RENELLA BARBATO COSME

PRECURSOR DE LA AVIACION.- Nació en el pueblito de Secondigliano, provincia de Nápoles, Italia, el 15 de Febrero de 1890, fue bautizado con el nombre de Cósimo y de un año de edad vino a Guayaquil con sus padres legítimos Salvatore Renella Andretta y Enriqueta Barbatto, llamados por Antonio Renella Andretta, propietario de un negocio de importaciones y ventas al por mayor.
Poco después nacieron en Guayaquil sus hermanas Fortuna y Josefina. Posteriormente sacó una documentación donde apareció como nacido en Guayaquil, el asunto no tiene importancia ni quita mérito alguno a su brillantísima hoja de servicio durante la Primera Guerra Mundial y luego en los comienzos de la aviación ecuatoriana, de manera que puede ser considerado con toda justicia como héroe de dos naciones.
Realizó los estudios primarios en el Colegio Mercantil del profesor Marco A. Reinoso, después ingresó al Colegio Vicente Rocafuerte para continuar la secundaria. En 1910 durante la movilización nacional decretada contra el Perú integró el batallón de voluntarios de infantería Patria No. 1 como Subteniente de Reserva. Viajó a la frontera sur con sus compañeros de estudios y allí permanecieron algunas semanas haciendo vida de cuartel hasta que finalmente fueron licenciados y regresaron a Guayaquil, quizá por eso no se graduó de Bachiller. Mientras tanto ayudaba a su padre en el negocio familiar.
Era un simpático muchacho de ojos vivaces, conversación alegre, lleno de entusiasmo y con muchas esperanzas, regular estatura, gran deportista, hacía ejercicios gimnásticos por disciplina y era aficionadísimo a la cacería. Ese año 10, integrando el equipo de futbol de la Asociación de Empleados quedó campeón en Guayaquil. A finales de ese año estuvo entre los más entusiastas fundadores del Club Guayas de Tiro y Aviación a fin de construir un polígono para ejercicios de tiro al blanco realizar estudios de la aviación en sus distintas fases y cuyo primer presidente fue Alberto Aragón Martínez, siendo el principal objetivo adiestrar a la juventud para la defensa nacional pues se acababa de superar la movilización armada del año anterior.
En Noviembre arribaron por barco a Guayaquil dos avioncitos pertenecientes a los pilotos chilenos José Figueroa Alcorta y Eduardo Molina Lawin, trayendo un aparato Farman dotado de un motor Gnomo de 50 caballos de fuerza y realizaron tres vuelos en los terrenos del Jockey Club. En dos de ellos llevaron pasajeros: el Mayor Julio Jáuregui y Leonardo Sotomayor Luna y Orejuela. Con éste último el avioncito despegó sin problemas pero al tomar altura su tren de aterrizaje rozó la red telefónica y el aparato se precipitó al suelo, sufriendo algunos daños menores aunque sin consecuencias trágicas que lamentar. Esta visita sirvió para que los guayaquileños trataran de adquirir un avión pues se conoció que el Perú había becado al exterior a varios jóvenes a que aprendieran los secretos de la aviación con fines bélicos, y para no quedarnos atrás formamos el Comité Pro Aviación.
Renella fue seleccionado entre otros candidatos, considerando su carácter, juventud, conocimiento del idioma italiano y buenas disposiciones físicas, para conseguir el brevet de piloto. El viaje fue posible merced a una suscripción popular de diez centavos por cada artística postal que se repartía entre el público; los miembros de la Sociedad de beneficencia italiana Garibaldi también ayudaron con lo suyo.
El miércoles 11 de Octubre de 1911 se jugó en la cancha del antiguo hipódromo el partido final de la serie de futbol entre los equipos de la Asociación de Empleados y el Guayaquil, triunfando éste último por 4 goles a 3. Renella jugó por la Asociación de Empleados.
A principios de 1912 ya estaba en Italia. En Mayo ingresó a la escuela de aeronáutica Chiribiri y Cia que funcionaba en el aeródromo de hierba de Montefiori cerca de Turín donde siguió varios cursos, en Julio rindió los exámenes para optar el título de Piloto. El día 28 Agosto recibió el diploma como Piloto aviador del Aero Club de Italia y continuó como Piloto maestro de la Escuela de Aviación de los señores Novaro Valgori de Turín.
En Octubre se pasaron en el teatro Edén de Guayaquil algunas vistas cinematográficas de sus vuelos y en Italia realizó un raid de competencia entre Bolonia y Turín con otros veinte aparatos modelos Newport continuó su entrenamiento en Francia con el famoso aviador y constructor Louis Blériot de la Escuela Superior de Aeronáutica de Pau y participó en Pisa en una demostración aérea patrocinada por la empresa Novaro y Valgori donde obtuvo una copa de plata.
El 15 de Diciembre de 1912 cruzó el istmo de Panamá volando un Newport, desde Colón hasta Panamá. Nuevamente en Italia logró la licencia de piloto militar No. 166 el 28 de Julio de 1913 en Mirafiori bajo la dirección del Instructor Luís Blériot.
El Club Guayas de tiro y aviación y la Sociedad de Asistencia Mutua italiana Garibaldi volvieron a levantar fondos en Mayo para que adquiera un avión en Francia, el Cónsul ecuatoriano ya había negociado en Turín la adquisición de un avión usado cuando la directiva del Club Guayas aspiraban a uno nuevo. El 29 de Septiembre arribó a Guayaquil a bordo del vapor inglés “Ecuador” con los mecánicos Fernando Cueva (quiteño) Guillermo Maldonado (guayaquileño) y José Eichoizer (chileno) Trajo un monoplano tipo Dalmistro de doble comando y un motor de cincuenta caballos que fue bautizado con el nombre de “Patria I”. El domingo 8 de Octubre a las tres de la tarde realizó un histórico vuelo de prueba en los terrenos del Jockey Club apadrinado por el Presidente Leonidas Plaza Gutiérrez y su esposa Avelina Lasso Ascázubi, representados por el Gobernador del Guayas Carlos Gómez Rendón. Primero fue la bendición del aparato por el Obispo de la Diócesis, Juan Maria Riera Moscoso, ante la expectación nerviosa de una enorme multitud, luego el mecánico dio marcha a la hélice mientras Renella se subía al aparato. La avioneta decoló y se elevó a una altura de trescientos metros. La banda de música del batallón Guayas ejecutaba aires marciales y tras realizar el primer vuelo a media altura aterrizó sin novedad.
En este viaje le acompañó el periodista José Santiago Castillo que tomó la primera fotografía aérea en el país. El Club Guayas de tiro y aviación recibió formalmente el aparato, pero en el segundo vuelo cuando Renella volaba a ciento ochenta metros de altura sufrió un percance, ocasionado por la paralización de la hélice a causa de la mala gasolina empleada que afectó el interior del motor y solamente porque no soplaba viento pudo planear y hacer un aterrizaje forzoso en los terrenos aledaños de la hacienda La Saiba, que eran pantanosos, sufriendo algunas contusiones sin mayor importancia pero el aparato casi se destrozó. Fue una gran decepción para todos, aparte que Renella tuvo problemas con el mecánico Eicholzer que deseaba participar en las ganancias y que éste había donado generosamente al Club Guayas que entonces presidía Alberto Aragón Martínez, para ser destinado a la fundación de una Escuela de Aviación Militar.
Dos días después participó en unas competencias de atletismo y el domingo 18 de Octubre se volvió a presentar en el Jockey Club a las dos de la tarde. En el primer vuelo ascendió a bastante altura con un éxito extraordinario, pero al tratar de aterrizar la muchedumbre compacta no le dejó y tuvo que realizar un ascenso demasiado difícil y cuando volvió a intentar otro aterrizaje una señora con un niño en brazos se le puso por delante y debió efectuar un planeo bajo y estrellar el aparato, que quedó con el motor inutilizado, la hélice destrozada y el resto de las piezas en mal estado.
Tras esta desgracia con suerte algunas personas intercedieron a favor de Renella para que el Club no le cobre los daños, es decir, el valor del aparato, finalmente se llegó a un acuerdo económico debido al aporte generoso de varios particulares y Renella se ausentó a Centroamérica primero y luego a Panamá donde vivió algunos meses, finalmente se dirigió al Callao, donde no pasó desapercibido y la prensa limeña le dedicó varias planas.
Al iniciarse la Primera Guerra Mundial en 1914 Italia declaró su neutralidad pero generalizado el conflicto al año siguiente, tomó parte por el lado de las fuerzas aliadas contra los Imperios Centrales de Alemania y Austria-Hungría. Entonces Renella decidió incorporarse a la aviación de su Patria y con tal motivo el 4 de Julio de 1916 se embarcó rumbo a Valparaíso y tras corta estadía siguió a Buenos Aires vía los Andes y de allí partió a Nápoles y se hospedó en la villa Maisto Cappo Posillito propiedad de sus tíos pero no le reconocieron sus títulos y debió seguir un Curso de adiestramiento de corta duración en Francia, nación aliada con Italia en el conflicto.
Enseguida fue admitido en una de las Escuelas Militares de Aviación situadas en el campo Busto Aritzio cerca de Pisa permaneciendo tres meses dedicado a prácticas de vuelos de reconocimiento, tras lo cual le integraron al Corpo Aeronautico Militare como miembro de la Escuadrilla No. 36.
Con el nombre de Cósimo Renella alcanzó la licencia de Piloto Militar No. 166 de sus instructores Maurizio Ramassotto y Guido Paolucci, de suerte que pasó a la Escuadrilla No. 78 comandada por el Capitán Domecio Bolognesi y obtuvo su primera victoria aérea el 24 de Septiembre de 1917 en Zagorje, Croacia, piloteando un avión Hanriot-Macchi HD1 de fabricación francesa y derribando al piloto austriaco Karl Kotzian.
Después participó en dieciocho raids pero solo le fueron confirmadas siete victorias y un derribo a medias con su compañero el Capitán Antonio Riva. Por todo ello fue designado As de la aviación. También realizó doscientos vuelos de reconocimiento y bombardeo y cobró fama porque acostumbraba atacar a adversarios superiores en número de aviones y luego de un rápido raid retornaba y solía contraatacar audazmente embistiendo al enemigo por la espalda. Recibió una Medalla de Oro, dos de Plata y cuatro de Bronce de la Aviación Italiana así como otras condecoraciones y logró alcanzar la décima colocación como As de Ases de Italia.
Ese mismo año Miguel Valverde Letamendi, Cónsul General del Ecuador en Roma, se entrevistó con algunos de los principales ases de la aviación italiana, entre ellos con Renella, quien le recomendó a su paisano el joven Elia Liut, propietario de un monoplano que había combatido en la Gran Guerra contra los aviones Austro – húngaros y lo adquirió para José Abel Castillo, quien deseaba enviar diariamente su periódico a Quito. El avión fue bautizado con el nombre de Telégrafo I y era un biplano de combate marca Macchi – Hanriot HD1 con motor de ochenta caballos de fuerza, fuselaje envuelto en lona y la bandera italiana pintada en los dos extremos de las hélices, que funcionó en el Ecuador con gasolina que importaba en latas desde Talara la compañía West Indies Co. WICO.
Liut llegó el avión y tras hospedarse con sus paisanos los sacerdotes italianos del colegio Cristobal Cólon partió de Guayaquil el 4 de Noviembre de 1920 y tras cruzar los Andes en el avión que había sido bautizado como el Telégrafo I arribó a Cuenca casi al mediodía. Su recepción fue de héroe. Remigio Crespo Toral dijo que era como un milagro puesto que a Cuenca solo le quedaban los caminos del cielo, refiriendo el estado de aislamiento en que se encontraba el austro. Los poetas cantaron a Liut y las bellas lo admiraron, convirtiendo el vuelo en una de las mayores noticias nacionales de todos los tiempos Al fin se había podido vencer el insalvable obstáculo que representaban los macizos montañosos de la Cordillera con sus altas e imponentes moles. Posteriormente realizó otros vuelos y su figura se volvió casi legendaria pues era la representación viva de la juventud en triunfo. En 1921 José Abel Castillo donó la pequeña aeronave a la recién fundada Escuela Cóndor, que acababa de ser instalada en terrenos de la hacienda El Recreo, cerca de la población de Durán.
En 1924 Renella estaba nuevamente en el Ecuador con el grado de Teniente Coronel del Ejército ecuatoriano, trabajó de Director instructor de la Escuela de Aviación Cóndor en Duran pues era amigo personal del recién posesionado Presidente Gonzalo S. Córdova, con quien había amistado durante su estadía en Europa.
El 19 de Noviembre de 1924 llegó a conocimiento de los habitantes de Loja que el día anterior Renella había realizado en El Telégrafo I un aterrizaje de emergencia en la hacienda la Tina, cercana a Tumbes, jurisdicción del Departamento de Piura, Perú y que al superarse el incidente fue auxiliado por sus propietarios, quienes le subministraron el combustible para que pudiera continuar hacia Macará en territorio ecuatoriano.
Como estaba dispuesto por el gobierno la escala en Loja, a partir del día 2 de Diciembre se realizó una minga para la construcción de una pista de hierba en la explanada de la hacienda Arcadia (hoy parque Jipiro) a tres kilómetros al norte de la ciudad y era de admirar que hasta los niños prestaban su contingente en estas labores pues querían presenciar el aterrizaje de un avión. El 4 de Diciembre se anunció con altoparlantes que el Telégrafo I arribaría a Loja al día siguiente. En el improvisado campo de aviación estaba colocado un inmenso recuadro de piedras de cal para facilitar la visibilidad del piloto. Al amanecer del 5 la población se encaminó a la Arcadia para tomar ubicación pues se trataba de un espectáculo antes nunca observado. Todos vestían de etiqueta ya que era algo solemne lo que se iba a contemplar. Unos se colocaron en la llanura a prudente distancia pero la mayoría prefirió el sector de Samana que permitía una vista panorámica extraordinaria.
Era tiempo de heladas y el cielo estaba para volar porque no había una sola nube que empañara la inmensidad azul del firmamento. A las siete horas se divisó un punto negro en el horizonte, hacia el sur, por el nudo de Cajanuma. Pronto esa diminuta señal fue creciendo y el Telégrafo I devino visible y audible en el cielo de Loja.
Por primera ocasión en la historia provincial un avión surcaba el espacio y lanzó una lluvia de hojas impresas conteniendo un mensaje de fe y esperanza a un pueblo que desde hacía trescientos setenta y cinco años estaba acostumbrado a vivir en soledad.
Finalmente aterrizó el Telégrafo I y el Capitán Renella de pie sobre el avión saludó al pueblo, luego saltó a tierra, aún era joven – solo tenía treinta y cinco años y gozaba de una personalidad con excepcional carisma – además, un aviador en las calles de la Loja era una especie de ángel extraviado y objeto por ello de justificable admiración. Todos querían estrechar su mano o cuando menos tocarlo y como era fuerte, atlético y carismático, pronto las damas se disputaban el honor de saludarle.
En Loja permaneció cinco días recibiendo atenciones y honores excepcionales. Por las tardes realizaba vuelos acrobáticos que conmovían a la tranquila población. Fue condecorado por la Municipalidad, hubo solemnes recepciones y el día 26 partió rumbo a Cuenca pero al aterrizar en terrenos de la hacienda Jericó una ráfaga de viento hizo voltear al aparato y se le destrozaron las alas y como la gente de entonces era ignorante y fanática no faltaron quienes opinaron que eso había ocurrido y hasta estaba bien, porque el volar por los cielos escapaba de la condición humana y solo podía ser potestad divina.
Los restos del biplano fueron transportados a lomo de mula hasta Huigra y embarcado en el ferrocarril arribaron finalmente a Durán donde le repararon en forma total, pero como estaba muy anticuado fue dado de baja y llevado a una de las bodegas del Parque Militar de Quito. Hoy se exhibe en el Museo Aeronáutico de la Fuerza Aérea Ecuatoriana.
Tras la revolución Juliana en 1925 fue reemplazado en la dirección de la Escuela Cóndor por el Capitán Pedro Pablo Traversari Infante que era su amigo y camarada. El 26 piloteó un avión SVA entre Quito y Latacunga. El 27 de Diciembre efectuó un raid desde Durán, donde seguía funcionando la Escuela de Aviación Cóndor hasta Salinas. Piloteó un avión en compañía de César Borja, salieron a las nueve de la mañana y arribaron cinco para las diez. A las onces retornaron a El Cóndor empleando un tiempo similar.
En abril del 26 la Escuela de Aviación fue suspendida por el gobierno y Renella viajó a Venezuela y realizó en Caracas una primera demostración en el hipódromo El Paraíso. El 28 arribó a Maracay invitado por uno de los hijos del dictador Juan Vicente Gómez a la residencia presidencial y el 1 de Marzo se presentó en San Juan de los Morros, encontrandole en los baños termales.
El día 6 volvió a Caracas. En San Juan de los Morros fue huésped de honor del General Gómez, frecuentemente se les veía conversando. Renella le comentó el decisivo papel de la aviación durante la Gran Guerra y la necesidad de fundar la Escuela de Aviación Militar de ese país. Gómez le tomó tanto aprecio que creó la mencionada Escuela y le envió a Europa a actualizar conocimientos.
Con el Director de la revista “El Ecuador Comercial” que editaba en Quito desde el 23 Teófilo Vivar Cueva, realizó un estudio referente a la instalación y organización de un servicio de hidro aviones comercial – postal y de pasajeros en el Ecuador, siendo su principal beneficiado el comercio. Al año siguiente la empresa de aviación colombiana Scadta de propiedad de alemanes, firmó contrato con el gobierno ecuatoriano para establecer un servicio aéreo quincenal con hidroaviones, en las rutas Guayaquil, Manta, Bahía de Cráquez, Esmeraldas, Tumaco, Buenaventura, Cartagena y Barranquilla, pues era necesario ir caleteando para hcer las coneciones con las principales ciudades de los Estados Unidos. El 29 el contrato fue con la Pan American World Airways W. R. Grace y su empresa Panagra.
El 23 de Agosto de 1929 acompañó en calidad de copiloto al aviador norteamericano Harold Harris, recién llegado al campo de aviación Cóndor en Durán, procedente de Lima y Talara, a fin de realizar un raid a Quito y firmar un convenio de vuelos con la empresa Pan American Grace Arways Inc. La travesía se realizó sin complicaciones mayores y finalmente aterrizaron en la capital, sobrevolándola en dos ocasiones, lo cual sirvió para despertar la euforia de los habitantes. Fueron recibidos por el Presidente Isidro Ayora en Palacio, quien condecoró a Harris. El día 29 retornaron a Durán tras superar el mal tiempo inicial lograron coronar las cimas de la cordillera occidental a cinco mil quinientos metros de altura, imponiendo un tiempo record de dos horas ocho minutos.
Poco después Renella viajó al Perú porque siempre fue un caballero trashumante, casi enseguida siguió a México y laboró en la Escuela de Aviación de ese país.
El jueves 2 de Enero de 1930 se realizó en dos aviones Travel – Aiz de doble comando, el primer vuelo militar Guayaquil – Quito. En el primer avión se embarcaron los pilotos Luís Mantilla y Jacinto Vélez y en el segundo Renella y César Borja. Se llevó una valija postal y los periódicos de Guayaquil y se empleó dos horas y cuarenta y tres minutos. Los aparatos habían sido preparados por los mecánicos italianos Bruno Ceccoville y Angelo Ricci. Al arribar al campo de aviación de Iñaquito se realizaron varias evoluciones.
En la década de los años 30 fue Piloto Militar Instructor y Piloto Comercial a cargo de la valija Postal. El 22 de Julio de 1932, piloteando el avión Ecuador, inició un vuelo de circunvalación a la República, partiendo desde Latacunga, por la vía Cuenca, Loja, Guayaquil, Salinas, Manta, Quito, el retorno fue en sentido inverso manejando el piloto César Monge. El 19 de Agosto el avión Ecuador se cayó cerca de Calceta, provincia de Manabí, muriendo el piloto y dos acompañantes. El 8 de Julio del 34 se cumplieron los primeros vuelos directos Quito, Cuenca, Quito con dos naves piloteadas por Luís Mantilla y Cosme Renella que circunvalaron sobre las ciudades antes del aterrizaje.
El 30 de Junio del 36 con el grado de Mayor de Aviación, viajó a Dayton, Ohio, a una reunión de ases de la Primera Guerra Mundial. Allí se familiarizó con el manejo de aviones modernos que pronto podrían ser utilizados por el ejército ecuatoriano.
Meses más tarde estaba nuevamente en el Ecuador considerado el decano de los pilotos del país y el 25 de Diciembre fue ascendido al rango de Teniente Coronel de Aviación. Hacía tres años que se había construido un campo de aviación con pista de cemento en parte de los terrenos de la hacienda Atarazana situados al norte de Guayaquil, gracias al aporte de la compañía Panagra y de la Junta de Beneficencia.
Establecido en Quito, en soltería y siempre admirado por las damas pues tuvo muchas a través de su vida, al poco tiempo en Febrero del 37 sufrió un agudo ataque de apendicitis, fue operado en el Hospital Militar pero le sobrevino una complicación pulmonar y tras varias semanas de gravedad murió el 3 de Mayo de cuarenta y seis años de edad.
Los funerales fueron suntuosos, como correspondían a su altísima condición de Héroe Nacional. Su hijo el Teniente Ernesto Renella viajó desde Guayaquil para presidir el duelo. Concurrieron varios Ministros de Estado, altas autoridades militares y numerosas personas. El Teniente de Aviación Marco Aguirre sobrevoló la ciudad de Quito en un avión Curtis 53 y a pesar que llovía incesantemente realizó magníficas evoluciones en honor al ilustre fallecido. Los vuelos causaron alarma en la población pues en sus evoluciones pasaba rozando las torres de las más altas iglesias.
Sus restos fueron llevados al mausoleo de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en el cementerio del Batan en Quito, en una mañana triste. Italia su Patria por nacimiento y Ecuador su segunda Patria por adopción le tienen como a Héroe.
Cósimo Renella consta en el primer volumen del “Albo D´Oro” de la Aeronáutica italiana, publicado en Roma por la Proveeduría General del Estado en 1928 en vida de Renella, y la Escuela de Aviación del Ecuador que ayudó a fundar y dirigió por varios meses lleva su ilustre nombre.