Sucre, Antonio Jose


Libre ya da este cuidado pudo Sucre consagrarse a buscar los medios de formar un ejército bien respetable para emprender la campaña sobre Quito. Ya estaba visto, que la provincia de Guayaquil , haciendo los mayores sacrificios, apenas podía poner dos batallones sobre las armas, en los cuales el menos aguerrido debía quedar de guarnición en la plaza. El otro batallón recibió el nombre de Vengadores, estaba lista para salir la próxima campaña.
Por una vaguedad propia de los partidos exaltados, los colombianos que debían contar con él las nuevas operaciones militares, movieron cuantos resortes pudieron para seducirlo o incorporarlo a las banderas de Colombia. Al efecto se aprovecharon del resentimiento del segundo Jefe, el Cacique Alvarez, recientemente condenado por faltas ligeras en un Consejo de Guerra. Contaban también tres o cuatro oficiales que pertenecían al partido colombiano.
El 24 de diciembre, en la alta noche, sacaron el batallón del cuartel y se dirigieron a la sabana, donde prorrumpieron en vivas a Colombia. Luego destacaron una parte con el objeto de sorprender el cuartel de artillería, hecho lo cual satisfacía el porfiado anhelo de incorporar la provincia a la República de Colombia por medio de una traición y de una sublevación de pretorianos. Esta tercera tentativa encalló igualmente que las anteriores. El coronel Jimena Comandante General de la plazo tuvo sospechas de la trama que se urdía y había pasado la noche en la artillería, de manera que cuando llegaron los colombianos, con el pretexto de llevar refuerzos de orden del Comandante General, se les presentó este para desmentirlos y rechazarlos.
En Guayaquil, en 1821.
En todas estas conspiraciones, Sucre tenía una parte inmediata y eficaz, por lo mismo ha sido el alma de todas ellas. Se mostraba haciendo el papel de mediador en cuestiones que no pudieron suscitarse sino cumpliendo sus órdenes expresas, o al menos, sin que los conspiradores hubiesen contado con su aquiescencia. En la seducción del Batallón Vengadores, figuraron el Comandante Cuervo ( llamado el Tuerto) y el Capitán Moreano dirigidos por el Coronel Morales, quien había sido separado de la Comandancia General de la provincia, porque con su mala conducta se había hecho insoportable al Gobierno y al vecindario.
Calculando el tiempo y las distancias, Sucre salió de Machala el 20 de enero (de 1822). Se internó en la provincia de Loja, y efectivamente se reunió en Jirón con la División peruana mandada por el Coronel Santa Cruz. Las fuerzas reunidas no alcanzaban a dos mil hombres. El coronel Tolrrá que mandaba en Cuenca una división española de mil hombres aproximadamente, se puso en retirada sobre Quito, conforme a las órdenes del nuevo Virey de Santa Fé, Dn. Juan de la Cruz Morgeón, quien no podía penetrar a su Virreinato por los puertos del atlántico llegó a Panamá con el batallón Tiradore de Cádiz. Allí incorporó el batallón Cataluña, que estaba de guarnición en esa ciudad y con esta fecha fue a desembarcar en Esmeraldas, y de allí pasó a Quito donde había hecho su entrada desde el 24 de diciembre de 1821.
Sucre fue superior, por su habilidad, a todos los Generales de Colombia, y por sus prendas personales no tuvo, entre ellos, igual. Dio constantemente pruebas de integridad en el manejo de los negocios públicos. No brilló por extraordinarios talentos, pero nunca le faltó la rectitud de juicio que vale mucho más. No fue un héroe; pero si uno de los hombres que ha dejado una merecida celebridad.