328. Historia Del Día De La Madre

Durante la Guerra Civil norteamericana (1.861-65) Anna María Jarvis (1.832-1.905) esposa de su primo Granville E. Jarvis, en quien tuvo once hijos, siete de los cuales murieron de enfermedades infantiles, dejó las comodidades de su hogar en Virginia para organizar   grupos de mujeres que atendieran en las trincheras a los heridos de ambos bandos. Trabajo difícil y riesgoso pues corrían peligros extremos y a cada momento peligraban sus vidas. I cuando terminó el conflicto se empeñó en llamar la atención de la nación con un día especial dedicado las mujeres, para lo cual realizó reuniones “Mother´s day meetings” sobre la temática femenina más urgente: mejorar las condiciones de higiene y salubridad de los niños y la vida de las madres de familia obreras con horarios de diez horas diarias incluyendo los sábados.

Era una activista social que luchaba en la línea de la poetisa feminista Julia Ward Howe, autora de la proclama del Día de la Madre, que llama a los pueblos a trabajar por la paz y el desarme. Estos esfuerzos lograron en 1.873 que más de un ciento de mujeres provenientes de dieciocho ciudades norteamericanas se reunieran en Boston y festejaran por primera ocasión el Día de la Madre, pero fueron desapareciendo con los años; mas, con el paso del tiempo Anna María Jarvis y sus generosas iniciativas han sido reconocidas y su casa familiar en Webster, West Virginia, está declarada Sitio de interés Histórico Nacional desde 1.979.

Su hija Anna María Reves Jervis (1.864 – 1.948) era una dama soltera definida por su fe en los proyectos, desde cuando en la iglesia Andrew Methodist Episcopal Church Comunity, en 1.876, a los doce años de edad, decidió dedicar sus esfuerzos en pro del Día universal de la Madre para honrar a la suya. Graduada en Colegio, retornó a su hogar en Grafton y trabajó en las escuelas públicas y ayudando a su madre en el servicio social. Su tío el Dr. James Steve Reeves las llevó a Chattanooga, después Anna María se movió a vivir con su hermano en Filadelfia, trabajó en la compañía de seguros Fidelity Mutual Life Insurance hasta que, debido a la ancianidad de su madre, renunció para cuidarla hasta su fallecimiento en 1.905.

Tres años más tarde, en 1.908, realizó una ceremonia dedicada a recordar a su madre en el Andrews Methodist Episcopal CHurch y empezó la campaña a nivel nacional escribiendo a clérigos, políticos, abogados y mujeres a fin de hacer conciencia y obtener “la conmemoración pública del Día de la Madre” para el segundo domingo del mes de mayo de cada año.

I tal fue su éxito que en 1.910 el Día de la Madre se había popularizado como un holiday nacional, fiesta alegre y al mismo tiempo familiar, pero solo fue a principios de 1.914 obtuvo el Decreto del Presidente Woodrow Wilson oficializando la fecha y desde entonces se ha impuesto en más de cincuenta países de occidente.

Mas, fue el caso, que en 1.920 notó con mucha pena que el Día de la Madre se había convertido en un jolgorio de regalos, flores, dulces, tarjetas y comelonas, lejos del ideal de sentimientos puros que la había animado  y en unión de Elsinore, su hermana ciega con quien vivía, dedicó su fortuna a combatir el sentido  mercantilista de la fecha, realizando mitines callejeros con otras mujeres que también protestaban  contra  los comerciantes,  sin lograr mayor éxito, pero queda el recuerdo de haber sido arrestada en varias ocasiones por provocar escándalos callejeros. En 1.944 ingresó al asilo Marshall Square Sanitarium en West Chester, Pensilvania. Falleció el 14 de noviembre de 1.948 a la avanzada edad de ochenta y cuatro años sin haberse casado ni dejar descendencia y yace sepultada en el West Laurent Hill Cementery en Bala Cynwyd cerca de Filadelfia.

Quienes la conocieron la describieron así: dama de costumbres arregladas, frágil de cuerpo, bellos ojos azules y profundas convicciones, pues había heredado la voluntad de servir (hacer y trabajar) que distinguía a su madre.

EL COMITÉ GUAYAQUIL PRO MONUMENTO A LA MADRE

En 1.933 Ruperto Arteta Montes tuvo la feliz iniciativa de conformar en Guayaquil el comité cívico pro monumento a la Madre, con elementos sacados de la clase obrera y bomberil a las que se pertenecían y tras múltiples instancias a través de quince años lograron perseverar hasta inaugurar el monumento el 30 de mayo de 1.948 en un sector de la ciudad considerado guarida de delincuentes peligrosos. De manera que con el parque y el monumento se logró adecentarlo e incorporarlo a la vida urbana con el nombre del Parque de la Madre.

Pero no todo fue agua de rosas. El problema de reunir los fondos pareció al principio insalvable pues se vivía la depresión de los años treinta que fueron de grave pobreza, pero con la ayuda del Comité Regional del Niño y de la Municipalidad, aparte de rifas, funciones de cine y óbolos se llegó a pagar la hermosa escultura en yeso, obra del artista Francisco S. Jiménez. El Congreso Nacional concedió el Permiso y la ubicación – que se pensó al frente de la recién construida Maternidad –  a último momento fue cambiada por otra de mayores perspectivas urbanísticas.

El día de la inauguración concurrieron los miembros del Comité presididos por Arteta Montes y conformado por Emilio Ruíz, Jacinto Maridueña, Leoncio Collahuaso, Marco Hurtado, Angel y Andrés Arteta Montes José Lucín, Ernesto y Carlos Miño, Isidro García, Carlos Romero Vélez, Juan Zúñiga, Maruca Cucalón, Julia de Parrales, Filomena de Veintimilla, Tarcila Ramírez, Julia de Lucio, Emilia Pérez, María de Alonso al parquecito donado por la Municipalidad, destinado al monumento. Numerosas autoridades y cientos de estudiantes de nuestras escuelas depositaron un clavel blanco en señal de respetuoso homenaje a la Madre Universal. La noticia Salió publicada en grandes titulares y pronto numerosas poblaciones ecuatorianas tuvieron también sus estatuas.

El Comité inició desde entones las designaciones de Madres Símbolos y Ejemplares, como hasta hoy se acostumbra en actos públicos en clubes, asilos, barrios, maternidades, etc.

Ruperto Arteta Montes nació en Guayaquil el 13 de marzo de 1.905, trabajó en la Municipalidad por espacio de treinta y cinco años hasta su jubilación. En el Cuerpo de Bomberos realizó una abnegada carrera como voluntario y llegó a ostentar el grado de Ayudante. Escribió sobre temas folklóricos y por sus valiosas iniciativas cívicas en 1.960 fue condecorado por la Municipalidad de Guayaquil. No estaría completo su retrato si no mencionaramos que su vida fue una constante entrega en pro de sus compañeros de trabajo como líder sindical, de su ciudad como ciudadano ejemplar, como amigo siempre servicial y como padre y esposo amoroso con la familia.