(1824-1891)
Quiteño. Hombre de personalidad múltiple. Literato, orador, poeta, estadista, militar, legislador, jurisconsulto, pedagogo. Miembro de varias instituciones culturales, entre ellas: Sociedad de Ciencias de Londres, de Historia de Madrid, de Bellas Artes de Sevilla, el Ateneo de Lima, Academia Ecuatoriana correspondiente de la Real Española, Academia Nacional Científica y Literaria. Desde muy jóven ingresó a la carrera de las armas en donde se distinguió en varias acciones.
Poeta de calidad, de acento filosófico y romántico. Político vertical, de grandes ejecutorias. Diplomático. Viajó por varios países de Europa y América.
OBRAS: “Métodos de enseñanza primaria”, “Pronunciación del Castellano en el Ecuador”, “El Hombre de las Ruinas”, “Una excursión a Baños”, “García Moreno”, “Rasgos Descriptivos de algunas poblaciones y sitios del Ecuador”, “Sistema de Corrección Penal”, “Reglamento de la Penitenciaría”, “Instrucción de Tiro”, “Instrucción de Esgrima a la Bayoneta”, “Instrucción de Guerrilla”, “Código Militar”, “Tácticas de Artillería, Infantería y Caballería”, “Breves observaciones sobre ciertas palabras usadas en lenguaje militar”, “Prontuario Militar para uso de la Guardia Nacional”.
Su poesía ha sido divulgada en varias antologías. Especialmente cobran importancia sus poemas en prosa, siendo uno de los primeros en este arte. Falleció en Guayaquil el 21 de septiembre de 1891
En su caso: muy pocas veces se unen las cualidades del poeta con las predisposiciones del militar. Hombre de dualidad marcada: lo mismo debió darle pasarse horas de horas descubriendo las incógnias de los libros que estarse con el fusil al hombro, lanzarse al trote, al ejercicio físico para educar el cuerpo, que pensar, según se desprende la temática, de la proyección de su obra.