar al establecimiento de la unión económica y aduanera gran colombiana, para conquistar después la gran unidad económica de los pueblos latinoamericanos que se conoce con el nombre de LA CARTA DE QUITO porque fue suscrita el 9 de agosto de ese año en nuestra capital.

Por ella se constituía un Consejo General, una Secretaría General y Comisiones especializadas que debían proponer la unificación de los aranceles o su coordinación, la realización conjunta de proyectos, etc., aunque la Carta fue ratificada  por los gobiernos del Ecuador y Colombia, no lo fue por los de Venezuela y Panamá que se mostraron renuentes; sin embargo constituyó un precedente incuestionable de los nuevos esfuerzos realizados en las décadas siguientes para crear el  Mercado subregional andino con fines similares o la Alalc (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) etc.  I en el Comité de descolonización de la ONU hizo que el voto del Ecuador señale a Puerto Rico como territorio colonial, desconociendo el estatus jurídico de territorio libre asociado y logró la creación de la Escuela de Diplomacia y Ciencias Consulares, después elevada a la categoría de Facultad

El 59 fue designado Miembro permanente de Arbitraje de la Corte Internacional de La Haya y allí se mantuvo hasta su muerte. Años más tarde se constituyó la “Fundación de Estudios y Análisis Geopolíticos y Estratégicos Antonio Parra Velasco” en el diario Expreso. En septiembre del 94 absolvió por escrito una consulta jurídica sobre el Convenio Puyango – Túmbez, que a su criterio contenía una serie de disposiciones que afectaban a la soberanía nacional. El 2.002 su hijo Antonio escribió un magnífico ensayo biográfico de su padre que ha servido para realizar esta síntesis, el 2.005 apareció la obra “Una doctrina internacional y otros escritos” editada en la Colección Educación y Libertad, recogiendo lo medular de su pensamiento, en 157 págs.