Ribera Basilio.

Sacerdote agustino en Quito, había viajado a Roma a raíz de su priorato que concluyó en 1648.- Con previsión al adorno furuto de su convento trajo consigo la Iconografía de San Agustín de Schelte de Bolswert, editada en París por A. Ban, bajo el cuidado de Agustino Eugenio Warnelli, el año de 1624. Hacia 1656 el Convento estaba concluído en la Arquitectura de sus claustros. Desde el centro ocupado por la Pila lapídea, podía observarse el cuadro de las dos galerías, que remataban en sus esquinas con robustos machones para resistir el empuje de los arcos. En el tramo inferior, diez arcos de medio punto sobre columnas toscanas cerraban los lados del cuadrado. En el cuerpo superior, las cejas de los arcos se moldeaban para descansar sobre un par de columnas sobrepuestas a cada una del claustro bajo, insinuando una reminiscencia de arquitectura mudéjar. Bajo la dirección y vigilancia del Padre Ribera el Convento se convirtió en taller desde 1655 en adelante. Tallistas y pintores estaban empeñados en decorar el claustro bajo, según un plano trazado de antemano. A cargo de los primeros estaba el revestimiento de la techumbrede un artesonado a base de las figuras romboidales de una piña al centro y la talla de molduras que debían enmarcar los cuadros con estípes salientes a cada lado. A los pintores se le impuso la tarea de componer lienzos uniformes, los episodios de la vida de San Agustín. De acuerdo con las medidas totales del espacio disposnible, el número de lienzos debía constar de 64, cada uno de ellos de 3,10 por 2,70 con algunas ligeras variantes. La fachada de la Iglesia de San Agustín de Quito, se llevó a cabo entre los años 1659 y 1669, bajo el impulso del Padre Basilio de Ribera.