THUR DE KOOS PAUL

INGENIERO.- Nació hacia 1864 en la parte antigua de Budapest, capital del reino de Hungría, que entonces formaba el imperio Austro – Húngaro. Su apellido significa “Torre de Besos”.
Muy joven entró a estudiar a un Gimnasium donde terminó la primaria y secundaria, después realizó la conscripción militar, allí se especializó en levantamientos de fortificaciones en las fronteras y al concluir su tiempo de servicio ingresó a la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de Budapest hasta obtener el grado de Ingeniero en la especialidad de electricidad, siendo su primer trabajo para esa Municipalidad.
Cumplidos sus compromisos en Hungría pasó a New Orleans como ayudante en las labores del dragado y la canalización del río Missisipi y de allí viajó a Nicaragua, contratado como Ingeniero agrimensor para la delimitación de las fronteras con los países vecinos, finalmente pasó a Panamá.
En 1898 vino al Ecuador con el Ing. Harcher Hartman a trabajar en las obras de localización y trazado de la línea del ferrocarril Guayaquil-Quito.
En 1901 se asoció en nuestro puerto con el Ing. Alfredo Maury en la “Junta Proveedora de Agua contra Incendios” para la provisión de dicho líquido, obra que se concluyó el 10 de enero de 1905 no sin grandes riesgos, pues hubo que traer una tubería especial desde el sitio “La Lolita” y pasarla por el lecho del Guayas, teniendo su anclaje en la Isla Santay. En una de esas inmersiones sirvió de buzo Thur de Koos, sufrió asfixia a consecuencia de la rotura de la manguera de paso del aire pero pudo ser sacado a flote, aunque casi asfixiado.
En 1903 contrajo matrimonio con Rosa Helena León Velasco, a quien había conocido en el Correo de Guayaquil, donde ella prestaba servicios. En 1905 presentó con el Ing. Alfredo Maury una propuesta para el mercado sur.
El edificio debía ser incombustible, de hierro y con capacidad para doscientos puestos de venta. Su monto fue de 185.000 sucres pero aunque la oferta de los Ings. Francisco Manríque Pacanis y Carlos Van Ischot fue de un valor superior, estos ganaron la licitación porque acompañaron los planos y cumplieron con el resto de las especificaciones, no así Thur de Koos y Maury, quienes según informe de la Comisión, no se habían ceñido estrictamente a las bases.
Posteriormente reparó con el Ing. Maury los aljibes de agua del cerro Santa Ana que amenazaban un próximo desquiciamiento a causa de los aluviones que habían socavado sus cimientos de mampostería y tuvo que traer de los Estados Unidos una gran máquina de vapor con rodillos y motor, destinada a triturar piedras, para la elaboración del concreto de los revestimientos de los muros de contención.
Con tal motivo salió publicado su retrato en el Diario “La Nación” de Guayaquil, edición No. 7.819 del 29 de agosto de 1905. De allí en adelante puso oficina en las calles Bolívar y Pedro Carbo, bajos de la casa de Alejo Madinyá Lascano y se dedicó al ramo de construcciones civiles ayudado por los Ings. Manuel Adrián Navarro Gardin y Alfredo Tinajero Albornoz.
Desde 1911 desempeñó la Gerencia del ferrocarril Guayaquil – Playas exitosamente. El 30 de Enero del 13 celebró un contrato con la municipalidad de Vinces para implantar la obra del servicio de grifos de agua contra incendio. El contrato estipuló un plazo de once meses desde la entrega del primer dividendo (8 de Junio del 15) En Septiembre se dio comienzo a la apertura de las zanjas y celebró un contrato adicional y reformatorio de la obra de los grifos con Enrique Gallardo Triviño y Víctor Emilio Estra Schiacaluga, a quienes Thur de Koos había traspasado sus derechos y obligaciones el 18 de Marzo. A mediados del 15 su vida torció rumbos porque viajó a Ambato a preparar una expedición a los Llanganates, para recobrar el tesoro perdido de Atahualpa que según se cree fue escondido en esa inhóspita región por Rumiñahui y dejando a su familia en casa de su amigo Alfonso Troya entró con numerosos guías y cargadores por la población de Píllaro y llegó hasta los valles de Soquillas y del Vanadio. Por esos valles siguió hasta descubrir un silencioso lago que hoy se denomina “Laguna de Thur de Koos o Poza de Rendón” por un colombiano que también la exploró después.
Allí realizó varias inmersiones al interior de la laguna y localizó cierta cantidad de oro con el cual regresó a Ambato “esqueletónico, con bichos y barbado” al punto que era difícil reconocerlo.
Después se ausentó a Europa y trabajó en el Archivo de Indias, donde provisto de fondos personales pudo pagar a diversos investigadores, encontrando el original del “Derrotero de Valverde” dibujado en papel de arroz en el siglo XVIII y que lleva a la localización del tesoro según lo afirma Luciano Andrade Marín en su obra “Llanganati, pero no pudo beneficiarse porque estando de regreso le acometió una severa neumonía y falleció en Lisboa, lejos de los suyos y sin haber podido llevar a cabo sus visionarios planes.
Su amigo Nowak, de la “Sociedad Germania” de Guayaquil, comunicó la triste noticia a la viuda e hijos, que aún pudieron disfrutar de una pequeña reserva de dinero que en previsión de cualquier accidente había dejado depositada en el Banco del Ecuador. Los actuales Thur de Koos de Guayaquil y Quito son nietos suyos.