En 1.931, el estudiante de medicina Jorge Higgins Jaramillo presentó un “Plan de Lucha Antituberculosa” que mereció en junio del 33 el Premio Rector de la Universidad de Guayaquil.
En agosto, siendo parte del directorio de la Asociación Escuela como representante del Cuarto Curso solicitó una reunión para formar el Comité Central de la Lucha Antituberculosa. De allí surgieron varios subcomités y la primera campaña, que lamentablemente no tuvo éxito por falta de apoyo de las autoridades e instituciones públicas. Fue, pues, un esfuerzo muy loable de los alumnos de la facultad de Medicina. El 34 debatió en la Sociedad Médico Quirúrgica del Guayas y sostuvo ardorosamente la tesis de que la tuberculosis se propaga por el contagio y no por la herencia como algunos médicos equivocadamente aún sostenían. También escribió varios artículos sobre la recién descubierta vacuna contra la tuberculosis mejor conocida como B.C.G. por las siglas del bacilo Calmette Guerin, así designado por sus dos descubridores y dictó una de las primeras Conferencias radiofónicas que se escucharon en Guayaquil sobre el tema de la Influencia del alcohol en la evolución de las enfermedades infecciosas pues al debilitarse el organismo bajan las defensas y se posesionan los agentes patógenos que provocan las infecciones. Ese año ganó por concurso el internado de los hospitales y comenzó su práctica médica.
En 1.936 obtuvo el Doctorado en Medicina y Cirugía, y fue delegado de la Universidad de Guayaquil para estudiar un curso de especialización acerca de la Vacuna B.C.G. en el afamado Instituto Pasteur de París y en su Facultad de Medicina donde se especializó en Fisiología y Cirugía Toráxica, también practicó en el Hospital Laennec con el profesor Fernando Bezancon.
En mayo del 37 el Dr. Gabriel Burbano Súñiga organizó la primera Campaña Antituberculosa en nuestra ciudad, contando con la ayuda de los Dres. Juan Tanca Marengo, Jorge Higgins Jaramillo y Armando Pareja Coronel, pero los Subcomités de Trabajo no pudieron coordinar satisfactoriamente y la llamada Peste Blanca continuó siendo la primera causa de mortalidad en el puerto principal y en las zonas rurales donde estaba más extendida si se quiere pues prácticamente no existía familia que no tuviera uno o más enfermos a causa de este terrible mal.
La campaña consistía en visitas a los barrios pobres para hallar posibles casos a los que se citaba en el Hospital donde les tomaban radiografías y se anotaban los resultados estadísticos, seleccionando a los sujetos que presentaban signos pulmonares para su correspondiente tratamiento. Fue la primera ocasión que se empleó la llamada Ficha Médica Individual. Las enfermeras se uniformaron de cofia, saco y falda de lino blanco, fino y de buena calidad, pero el populacho las perseguía al grito de machonas, pues las confundían con militares, en esos primeros tiempos.
A fines de año motivó al Director General de Sanidad a destinar un local apropiado para la preparación de la Vacuna B. C. G. en el edificio en construcción del Instituto Nacional de Higiene, pues había aprendido el método para su confección y se podían adquirir los equipos.
En febrero del 38 la Municipalidad de Guayaquil le designó Médico Jefe de Higiene Infantil y con el apoyo del Concejo y de la Legión Femenina de Educación Popular adquirió los equipos y la vidriería para instalar el laboratorio de la Vacuna. El 39 se importó el Gabinete de Vacunación directamente de la Casa Laune de París.
En enero del 40 logró una beca en Tisiología para trabajar en el Instituto Henry Phipps de Filadelfía, dirigido por el notable científico Esmond Long. Viajó a los Estados Unidos y aprendió el manejo de un Hospital Antituberculoso. En marzo del 41 ascendió a Jefe de Clínica y en septiembre a Médico tratante del White Haven Sanatorium en los montes Pocenos en Pennsilvania, con doscientas cuarenta camas de capacidad.
En agosto del 42 fue llamado por el Dr. Walter C. Earle, Jefe del Servicio Cooperativo de Salud Pública en el Ecuador, a fin de supervigilar la construcción en el cerro del Carmen, del primer Sanatorio antituberculoso de Guayaquil y el del Hospital Civil de Cuenca.
La Vacuna B.C.G. fue fabricada en el Instituto Nacional de Higiene y con ella se inició finalmente en septiembre de 1.945 la primera campaña nacional de vacunación antituberculosa en el país. La preparación de la vacuna había comenzado partiendo de dos cepas del Bacilo y le llevó casi cinco años de continua experimentación al Instituto Nacional de Higiene, hasta lograr una vacuna segura, de inmejorable calidad.
En marzo del 46 publicó su “Plan de Campaña antituberculosa” que fue conocido como el Plan Higgins, adoptado por la Dirección General de Sanidad y presentado a consideración del Ministerio de Previsión Social, que sin embargo lo dejó pasar.
Ya para entonces, debido al advenimiento de los antibióticos, la tuberculosis había dejado de ser hasta cierto punto una dolencia mortal, pero el tratamiento era costoso y continuaba siendo una enfermedad endémica, no solo entre la gente de menores recursos y deficiente alimentación, también a otros niveles, pues nadie podía escapar al contagio, a menos que estuviere vacunado y con las defensas altas en el cuerpo. Por ello era importantísimo que los gobiernos entreguen todo su apoyo a estas campañas de vacunación, que a la larga sirvieron para bajar la tasa de incidencia mundial.