Rodríguez Lara Guillermo.

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la formación de nuevos cuadros de dirigentes y la eliminación de falsos y caducos valores que perjudican la estructuración del nuevo orden”.

No hubo señalamiento de plazo para la entrega del poder, porque los planificadores consideraban que el cambio de estructuras y el desarrollo en todos los campos de la actividad ecuatoriana requerían de un plazo mínimo de quince años. Por eso se hablaba de quinquenios.

USURPACION MILITAR

Desde Buenos Aires el doctor José María Velasco Ibarra refutó las primeras declaraciones y las medidas de fuerza del Gobierno Nacionalista Revolucionario. El 28 de abril de 1972, dijo: “Con traición verdaderamente felona, después del homenaje que recibí el 2 de febrero en Salinas, con audacia sin límites, se consumó la usurpación militar destruyendo todo un proceso electoral. Los golpistas alegan el asunto Bucaram, pero olvidan que diez días antes les propuse yo resolver el caso Bucaram imitando una disposición constitucional de México y permitiendo que el país retorne a la normalidad constitucional. Los golpistas se constituyeron entonces en defensores del pueblo bucaramista. No querían enfrentamientos.

“Yo acepté y proclamé que garantizaría la más absoluta, leal y efectiva libertad electoral. A poco barrían con el pueblo ecuatoriano. Hoy la más brutal dictadura. Ex ministros presos sin poder defenderse por obra de venganzas personales. Los famosos contrabandistas de siempre convertidos en apóstoles contra el contrabando. “He aquí el cuadro. Pero existe el pueblo de Guayaquil y espero que los tiranos sean socavados”.

En octubre del mismo año afirmaba: “En el Ecuador hoy se vive la etapa por la que atravesó Venezuela bajo el régimen de Gómez. Honor, vida, hacienda, a disposición de los gobernadores militares y por tiempo indefinido. Y hay quienes hablan respetuosamente del señor Presidente y de la Primera Dama”.

TRIBUNALES ESPECIALES

A pretexto de moralización administrativa, para cohonestar el atropello, la dictadura creó los tribunales especiales destinados a aplicar severas sanciones contra los violadores de la honradez “que no podía considerarse una virtud sino una obligación elemental”, según el bendito Plan de Acción. Así fueron detenidos notables hombres públicos cuyo cautiverio injusto y prolongado fue afrenta de la tiranía implantada. Cuando un tribunal especial intentó llamar a la esposa del doctor Velasco Ibarra para que informe en un proceso indagatorio, manifestó: “Si alguien del Gobierno se atreve a hacer una acusación concreta económica contra el honor mío o el de mi señora, iremos irremisiblemente. Pero jamás aceptaré que, porque cuatro esbirros que forman parte de un miserable tribunal especial quieren llamar a mi señora para que informe, debamos movernos hacia el Ecuador. Sería absurdo. Los tribunales especiales para mí son nada. Son los tiranos de los ciudadanos a los que tienen bajo sus garras”.

POLITICA DE TRASTIENDA

El “Presidente” Rodríguez Lara que seguía al pie de la letra el consejo del antiguo militante socialista Luis Maldonado Tamayo, amplió su equipo de asesores con los dirigentes del comunismo Pedro Saad y René Maugé para quienes hizo acondicionar una oficina en el Palacio; contaba además con el dictamen de un prominente liberal ex encargado del poder.

Así en un ambiente cargado de intrigas se producían continuos cambios, bajas, cancelaciones y descabezamientos de la cúpula militar. El general Luis Jácome Chávez, más antiguo y de mayor prestigio que Rodríguez Lara, fue designado Embajador en España, porque su presencia significaba un peligro para la dictadura en vista de su apego a la sublevación, como lo había demostrado en el gobierno velasquista.

MINISTROS DEFENESTRADOS

Fueron efímeros los ministros de Gobierno y de la Producción Contralmirante Gotardo Valdivieso Tobar y coronel Rodolfo Proaño Tafur, los mismos que al ser cancelados reaccionaron contra Rodríguez Lara, señalando sus errores. Más, sobrevino la retaliación con atropellos y persecuciones. El Ministro de Defensa general (r) Víctor Aulestia, cayó envuelto en la trama del celo político, pues apenas llegó a oídos del Jefe Supremo que iba a derrocarlo, provocó una crisis de gabinete y se deshizo solamente de él aceptándole la renuncia.

TIENE QUE SER CASTIGADO

A principios de 1973 Velasco Ibarra escribía:

“Están ya libres algunos hombres que sirvieron a la patria. Pero es menester ilustrar a ciertos grupos populares respecto a la urgencia de que un crímen como el que se ha cometido sea debidamente castigado. Rodríguez Lara tiene que ser ejemplarmente castigado por sus actos dignos de Belzú o Melgarejo en Bolivia, o Juan Vicente Gómez en Venezuela: poner presos a hombres de alto relieve, calumniarlos, dejarlos incomunicados, sin juicio, sin defensa; disolver los tribunales especiales ante el temor de que absuelvan a los supuestos criminales. Dictar leyes penales, leyes especiales criminales, que atentan contra todos los derechos humanos. Todo esto no puede, no debe quedar impune. Ha salido Aulestia, ese traidor bárbaro, pero quedan Rodríguez Lara y quedan los demás”:

GRANDES NEGOCIADOS

Desaparecidos los tribunales especiales, para no mentar la soga en casa del ahorcado, nadie hablaba de moralización administrativa, pues si el Gobierno militar emprendió en la provisión de viviendas para los grupos mayoritarios de la población, mediante tesonera labor del Banco Ecuatoriano de la Vivienda, tabién se perjudicó al país en gran escala con los negociados en dicha institución del hierro, del cemento y de materiales adquiridos en Colombia. La voluminosa importación de fertilizantes por parte del Banco Nacional de Fomento, dejó una secuela interminable de perjuicios millonarios.