RUIZ DE ESTRADA BARTOLOME

PILOTO MAYOR DE LA MAR DEL SUR.- Nació hacia 1482 en la villa de Moguer, Provincia de Huelva, Andalucía, España. En 1511 fue reconocido como Piloto experto bajo las órdenes del Almirante Cristóbal Colón.
Se ignora la fecha en que pasó a América con su hijo Martín Yánez de Estrada y su hermano Bartolomé Díaz que le seguirán en todas sus empresas. Primero acompañó a Lorenzo de Aldana en sus viajes por las costas de Panamá.
En 1523 se asociaron en Panamá Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque para la conquista de los reinos situados al sur, emprendiendo la construcción de dos navíos. Terminados en Marzo del 25, Almagro y Ruiz se quedaron en Panamá, Pizarro con el Piloto Hernán Peñate y ciento catorce hombres navegaron por espacio de sesenta días por el actual litoral colombiano, soportando a los indios flecheros que desde los manglares les atacaban; los expedicionarios iban dejando señas para que las viera Almagro, que había ofrecido ayudarles.
Pizarro superó el puerto de Piñas y el puerto del Hambre, topó el río San Juan, y en un poblado encontró abundantes vituallas y como uno de los navíos necesitaba reparaciones, se dispuso el regreso a Panamá de una parte de los expedicionarios, pero cuando los indios notaron que los intrusos se habían dividido, volvieron al ataque matando a tres e hiriendo al propio Pizarro, que pudo salvarse a través de una zanja. El incendio del poblado hizo que los soldados divisaran el humo y regresaron justo a tiempo para auxiliar a los que estaban en graves aprietos. De allí siguieron a otro poblado donde volvió a quedarse Pizarro en espera de Almagro, que con su piloto Bartolomé Ruiz iba detrás y observaban las mismas tribus, y queriendo Almagro arrebatarles sus vistosas joyas de oro y plata con que se engalanaban, acercó demasiado la nave y recibió un flechazo que le dejó tuerto.
Derrotados y heridos los de Almagro, pasaron al río Melón y luego al San Juan en una travesía de varias semanas. De allí siguieron al Archipiélago de las perlas en el golfo de Panamá y encontraron un aviso puesto por Pizarro, que estaban esperándoles en Chicana, donde finalmente se pudieron encontrar.
Entonces Almagro siguió a Panamá a negociar con el Gobernador Pedrarias Dávila la cesión de sus derechos a la conquista del reino del Perú, que había otorgado graciosamente a su criado Lorenzo de Aldana. El precio se pactó en 4.000 pesos de oro que Pedrarias recibió de la sociedad, Almagro y Luque consiguieron que el Licenciado Gaspar de Espinosa pusiera el dinero necesario para adquirir dos nuevas naves y armas y con 170 españoles volvió Almagro al río San Juan, donde encontró a Pizarro y a su gente en estado calamitoso aunque con el ánimo optimista y resolvieron internarse por el río explorando esos alrededores. Finalmente Pizarro se quedó en la isla de la Gorgona en espera que Almagro reclutara más gente en Panamá y que Ruiz siguiera al sur en viaje de exploración.
Ruiz avistó en su nave a la Isla del Gallo frente a la actual Tumaco y la ahora costas ecuatorianas, visitó la punta de Manglares, el río Santiago, Pumá Lagartos, Punta de Ostiones, islas del Corcovado, el cabo de San Francisco así llamado en honor a Pizarro, el morro de Jama, la punta Pedernales o Palmar, el poblado de San Juan de Coaques donde halló a los indios Muisnes o Cojimíes que fueron tan amigables que pidieron que les dejara al soldado Bocanegra con ellos y de regreso le recogieron tan enjoyado y cubierto de Oro que era una maravilla. De Coaques partió hacia la línea equinoccial que cruzó sin problemas, pasó a la bahía de los indios Caráquez y a la de San Matheo, allí encontró a la población de Jocay, hoy Manta. Entonces enfiló hacia el adoratorio de la diosa Umiña en una isla que por la abundancia de plata llamó así y contando con abundantes joyas de ese metal, regresó, no sin antes encontrar una balsa grande que resultó ser de comerciantes indígenas de Salangone.
La balsa estaba construida de cañas como postes, ligados con sogas o cáñamos, tenía doble piso, el primero se mojaba y el segundo no. Llevaba veinte hombres a bordo, de los cuales once se tiraron al agua y lograron huir y nueve se quedaron y dieron mucha información valiosa pues como comerciantes que eran, conocían las costas hasta el norte del actual Perú. Ruiz se apropió del oro de ellos (varias coronas y diademas) cintas de tigrillo, sartas de cuentas, plata bruñida, mantas de lana y algodón, camisas, telas bordadas y numerosas esmeraldas, subiendo a bordo a tres de los indios más jóvenes.
Mientras tanto Almagro mantenía en Panamá a los hombres que había conducido desde Castilla el nuevo Gobernador Pedro de los Ríos, para atraerlos a la expedición. De los Ríos le prestó mucha ayuda y envió una nave al mando del Capitán Juan Tafur a recoger a Pizarro. En tanto, Ruiz, ya en Panamá, esparcía la noticia de que al sur se encontraban muchas riquezas, lo que confirmaba con los tres indios jóvenes que a todo asentían.
En abril de 1526, tras superar una tempestad y lluvias, salió nuevamente a la mar y arribó a la isla del Gallo cuando Pizarro y sus ochenta y cinco hombres se preparaban a abandonarla. Allí tuvo lugar la famosa escena. Pizarro trazó con su espada una raya en la arena, Ruiz fue el primero de los trece que la atravesaron, pero no se quedó con ellos pues tuvo que embarcar hacia Panamá, a recabar nuevos auxilios de los socios Almagro y Luque para proseguir la empresa y como demorara en volver. Pizarro envío un barquichuelo en su búsqueda.
Unidos avanzaron hacia el sur, ruta ya conocida por Ruiz y en Septiembre de 1527 arribaron a la Península de Santa Elena y poco después al golfo de Guayaquil y costas de Tumbes donde construyeron una fortaleza denominada Nueva Valencia. De allí en adelante, sabiendo Pizarro que estaba en el Perú y confirmando las noticias que había recibido de sus riquezas, decidió volver a Panamá.
En 1529 se ausentó a España a fin de contratar con la corona el derecho de conquista sobre tan amplia región del nuevo mundo, Ruiz pasó con Nicolás Rivera y dos buques al puerto de Posesión, a fin de preparar auxilios en Nicaragua y como Pedrarias se oponía en el fondo al proyecto de Pizarro, hizo instaurar un juicio para averiguar la forma en que se sacaba a los españoles, pero Ruiz regresó a Panamá con muchísimos de ellos, al punto que la otra nave del Capitán Juan Cabezas tuvo que dejar algunos, porque se encontraba sobrecargada y corría peligro de hundirse.
El 26 de Julio de 1529 Pizarro firmó en Toledo unas Capitulaciones con el Emperador Carlos V. En ellas consideró a Ruiz, le hizo nombrar Hidalgo y Caballero de la Espuela Dorada, Piloto de la Mar del Sur con setenta y cinco mil maravedies de salario por año y Regidor Perpetuo de Tumbes. Igualmente logró el título de Escribano de Tumbes para uno de sus hijos, pero dichas mercedes no le parecieron a Ruiz suficientes e intervino Almagro para tranquilizarle, sin que llegara a reconciliarse del todo con Pizarro. Por ello quedo en Panamá en 1530 con Almagro, esperando a la gente de Nicaragua, mientras Pizarro seguía la conquista del Perú.
Apresado el Inca Atahualpa en Cajamarca en 1532. Ruiz arribó en tres naves a las costas de Tumbes, pasó con su gente a Piura y Cajamarca y falleció súbitamente y de fiebres en esa ciudad en 1534. Tenía cincuenta años y estaba considerado el mayor práctico en navegación en estos mares.