SUCRE ALCALA : Antonio José de


allanar las diferencias surgidas con el de Colombia.
De Guayaquil se dirige a Quito, a unirse con su esposa, después de 66 meses
de ausencia..
En Quito, a donde llega el 30 de septiembre de 1828, permanece 11 meses. A fines de enero de 1829, la Nación le llama a la campaña de Tarqui.
El 10 de junio de 1829, le nace su única hija, a quien le da el nombre de Teresa, Producida la guerra con el Perú, señalando con un timbre de ingratitud
manifiesta, Sucre es nombrado Director Supremo de la Guerra, marchando en el acto a Cuenca.
Los invasores, al saber la llegada de Sucre, hacen alto en Saraguro. Sucre, con fuerzas inferiores, avanza sobre el ejército invasor.
El 28 de febrero de 1829, en Tarqui, al pie del Portete, proclama al Ejército.
EI triunfo más espléndido alcanza Sucre en aquellas legendarias jornadas en que 3.800 infantes y 600 jinetes derrotaron a 8,000 soldados del Ejército del Perú.
La campana dura 30 días y Sucre se retira a su hogar.
En 1830 los pueblos nombran a Sucre Diputado al Congreso Constituyente que debe reunirse en Bogotá. El 20 de enero de 1830 se instala el Congreso llamado ADMIRABLE y elige. Sucre Presidente, Cuando el Congreso tiene conocimiento.

de la revolución separatista de Venezuela, elige a Sucre para que en unión del obispo de Santa Marta vaya a Venezuela, en misión de Paz.
Las coherencias no tienen resultado favorable, y el Mariscal Sucre resuelve volver a Quito, abandonando para siempre la política y el Ejército. De Bogotá, por el camino de Popayán se dirige a Quito.
En la montañuela de Berruecos, a trece leguas, a1 Norte de la ciudad de Pasto, a dos y medio kilómetros de Venta Quemada, el 4 de junio de 1830, a las 8 a.m., fue muerto el Mariscal Sucre, a los 35 años de edad.
En la mañana del día 4 de junio, Sucre continuó su viaje: eran las ocho de la mañana; los viajeros comenzaban entrar en el sendero estrecho y difícil; caminaban despacio, unos en pos de otros los asesinos puestos en acecho, los estaban mirando, callados, por entre el tupido ramaje del bosque, y acomodan diligentemente sus fusiles, para dar en el blanco, que era el pecho del Mariscal de Ayacucho. cuando Sucre llegó a su alcance, disparó uno de ellos y, con su bala homicida, le traspasó el corazón: el punto dispararon también los otros tres, procurando acertar sus tiros a la cabeza y al cuerpo de su víctima, recelosos de que ésta no hubiese sido herida de muerte con el primer disparo ….. “!Ay! Balazo!! “…… exclamó Sucre, y, haciendo ademán de tocarse el pecho, soltó las riendas de su cabalgadura y cayó al suelo…… Al estallido de los tiros, la escasa comitiva se dispersó y se entregó a la fuga aceleradamente…. Un asistente, el señor Garcia, Diputado por Cuenca y un criado, ese era aquel día toda la comitiva del Gran Mariscal de Ayacucho.