(1923)
Escritor guayaquileño perteneciente a un hogar donde se rendía culto a los valores del espíritu. La actividad definidora de su trabajo literario es la poesía, poesía de prenetración, evocativa, sensorial, de tristeza y derrumbes.
A los 24 años de edad publicó su primer poemario: “Canción de la perfecta estancia”, 1947. Luego de 22 años de esto surgirá “Derrumbe”, al año siguiente “Con la piel fuera”, en 1974 “Por las paredes del embudo” y en 1976 “El osario perdido y otros poemas”. Connatural, espontáneo, sincero, vivencial, es el poema de este creador que se motiva por el acontecer personal o por el vaivén del mundo.
Más quién sonó los bronces en el tímpano,
y quién la furia y los ojos del invierno, quién
por retorcerse los dedos en Padre Nuestro
saca su infierno del propio cuerpo.
Pantalón de siete leguas aquí,
que nace y muere
la profunda y simple existencia del viento.
(“Derrumbe décimoquinto” – Fragmento)