144. Venganza de ultratumba

El viento rugía en Guaranda, hacía frio y era una de esas noches de pesadilla cuando la gente prefiere abrigarse en sus hogares a salir a la calle, por eso nadie transitaba. El Padre Francisco Benavides, Cura de la población, se retiró a descansar con las fuerzas muy disminuidas por negros presentimientos, le atormentaba el recuerdo de una mala acción cometida en enero de 1.821 con el Comandante José García de León y Zaldúa, a quien había mandado a fusilar sin fórmula de juicio y cuya cabeza y mano derecha fueron cortadas y colocadas ensangrentadas en sitios públicos para escarmiento de los pobladores.

García había tratado de tomar Guaranda con las fuerzas guayaquileñas, pero Benavides y el jefe realista José de la Piedra le habían emboscado en el sitio de Tanizahua, a solo dos leguas, el 8 de enero de 1.821 y llevado prisionero a Guaranda fue fusilado inmediatamente sin fórmula de juicio. Dos días más tarde le arrancaron la cabeza y la mano derecha fue cortada a la altura de la muñeca. La cabeza enviada a Quito al Presidente de la Audiencia, Melchor Aymerich fue colocada en una jaula de hierro a la vista pública, en el puente sobre el río Machángara, para asustar a los transeúntes, pero como tenía feo aspecto y encima apestaba, meses más tarde el Presidente Mourgeon dio por terminado tan atroz espectáculo y la mandó a enterrar. 

En cuanto a la mano Benavides la puso clavada a una picota y sujeta en una de las ramas de un árbol de Capulí que crecía en las afueras de Guaranda donde permaneció podrida y tumefacta por meses. Los indios denominaron AYAMAQUI al árbol, que significa MANO SANGRIENTA. En 1.955 la Municipalidad y la Casa de la Cultura levantaron un sencillo monumento a su alrededor pero en la campaña electoral Ponce- Huerta, entre conservadores y liberales, que fue muy violenta, algunos inciviles – dizque para lavar la memoria del sacerdote Benavides – cortaron las ramas y pusieron sustancias tóxicas a las raíces del árbol, consiguiendo secarlo. 

I serían como las doce de esa noche cuando el padre Benavides despertó sobresaltado, creyó ver una mano cortada a la altura de la muñeca que venía flotando en silencio rodeada de un halo de luz fantasmagórica y se posaba con fuerza sobre su pecho, como aplastándole. Con la mirada extraviada de terror quiso gritar, pero no le salió la voz. Al final pudo hacerlo y acudió el sacristán y su mujer a auxiliarle. Entonces supo que tenía que huir de Guaranda para librarse de la pesadilla de la famosa mano y de cualquier venganza de los patriotas, que acababan de triunfar en Pichincha y podrían acordarse del crimen de García. I como lo pensó lo hizo.

Como antecedente a la acción de Tanizahua está el primer combate de Huachi, cerca de Ambato, que perdió Urdaneta con los guayaquileños, a pocos días del triunfo de la revolución, el 22 de noviembre de 1.820, pero este desastre no desanimó a la ciudad. A principios de enero se envió un segundo contingente de tropas con destino a Babahoyo, Guaranda, Ambato y Quito.

La subida a la sierra se hacía por el Camino Real. García y los nuestros debían atravesar un pequeño desfiladero para arribar a Guaranda. Allí se había emboscado Benavides y el Jefe de la Piedra. La sorpresa fue tan grande que realmente no hubo combate y la carnicería fue general: 410 guayaquileños quedaron muertos y 129 resultaron prisioneros. Los realistas solo sufrieron 16 bajas y 12 heridos.

Cuando salió de Guaranda a finales de 1.822 la Patria era libre. Primero estuvo Benavides en el Perú luego pasó a Chile y en ambos países su conducta fue irreprochable. A principios de 1.830 – pensando que ya todo estaría pasado y olvidado – volvió a Guaranda y fue recibido cariñosamente. Retomó los servicios parroquiales pues aquí no había pasado nada se dijo para sí y queriendo retribuir en algo tantas muestras de gentileza recibidas pensó que como la población no tenía aún su Cementerio y era dable construir uno, de manera que puso algo de plata, realizó unas cuantas mingas y lo inauguró el día 1 de enero de 1.831 con una ceremonia litúrgica y solemne bendición.

Esa noche, quizá por el esfuerzo y las emociones del día, volvió a sentir la misma opresión en el pecho. El 2 pasó preocupado. Nunca había sufrido de la gota coral (mal cardiaco) aunque estaba subido de peso, se cansaba y le costaba respirar normalmente Son los años

Pero por la noche tuvo un infarto masivo, posiblemente a causa de la angina de pecho que le molestaba con opresiones y cuando en la madrugada del 3 encontraron su cadáver, tenía el pecho desnudo y un rictus de dolor en los labios. El asunto dio mucho que hablar y la gente volvió a recordar el Capulí sangriento. Demás está decir que inauguró su Cementerio, siendo el primer muertito en ser allí enterrado.

El Comandante García era nacido en Sta. Cruz de Mompós, Nueva Granada, el 14 de unio de 1.776. Hijo del Presidente de la Audiencia de Buenos Aires, fue Primer Jefe del batallón de voluntarios de Castilla en 1.798, Teniente del Registro Fijo de Buenos Aires en 1.799 cuando seu padre fue destinado a ocupar la Capitanía General de la provincia de Salta. Casó en Quito con María Mercedes Avila y Mogro y al enterarse de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata se trasladó desde Quito para unirse al ejército de San Martín, quien le destinó en noviembre de 1.820 – con otros oficiales – a Guayaquil. Fue derrotado en el sitio Tanizahua el 8 de enero de 1.821 y murió fusilado, como ya se indicó en Guaranda.  Su viuda casó con Alberto Salazza, Regente de la Casa de Fundición de Monedas en Quito, quien prohijó al niño huérfano Rafael García Avila, que por agradecimiento a su padrastro llamó García Salazza y casó con Mercedes Carrión de la Barrera, originando a las familias Arteta García y Pallares García de Quito y sus alianzas.