208. Felipe Diaz Erazo, Comerciante y Millonario

Nació el 16 de Julio de 1.839 en un medio montañoso, atrasado y rural situado en la Casa No. 10 en el Camino Real de la población de Funes cercana a Pasto; hijo del soldado José Erazo, combatiente realista durante las guerras de independencia, y de Pacífica Díaz Merchancano de oficio costurera. Ambos de raza blanca, se pertenecían al estado llano y su economía era baja. Pero esto recién se conoció hace pocos años pues nuestro biografiado nunca quiso revelar sus humildes orígenes.    

Nada se conoce de su infancia y juventud a no ser que en 1.855, de solo dieciséis años dgozando de la protección del Dr. Manuel Murillo Toro, que mantenía relaciones con su hermana Beatriz Erazo Diaz, era hombre rico, importante y  ejercería la presidencia de la República de Colombia en dos ocasiones (1.864-66) y (1.872-74) el joven Felipe ingresó al Colegio Universitario del célebre Preceptor Victoriano de Diego Paredes y sus hijos, ubicado en Piedecuesta, Santander, donde recibió una espléndida educación moderna, copiada de los planes de estudio de las Universidades norteamericanas.

En 1.862, llamado por varios amigos pasó a residir en Guayaquil y dos años más tarde – en noviembre del 64 –   en la esquina del malecón e Illingworth con su paisano el antioqueño Norberto Ossa fundó la Casa comercial “Norberto Ossa y Cia.” Con con la ayuda del socio comanditario Juan de Dios Zuloaga, también oriundo de Antioquía, pero residente en Panamá, y se dedicaron a la exportación de cacao y venta de sombreros, tagua, cascarilla, café, arroz, azúcar y oro que enviaban a Europa de donde traían muebles, artículos para el hogar, conservas y en general todo lo necesario para el uso y el boato de las clases adineradas.

El 64 fue designado Cónsul General de Colombia en Guayaquil por su protector el Presidente colombiano, el 68 adquirió un lote grande de acciones en el recién fundado Banco del Ecuador y su socio Norberto Ossa pasó a residir en París donde fundó la Casa Comercial Ossa y Díaz que sirvió de intermediaria para aprovisionar a la de Guayaquil.

El 16 de octubre de 1.869, a los 30 años de edad, matrimonio con Victoria Caamaño y Cornejo, tendrán dos hijas y una unión estable y feliz. Mientras tanto su tienda y oficina se había transformado en el centro e reunión de la colonia colombiana y prácticamente era un Banco pues se descontaban letras y pagarés sobre el exterior.

En lo personal era de buen ver y excelentes maneras, honesto, trabajador y de una modestia que rayaba en la humildad. Cuidadoso para no hablar de sus orígenes familiares por donde iba se hacía acreedor a la buena voluntad de las gentes y a la confianza de su abundante clientela.

En 1.879 se trasladó definitivamente a París con su esposa e hijas.  Estaba en Guayaquil de Gerente el suizo Max Muller, ayudado por Simón Cañarte Bahamonde. Entre el 84 y el 88 fue presidente de la República su cuñado Plácido Caamaño. Los negocios se facilitaron enormemente, manejó la aduana. El 85 fue accionista fundador del Banco Internacional de Guayaquil. Durante el Incendio Grande de octubre de 1.896 se quemó el edificio y su almacén con todas las existencias, pero se rehízo en corto tiempo porque el astillero de propiedad de la compañía, manejado ubicado en la calle Maldonado al pie de la ría, no sufrió daños y como el negocio de la madera se volvió pingue, hubo mayores ganancias.

A principios del siglo XX era Ministro Consejero de Colombia en Francia y abrió dos sucursales en el sur de su patria, una en Túquerres y otra en Pasto. En 1.905, al escribir a los padres de la Comunidad de San Felipe Neri de Pasto, les dijo: Mis títulos son ser colombiano y pastuso y conservar virgen el amor que un corazón bien puesto debe tener por su país natal y les regaló la reja que adornó la Plaza Central de Nariño y el órgano de la iglesia de San Felipe en Pasto.

fue designado Enviado Especial de Colombia a las bodas del rey Alfonso XIII de España con la princesa Victoria Eugenia e Battemberg, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, celebradas en mayo de dicho año en Madrid, y fue condecorado con la Orden de Isabel La Católica.

Poseía dos magníficos palacetes en la actual Avenida Foch, la más elegante de París. Vivía con los suyos en el No. 10 de la rue Bassard en una hermosa mansión de su propiedad cercana al Arco de Triunfo. Su último cargo fue el de Ministro de la Corte Internacional de Arbitraje con sede en La Haya, Holanda. Falleció en Paris en 1.916 de setenta y siete años de edad, respetado y querido por los miembros de las colonias sudamericanas en dicha capital. A sus hermanos: Estanislao Cura Párroco en Sandoná y a los demás que trabajaban como obreros en dicha jurisdicción, benefició con legados que fueron pagados por la Casa Comercial de su propiedad en Guayaquil. Su esposa le sobrevivió hasta 1.927 viviendo con gran boato en París, protegía a sus sobrinos guayaquileños – especialmente a los Flores Caamaño que eran pobres y a las Sociedades san Vicente de Paul en Bogotá y Pasto con periódicos envíos de ropa.

Dejó dos La primera casó con Miguel de Iturbe y Asristaín, sobrino nieto del Emperador José I Iturbe de México, viuda casó con el Barón Carlos de Marroquetti de la nobleza italiana, una de sus hijas llamada Beatriz de Iturbe y Díaz – Erazo casó con José de la Torre, sobrino del Marqués de Pontezuelos de la Torre.

La segunda – Ana Rosa Díaz Erazo y Caamaño – casó con Joaquín Rodríguez de Rivas y de la Gándara, IV Conde de Castillejas de Guzmán. Una de sus hijas llamada Silvia Rodríguez de Rivas y Díaz-Erazo casó con el Barón austriaco Erich von Posch – Pástor y fueron padres de Bárbara von Posch – Pástor y Rodríguez de Rivas, tercera esposa del Príncipe Miguel de Orléans y Orléans – Braganza, Conde de Evreux, miembro de las casas Real de Francia por ser hijo del Conde de París y del Duque del Gran Pará, Príncipe Enrique de Orléans, pretendiente a los tronos real de Francia e imperial de Brasil.

Como dato anecdótico y realmente sin importancia cabe señalar que sus aristocráticos descendientes franceses, deseosos de prolongar los árboles genealógicos y conocer los ancestros de nuestro biografiado, contrataron los servicios del genealogista Fernando Muñoz Altea, quien por agradarles elaboró una genealogía falsa, haciéndole aparecer a don Felipe como hijo – el cuarto – de los nobles José Díaz – Granados y Munive natural de Bogotá y de Pacífica Díaz Erazo, oriunda de la población rural de Funes, pero la verdad salió a la luz cuando posteriores averiguaciones sacaron a flote el engaño. Demás está decir que los contratantes se disgustaron muchísimo y hasta exigieron la devolución de los honorarios.