Robles Diego de

El 27 de junio de 1586, la Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción establecida en la iglesia de San Francisco, en Quito, comprometió a Robles a la escultura de “una imagen de Nuestra Señora de la Concepción, las manos puestas”. El escultor imaginero declaró en su testamento que pertenecía a la Cofradía de la Concepción de la iglesia mayor. Para formalizar el culto de Nuestra Señora de Guadalupe, los Cofrades aprovecharon de la presencia de Diego de Robles, escultor imaginero que no hacía mucho había llegado a Quito. En el Archivo de Indias, consta en el registro de pasajeros el siguiente dato: “En San Lorenzo el Real a 12 de Junio de 1584 se despachó cédula de su Majestad en que se da licencia a Diego de Robles escultor vecino de Madrid para que pueda llevar a la provincia de Quito dos espadas, dos dagas y un arcabuz”. Por lo visto el escultor debió llegar a Quito a fines de 1584. La primera obra que realizó fue la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe para la Cofradía. De acuerdo con la costumbre prevaleciente en Sevilla y Valladolid, Robles labró la imagen y la encarnó y policromó el pintor Luis de Ribera, a cargo de Cristóbal López, mayordomo de la Cofradía.