Ramírez de Arellano Francisco.

El registro de naves propiamente dicho era función del corregidor primero, y del gobernador, luego, cuando se creó este cargo. La escribanía respectiva estaba adscrita a la del cabildo. Fué solo a partir de 1747 la que se contó con un escribano especial para los Registros. Lo que no deja de sorprender es que para este puesto tan delicado haya escogido la Real Audiencia de Quito, al Capitán Francisco Ramírez de Arellano quien, pocos meses antes, fuese destituido por el Cabildo de Guayaquil del cargo de Mayordomo de Hospital, por desobedecer órdenes del Cabildo.