Rodríguez Simón.

Es más que probable que un tercer personaje haya salido con las dos mujeres: )Manuela Sáenz y Jonatás) Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar. Cansado, en efecto, de viajar por Europa ha vuelto a América y se encuentra en Bogotá. El Libertador lo ha llamado con insistencia, y seguramente viajó hasta Lima con la división Valero, de mil quinientos hombres, y el general Bartolomé Salom, trasladados desde Guayaquil para apresurar la rendición de El Callao, aún rebelde por la terquedad del español general Rodil.

Simon Rodríguez caraqueño como su discípulo, es un hombre originalísimo. Tomó entre sus manos el espíritu de Bolívar y lo amoldó en las teorías rousseaunianas. Después, por todo el resto de su vida, siguió buscando Bolívares, pero no los encontró en ninguna parte. Tiene ahora cincuenta y cinco años. Viaja con el propósito de encontrar en la nueva república el ambiente en que ha soñado para realizar plenamente sus teorías pedagógicas.

La respuesta de Manuela a esta carta fue el viaje inmediato hacia Lima, con su madre, pero sin el maestro Simón Rodríguez, encargado ya por entero de la educación pública, como su jefe, en toda Bolivia, y dispuesto a desnudarse todos los días ante sus alumnos para enseñarles anatomía. Con doscientos mil pesos, apenas podía dar educación adecuada, según su pensamiento a dos docenas de mucha-