301. Guayaquil Motorizado Sobre Ruedas

Hacia 1.900 debió existir algún automóvil en esta ciudad y por referencias supe hace poco tiempo que uno propiedad de los hermanos Guzmán Aspiazu fue el primer “bólido” de fabricación francesa que asustó a los guayaquileños andando a más de treinta kilómetros por hora.

Para 1.910 los autos eran pan del día porque la Municipalidad contrató con Pedro Concha Torres el servicio de carros de alquiler que funcionó muy poco tiempo en los bajos de la casa del doctor Federico Pérez Aspiazu, en la esquina de la plaza de San Francisco, reemplazando a los carros de mula. Al año siguiente numerosos vehículos circulaban por el territorio nacional y en 1.912 la gente elegante iba al hipódromo en automóviles para presenciar los partidos de polo. Allí funcionaba el Jockey Club y algunos intrépidos aviadores utilizando las pistas de césped lograrían despegar sus aviones, trazar círculos y descender vertiginosamente para recibir aplausos y vivas a porfía. En 1.911 Gerardo Duran Wauge había fundado y mantenía actuando al «Club Guayas de tiro y aviación.»

El más famoso aviador fue Cosme Renella desde que el 6 de octubre de 1.913 se había elevado en el Jockey Club sobre un avión italiano con un solo motor de cincuenta caballos de fuerza. Felizmente el avión resistió las corrientes de aire y realizó varias maniobras, difíciles para la época. Fue bautizado como Patria I.

En 1.917 María Luisa Dillon Valdez fue electa madrina de uno de estos vuelos concurriendo al espectáculo nada menos que el Presidente de la República Alfredo Baquerizo Moreno, que lució delgado y esbelto, con chaqué y sombrero de copa, en la ceremonia que se realizó. Por aquellos días la aviación estaba en pleno auge. Los diarios traían fotografías y reseñas de combates aéreos entre las fuerzas de Francia y Gran Bretaña contra las de Alemania. Solo se hablaba de esta nueva y mortífera arma.

Sinembargo no fue sino hasta el 30 de Julio de 1.922 fecha en que se inauguró la «Escuela Técnica de Aviación» cuando al fin Guayaquil pudo contar con otros pilotos experimentados y profesionales.

Los automóviles de alquiler se establecieron en forma organizada y permanente desde el 9 de octubre de 1.915 y ya para 1.920 había más de doscientos en circulación debidamente matriculados en la Policía. Iguales requisitos tenían que cumplir los de servicio particular que no pasaban de los doscientos cincuenta. El más lujoso de todos pertenecía al llamado «Conde Mendoza» Felipe Mendoza Coello quién tenía una hermosísima limosin color beige, con asientos forrados de terciopelo y otros muchos adornos más, que la hacían realmente impresionante.

Cuando paseaba a pie por las calles de Guayaquil, la “limousina” con su chofer negro y corpulento pues también hacía de guarda espaldas, debidamente uniformado en color verde y botas altas de cuero negro, era todo un espectáculo por el bulevard. La limosina le seguía a baja velocidad, hasta que el Conde se cansaba de caminar de brazo de su esposa la hermosísima condesa y decidían volver a su interior. Personas que vieron estos paseos recuerdan que era todo un espectáculo de elegancia y buen gusto, a la par de distinción.

En 1.925se estableció el primer servicio de buses para comunicar a la ciudad con el parque de distracciones llamado «American Park» de propiedad de Rodolfo Baquerizo Moreno, que funcionó hasta hace poco tiempo en un terreno municipal frente al edificio e instalaciones del Guayaquil Tennis Club.

En 1.929 los hermanos Arosemena Coronel fundaron la línea No. 1 para el recorrido original (Iglesia de San Francisco hasta el Colegio Cristóbal Colón) habiéndolo ampliado poco más tarde hacia el norte hasta la boca del Pozo y plaza de Santo Domingo.

En Quito el General Alfaro usó en la segunda presidencia un auto importado por el doctor Howard Steven Strouth, de fabricación francesa, del tipo denominado Dietrich – Lorraine, de 1908, fue el primer presidente del Ecuador que usó automóvil en su mandato administrativo.

Esto no fue obstáculo para que algunos amigos de la equitación y la elegancia siguieran transitando por las calles ecuatorianas montados en briosos corceles. En Guayaquil tenían fama los caballos de propiedad del Dr. José María Ala – Vedra y Tama

Los Guzmán poseían un elegante landó o coche descubierto a caballo recuerdo de aquellos lejanos tiempos y hasta 1.920 muchísimos médicos de éste puerto seguían haciendo sus visitas domiciliarias a caballo, teniendo que dejarlos encargados a alguien conocido, para cumplir sus cometidos.

Últimamente solo han circulado dos carros de la década de los años 20 al 30 propiedad de los doctores Modesto Carbo Noboa y Rafael Mendoza Avilés. El primero está depositado en el interior del Museo Municipal y el segundo en la salida de los viajeros del Aeropuerto.