333. Las Primeras Películas y Augusto San Miguel

Augusto era un fornido mocetón de casi un metro noventa de estatura, blanquísimo, pelo y ojos negros y muy expresivos. Hijo único y consentido de su madre, estaba  huérfano de padre, cuando cierta tarde de 1.922  concurrió  a una carpa que quedaba a solo dos cuadras de su casa, donde se presentaba la compañía de Teatro y Variedades de William Head, pseudónimo de Guillermo Cabezas Pérez, quien interpretaba sainetes y quedó tan prendado de la actuación que decidió dedicar su vida al teatro, para lo cual fundó la “Ecuador Film Co.” a fin de producir y actuar en  largometrajes silentes e  importó costosas maquinarias de los Estados Unidos

Los ensayos de mímica y simulación se hicieron en una academia improvisada en el frontón para jugar pelota vasca denominado Betty Jay. El guión del primer film trata sobre el fabuloso tesoro de Atahualpa, que se supone aún yace escondido en algún lugar de la cordillera de los Andes. Se realizaron numerosas tomas sobre la vida y costumbres de los indios, los paisajes y sembríos andinos, que se observan durante el viaje en tren de Guayaquil a Quito, y la producción se estrenó en función de gala de los cines Eden y Colón. Luneta 2,50 y Galería 0,60. Después se llevaron las copias al resto del país.

El dibujante Virgilio Jaime Salinas en sus caricaturas “La semana a golpe de crayón” vaticinó lo siguiente: // Rivas, en el Edén, pasó “El tesoro / de Atahualpa,” la cinta primigenia / del arte nacional, que fue un sonoro / triunfo de periquín, a quien doctoro / como un calmante de la neurastenia. // Augusto San Miguel / está muy bien haciendo su papel, / aunque mucho mejor le sentaría / gastar en otra cosa su energía. // Esto último, porque se corrió la noticia que la película había arrojado pérdidas económicas.

El segundo film llamó “Se Necesita una guagua”, sátira contra el Coronel Juan Manuel Lasso Ascázubi, quien invocando el fraude electoral cometido por el gobierno en favor del candidato oficialista Gonzalo S. Córdova en 1.924, dio lugar a una revuelta armada de tinte conservador, encabezada por Jacinto Jijón y Caamaño, que culminó en el combate de San José de Ambi cerca de Otavalo, el 12 de septiembre de l.924, a pocos días de la posesión del nuevo mandatario, cuando los revolucionarios se desbandaron prácticamente sin presentar resistencia pues eran tropas colaticias que habían concurrido al campo de batalla sin ninguna experiencia militar, en compañía de sus mujeres guarichas, que cargaban guaguas en las espaldas porque no tenían con quien dejar en sus chozas.

Las secuencias se realizaron en Quito. Se estrenó en el teatro Eden alternando con el documental “Panorama del Ecuador” con escenas de un encuentro de fútbol interprovincial, las pasadas fiestas del carnaval, la corrida bufa organizada por los estudiantes universitarios, juegos atléticos en el hipódromo, el Ecuador Tennis Club, el Presidente de la República Gonzalo S. Córdova en la revista militar. Este segundo film, al igual que el anterior, arrojó otra fuerte pérdida. I se dio el caso que, durante una parte de la filmación, con tomas en la plaza Sucre de Quito, aparecía uno de los actores disfrazado de sacerdote, con sotana y todo lo demás, lo cual fue considerado por numerosos pobladores como una burla a la religión y protagonizaron un motín, lanzando toda clase de improperios y amenazas de ataque, al punto que tuvo que intervenir la fuerza pública. El mismo Virgilio Jaime Salinas sacó lo siguiente // Mereció un desmentido / la noticia de haberse lapidado / en Quito, / a un filmador que iba vestido / con un batón un tanto asotanado…//

Enseguida el incansable Augusto realizó un tercer largometraje “Un abismo y dos almas”, tragedia de costumbres nacionales, también con libreto propio, sobre un argumento complejo y de temática social que antecedió en mucho al realismo literario que se impuso en el Ecuador de los años treinta. Fue filmada en diversas haciendas de la sierra, “tragedia basada en la triste odisea de un indio llamado Juan, víctima de la brutal y desenfrenada explotación.

Cuando se estrenó en el Edén causó mala impresión por lo controvertido del tema. I se pasó junto a la revista fílmica “Actualidades quiteñas” donde se apreció al Presidente Gonzalo S. Córdova Rivera.

Luego vendría otro reportaje: “El desastre de la vía férrea”, sobre el desbordamiento de dos ríos sobre los cuales pasa la vía férrea Guayaquil – Quito.

De allí en adelante, falto de financiamiento y desilusionado por hallar opiniones tan encontradas en su camino de precursor del cine en el Ecuador, escribió una obra titulada “Yo no soy comunista” y con dinero de su madre viajó a Europa, para lo cual ella tuvo que vender una de sus casas mixtas del centro de la ciudad.

Estaba comenzando la vida y se le consideraba un joven talentoso y polifacético, autor, actor y director, poeta y dramaturgo. Su gran presencia física le atraía numerosas simpatías, las mujeres lo requerían con insistencia. Amaba a una dama chilena mayor a él, llamada Margot Louis, circunstancia que impidió la formalización del matrimonio. Quizá, también por eso, su madre prefirió que se fuera del país.