VILLACIS MEYTHALER: Eduardo


Poeta de la promoción de Umbral. Nace en Quito en el año citado. Realizó estudios en la Universidad de México, graduándose de médico.
Buen poeta. De aquellos que suscitaron comentarios de los más valiosos. Lamentablemente alejado hoy de esta noble actividad del espíritu, se ha dedicado por completo a su profesión.
Rodrigo Pesantes Rodas en “La Nueva Literatura Ecuatoriana anota sobre este poeta:
“Realiza una temática de contraposición con su realidad social. Raro el que un hombre que no ha sentido mayores necesidades económicas, ni conocido pobreza ni el dolor y frío de las calles escribieron pensión sutil desgarradora sobre estos temas”.
En que la realidad de nuestro país es la misma. No es necesario tener una posición acomodada para cantar al hombre y sus problemas, no es necesario que el poeta nazca en el suburbio o en la miseria para abordar temas que, competen a todos, componentes de esta sociedad que, en la mayoría de veces, acribilla constantemente al hombre.
“Te cuento de mis sábados. / Yo tenía en el corazón muerta una casa / y arrugada la frente como el traje / con que transito todas las mañanas. Regresaba de clases y me he quedado / en el pequeño voceador de diarios / en su garganta / gastada de sucesos y de sed / en su inconsciente manera / de llevar bajo el brazo / doblada blancamente su desgracia”.( De “Memoria del Transeúnte”).
Hombre sensible, Poeta de imágenes directas que ve la ternura en el pequeño voceador de diarios, p. e., se identifica con él y amplía su pupila, labra el canto que busca conmover a fin de que no haya tanta desproporción, tanta lacería.
Desgraciadamente, Villacis Meythaler, para la Literatura de nuestro país no ha dado obra abundante. La mayor parte de su producción se halla inédita, sin importarle cenáculos ni agrupaciones. Tampoco es amigo de la publicidad, le huye. En 1953, con Alfonso Barrera Valverde, publicó “Latitud Unánime”.

Colabora con diarios y revistas del país y del extraner en forma muy esporádica Sobresalen sus versos limpios y brillantes, expresivos, que le ubican como buen poeta y sincero, lo que robustece su personalidad de literato que marcha de igual a igual con la de médico que también es sobresaliente.