Ríos Julio.

En 1865, con Carrión, los desterrados no obtenían piedad todavía, sólo de uno en uno, y eso solamente algunos, a medida que el Sr. Carrión iba perdiendo el miedo a García Moreno. Las Costas de Perú, de Centroamérica, de Colombia en el Pacífico, rebozaban de emigrados: entre ellos había hombres notables: Pedro Moncayo, Pedro Carbo, Manuel Gómez de la Torre, Miguel Riofrío, Antonio Yerovi, Carlos Auz, José Gabriel Moncayo, el Obispo Tola, etc. Los generales Urbina, Franco, Robles, Ríos, Wright y muchos Coroneles y otros militares de grado inferior. Como Carrión y Manuel Bustamante aparecían liberales, y en su pasado no tenían mancilla, D. Pedro Moncayo escribió desde el destierro al segundo, interesándose para que se decretase anmistía.