ZAVALA RUIZ MANUEL (1928). Riobambeño. Poeta de indiscutible personalidad. Entre otras distinciones, ha obtenido las siguientes: Primer Premio en el Concurso Nacional de Poesía, Municipalidad de Riobamba, 1962; Segundo Premio Nacional de Poesía, Concurso del Diario “El Universo” de Guayaquil 1961; en 1952, 1953 y 1954, obtuvo los primeros premios de poesía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central del Ecuador.
Miembro del Grupo “Caminos”, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Profesor de Educación Secundaria en la especialización de Literatura Universal; ejerce su profesión en colegios de Quito, y en la Facultad de Filosofía de la Universidad Central.
Enrique Noboa Arizaga, en “Antología del Grupo Caminos”, publicada en 1963, dice sobre este autor con quien ha mantenido continuos “mano a mano” poéticos: “un hálito claramente perceptible de ironía flota en su admirable arte poético. Rosa decaída para la frente de la mujer amada, laurel helénico para cantar las glorias de la tierra nativa. Imaginación inmensa y rica, preciosismo metafórico, talento lirico que da firmeza y plenitud en el secreto de la técnica. Hay e la poesía de Zabala Ruiz una suerte de dualidad en el manifestarse, el más clásico y también el más modernista”.
Obras publicadas: “La risa encadenada”, 1962 y “Teo ría de lo simple”, 1970. Asno: príncipe bíblico, transportador de dioses. Cargada está de aureolas tu antiquísima raza; hueles a nacimiento, a pesebre, a establo, a palmas de victoria y a bienaventuranzas… Yo sé que irás al cielo con sayal franciscano a ponerte al servicio del divino portero; pero, óyeme: allá arriba, no entones los maitines ni espantes con tu rabo las estrellas del cielo (De “Biografía humilde”).
Zabala Ruiz prestigia al parnaso ecuatoriano. Su producción, si bien escasa en número, se presenta cincelada pacientemente, lo que constituye gran garantía para e el lector. De desearse sería que se dedicase de lleno a escribir, que adquiera mayor conciencia de la responsabilidad que tiene en sus manos; talento, predisposición aní- mica y cultura no le faltan. Huraño para la constancia, es distinguido poeta que incursiona con igual éxito el verso tradicional como el moderno. Sabemos que prepara una selección de su obra. Lágrima de carbón… bruja de afrecho… Rosa caída de un rosal maldito… Al verla en su telar, todo en acecho, los diablos vagabundos dan un grito.