145. Los primos Urdaneta

El 12 de abril de 1830 se instaló en la Villa del Rosario de Cúcuta el Congreso Nacional de la Gran Colombia, llamado “Congreso Admirable” por la calidad moral e intelectual de sus componentes. El Libertador concurrió al acto de instalación que fue solemnísimo, vestido de gran uniforme y pronunció un emocionado discurso renunciando a la presidencia de la República y devolviendo a tan ilustre corporación los plenos poderes de que se había investido como dictador.

Entonces la Asamblea eligió sus dignatarios: Presidente y Vicepresidente del Congreso resultaron el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre y el Obispo de Santa Marta doctor José María Estévez. El Libertador se retiraba impopular y viendo que se avecinaba una gran tragedia sobre los pueblos que había liberado, pues el General José Antonio Páez, por medio de los diputados venezolanos, trataba de obtener la independencia del Distrito Norte de la Gran Colombia.

El General Joaquín Posada Gutiérrez relata en sus Memorias que cierto día, paseando con Bolívar, este le dijo refiriéndose a un riachuelo que serpenteaba por las campiñas de Bogotá: ¿Cuánto tiempo tardarán estas aguas en confundirse con las del inmenso océano, como se confunde el hombre con la podredumbre del sepulcro de donde nació? Una gran parte se evapora y se utiliza, como la gran gloria humana, como la fama. ¿No es verdad? I apretandose las sienes exclamó a gritos -¡Mi gloria! ¡Mi gloria! ¿Por qué me la arrebatan? ¿Por qué me calumnian? ¡Páez! ¡Páez!

DISOLUCION DE COLOMBIA

I mientras el Congreso discutía la nueva Constitución, el General Juan Nepomuceno Moreno en la villa de Casanare proclamaba a Páez Presidente del nuevo estado libre de Venezuela, desmembrando dicho territorio de Colombia la Grande.

El 4 de mayo de 1.830 Sucre hizo elegir a Joaquín Mosquera y Arboleda y al General Domingo Caicedo y Santamaría, Presidente y Vicepresidente de la República, por ser adictos al partido s

El primero estaba residiendo en Popayán su ciudad natal y demoró hasta el 13 de junio en asumir tan altas funciones, gobernando interinamente Caicedo.

El 8 de mayo había salido Bolívar de Bogotá con dirección a Santa Marta en medio de un minúsculo concurso de personalidades, porque no deseaba que su retiro ocasione problemas al gobierno. Tenía intenciones de viajar a Europa y radicar definitivamente en Londres y de no ser posible en cualquier población de Francia o Inglaterra; sin embargo, la enfermedad que minaba su organismo le impidió realizar tal propósito.

Sucre viajaba al sur a restablecer el orden porque recibió aviso que el Intendente del Distrito Sur General Juan José Flores, el 31 de mayo había segregado estos territorios, convocando a elecciones generales para designar Diputados a la Convención Nacional que lo reafirmará en el desempeño de sus funciones, ahora como Presidente del nuevo estado.

Estaba seguro que con su sola presencia en Quito volverían las cosas a su anterior normalidad pues tenía enorme ascendiente sobre la población y contaba con el afectuoso recuerdo del ejército que le veneraba por haberlo comandado en la guerra de la Independencia de 1.821 y 22 y luego en la campaña de 1.829 contra el Perú. El 4 de junio y mientras atravesaba las tupidas selvas de Berruecos, casi al llegar al antiguo pueblecito de Ventaquemada, entonces llamado La Unión, cayó acribillado por disparos de fusil efectuados por varios individuos que le habían estado acechando. Su cadáver no fue despojado y quedó expuesto por varias horas hasta que manos amigas lo recogieron para darle sepultura.

Este crimen dejó a Bolívar sin su lugarteniente y a Colombia la Grande huérfana de defensores y a merced de los ambiciosos.

REVOLUCION DEL GENERAL RAFAEL URDANETA

Joaquín Mosquera y Arboleda era un varón de hermosas prendas personales y hubiera podido conducir a Colombia por caminos de orden y austeridad, de no haber sido por los elementos negativos que encontró al asumir su gobierno. Por una parte, el ejército, dirigido por caudillos ambiciosos y recién liberados de la férrea disciplina de Bolívar; por otra, un país empobrecido por continuas guerras y revoluciones y endeudado en el exterior. Sin embargo, con una Constitución eficaz y gente honesta, Mosquera inició su gobierno con fortuna, hasta que el Coronel Florencio Jiménez se alzó con el batallón Callao, compuesto de soldados venezolanos, que derrotaron a las fuerzas leales en la Sabana de Bogotá y pusieron sitio a la capital, solicitando cambios y reformas.

Mosquera designó un gabinete militar y confió la cartera de guerra al General Rafael Urdaneta, que lo traicionó el 2 de septiembre y se hizo proclamar depositario del Mando Supremo en ausencia del Libertador Bolívar. Dos días después salían de Bogotá Mosquera y Caicedo con dirección a los Estados Unidos y a sus haciendas, respectivamente.

Los leales y los revolucionarios nombraron comisiones que por separado viajaron a Santa Marta, a proponerle a Bolívar reasumir los poderes con el título de Dictador. El Libertador estaba postrado en cama y tan débil que ni siquiera tuvo fuerzas para leer de corrido un par de páginas. A todos agradeció emocionado y entristecido; a un amigo escribió: no espero salud para la Patria …

El 1 de diciembre de ese año se agravaron sus dolencias y el día 6 fue trasladado a una quinta cercana llamada San Pedro Alejandrino de propiedad del español Joaquín Mier y Benítes, donde fue empeorando hasta el día 16 entró en agonía y murió el 17 a la una de la tarde, a causa de la  tuberculosis que había ido minando su robusto organismo varios años. Murió rodeado de numerosos amigos, habiendo hecho testamento y ordenando que los papeles de su propiedad que tenía en su poder el señor Pavageau, fueren quemados para evitar que la mala fe e infamia de los que le habían perseguido, fuera conocida por el mundo. Así se perdieron muchísimos documentos que habrían hecho luz sobre importantes episodios de nuestra independencia.

INTRIGAS DE URDANETA, FLORES Y OBANDO

I a la par que estos sucesos ocurrían en Colombia. Flores aprovechó la revolución de Urdaneta y conquistó para Ecuador el puerto de Buenaventura, mediante una expedición armada en la balandra La Rosa y dirigida por él Coronel Francisco García y el Capitán Manuel de Jesús Zamora, que arribaron el 29 de agosto de ese año y tras corto tiroteo la anexaron a nuestro territorio, procediendo poco tiempo después a aumentar la zona de influencia de Flores con otras poblaciones menores.

Urdaneta sostuvo una cruenta lucha con el partido santandereano que dirigían los generales José María Obando e Hilario López, levantados en armas en el sur y fortalecidos por numerosos descontentos que llegaron hasta Popayán, tierra del depuesto presidente Mosquera. Por eso, Urdaneta, no teniendo tiempo ni tranquilidad para preocuparse de Flores, llamó en su auxilio a su primo el General Luis Urdaneta, conocido en Ecuador por haber actuado en Guayaquil durante la revolución del 9 de octubre de 1820 y luego en la campaña libertadora de 1.820 a 1.822, y le solicitó que viaje a ese puerto, con instrucciones de insurreccionar la plaza contra Flores, para debilitar su poder y obligarle a olvidar la guerra de conquistas territoriales que ejecutaba.

Flores ya había anexado la provincia de Pasto, aprovechando que Obando la desocupó para fortificarse en Popayán contra el avance de Rafael Urdaneta.

REVOLUCION DEL GENERAL LUIS URDANETA

 EL general Luís Urdaneta arribó a Guayaquil a fines de septiembre de 1.830 y realizó los contactos necesarios para el golpe de estado que preparaba contra Flores, recién electo Presidente de Ecuador. El28 de noviembre sublevó en Samborondón al Batallón Cauca y al escuadrón Cedeño. El 2 de diciembre a las guarniciones de Loja, el 6 las de Cuenca y el 14 al batallón Girardot acantonado en Guayaquil, quedando una gran porción del territorio nacional en su poder.

Urdaneta era activo y aventurero, capaz de cualquier acción buena y – por qué no decirlo – también mala. Se hizo fuerte en Guayaquil y designó a Vicente Ramón Roca, Jefe de Policía; a José María Villamil, Comandante de Armas y a Juan lllingworth, Comandante General de la Marina.

El 24 de diciembre – víspera de Navidad – se emocionó con la fecha y lanzó una proclama dirigida a los granaderos de a caballo de la ciudad, y como no conocía que el Libertador había fallecido, manifestó que su viaje lo había hecho para ponerse al frente de los habitantes de estos territorios y enarbolar el estandarte regenerador de Bolívar.

Mientras tanto los Generales Obando y López el 29 de Octubre habían proclamado la anexión condicional de Popayán al Ecuador con el solapado pretexto de atraer a Flores y a su ejército al partido santandereano, en contra del presidente Rafael Urdaneta a quién combatían y en Quito, el 9 de Diciembre, los Generales José María Sáenz, Vicente Aguirre e Isidoro Barriga sublevaron al batallón Granaderos; pero al día siguiente Barriga regresó al cuartel donde estaban los revoltosos y los apaciguó, volviendo todo a la normalidad.

El 17 de diciembre Flores regresó a Quito y aceptó alborozado la anexión condicional de Popayán, aprestándose a enfrentar al General Luis Urdaneta que desde Guayaquil preparaba una marcha sobre Quito, mas, el General Sáenz volvió a las andadas y sublevó al batallón Granaderos No. 2, siendo derrotado en Ibarra por fuerzas leales al régimen de Flores y así terminó su revolución.      

CAMPAÑA DE FLORES Y URDANETA

Pacificado el norte de Quito, Flores bajó a Latacunga donde lo esperaba Luis Urdaneta con un numeroso ejército. Flores, conociendo la superioridad de su enemigo, le propuso un avenimiento, nombrando las partes a varios agentes oficiosos. Por Flores intervinieron Modesto Larrea Jijón, José Félix Valdivieso y el General Isidoro Barriga de Castro. Por Urdaneta lo fueron Carlos Acevedo, Ambrosio Dávalos y el General Cerveleón Urbina, así transcurrió algún tiempo en inútiles parlamentos, los agentes iban y venían sin obtener resultados. Flores aprovechó el tiempo que corría para engrosar sus filas con nuevos contingentes de Quito, mientras Urdaneta aumentaba su ejército con las reservas que había solicitado a Guayaquil.

Mientras tanto una carta del presidente Urdaneta a su revoltoso primo, interceptada en Colombia por Obando y entregada a tiempo a Flores, vino a ocasionar el desbande de las tropas guayaquileñas, que se enteraron del fallecimiento de Bolívar y perdidas las esperanzas de ser nuevamente gobernados por el Libertador, regresaron a sus casas; Luis Urdaneta quedó solo y antes de caer prisionero abandonó el campo y regresó al puerto, embarcando con destino a Panamá, dónde poco después murió fusilado por inquieto y revoltoso.           

Así termino su revolución, que bien pudo llevarlo al poder si hubiera sido más arrojado y menos diplomático; pues de haber presentado combate seguramente habría triunfado por la superioridad numérica de sus fuerzas, pero la suerte quiso que no ocurriera así, iniciandose quince años de dominación floreana.